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A partir de los años sesenta proliferaron los movimientos estudiantiles, pro derechos humanos, ecologistas, feministas, etc. Todos contaban con un fin y una lucha determinada que buscaba el avance de la sociedad y la cooperación internacional. A pesar de sus diferentes composiciones, todos ellos se pueden considerar fenómenos de acción colectiva, grupos de participación que han llamado la atención de numerosos especialistas: sociólogos, politólogos, psicólogos sociales e historiadores. 

Concepto

Como dice Verdaguer (1993), la expresión “movimientos sociales” es heredera directa del concepto “movimiento obrero” y lo que estos grupos pretendieron desde el punto de vista teórico fue preservar las dinámicas de la sociedad y de los fenómenos de cambio social en torno a dos aspectos: 

  • A la concepción de la transformación social como un proceso lineal y de “progreso”. 
  • A la creencia en un “sujeto de transformación social” que se halla en una situación privilegiada y que tiene el deber de convertirse en motor del cambio, siempre que posea una teoría global que le ayude a interpretar las claves de la transformación. 

A pesar de las palabras de Verdaguer, ha sido y es difícil expresar el significado de movimiento social. Las únicas características que permanecen ligadas a movimientos sociales son el carácter universal e indiscutible de “movimiento” y su vocación de “transformación social”. Hoy en día existen movimientos sociales de todo tipo y carácter:  movimiento ecologista, movimiento feminista, movimiento pacifista, movimiento campesino, movimiento estudiantil, movimiento ciudadano o vecinal, y un largo etcétera. Todos ellos son, finalmente, grupos de personas que se unen y se mueven por una idea y una fuerza común. 

Según Laraña (1999), el estudio de movimientos sociales es complicado, ya que estamos ante un concepto polisémico que se utiliza para designar fenómenos colectivos de muy diversa índole: modas, movilizaciones sociales de cierta duración, orientaciones culturales, organizaciones políticas y sindicales, etc. Dentro de los distintos movimientos sociales, se concede gran importancia a la comunicación social. En este sentido, se potencia la cultura democrática, la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos. Se critica la manipulación de la información de los medios de comunicación y se busca apoyo en los medios de comunicación de la comunidad. 

Estructura de los movimientos sociales

La estructura interna de los grandes movimientos sociales suele ser horizontal, huyendo de la jerarquización de un líder representativo. Se pretende que sean movimientos de participación y de creación, donde cualquier persona pueda opinar, actuar, y conseguir así la autonomía. 

Las acciones de los diversos movimientos sociales están orientadas a llamar la atención de la opinión pública. Buscan hacerse ver y oír sin recurrir a la violencia, sino más bien a acciones encaminadas a despertar el interés social mediante actos lúdicos o espectáculos que llamen la atención, que choquen con la realidad actual y hagan reflexionar, y en ocasiones se recurre a la expresión artística. Del mismo modo se llevan a cabo ocupaciones, concentraciones, desfiles, puestos informativos, etc. 

Desafío colectivo

Se habla de desafío colectivo como uno de los principios de estos grupos, dado que en ellos las formas de acción más características son la interrupción, la obstrucción o la inducción de incertidumbre. Habitualmente llevan a cabo acciones que interrumpen el ritmo normal de las élites, las autoridades u otros grupos culturales. Los movimientos recurren al desafío colectivo para mantener el interés o llamar la atención de los seguidores, conseguir nuevas adhesiones al movimiento, hacer valer sus reclamaciones y llamar la atención de los oponentes y de terceras partes. Por ejemplo, tenemos a Greenpeace y sus acciones sociales de desafío colectivo: abordar barcos balleneros, atarse a copas de árboles, colarse en centrales eléctricas, etc. 

Evolución de los movimientos sociales

El concepto revivió en Alemania en los años 70 a través de la formación de grupos de acción cívica (Bürgerinitiativen). Los distintos movimientos sociales, sea cual fuese su naturaleza ideológica, rara vez confluyen en un partido político; su labor se basa en presionar al poder político mediante reivindicaciones concretas o en crear alternativas. Estas alternativas o reivindicaciones se convierten en su principal identidad sin tener que llegar a plasmar un ideario completo. 

El término es equivalente a “acción afirmativa” o “grupo de presión” para la modificación de la opinión pública y de las políticas públicas. Tienen un carácter de permanencia en el tiempo y cuentan con un número de personas representativo, en relación a los que sufren o ignoran el problema; grupos como Comuneros de Castilla o Revolución mexicana han permanecido en el recuerdo colectivo durante largo tiempo. Muchas veces son el resultado de una voz colectiva que toma fuerza y se desarrolla a través de la sinergia de voces e ideas. 

Movimientos sociales y cooperación internacional

Dentro del marco de la Cooperación Internacional para el Desarrollo de los Pueblos, los movimientos sociales juegan un papel clave en la transformación mundial. Se insta a que los gobiernos y los organismos no gubernamentales escuchen y trabajen mancomunadamente con los distintos grupos de presión, para así fortalecer la democracia y la unidad global. Si te interesa fortalecer tus conocimientos en esta área y aplicarlos a tu carrera profesional ayudando a comunidades, en TECH Universidad Tecnológica tenemos para ti el Máster en Cooperación Internacional para el Desarrollo para Psicólogos, que te proporcionará todo lo que necesitas saber para convertirte en experto en la materia. 

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