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La infección neonatal sigue siendo una de las principales causas de morbimortalidad en el recién nacido (RN). Hasta el 2% de los fetos adquiere una infección en el interior del útero, y hasta el 10% desarrollan la infección durante el primer mes de vida. Aunque la incidencia real es desconocida, se calcula que cada año son responsables de la muerte de 1.6 millones de RN sobre todo en países en vías de desarrollo. Las infecciones en RN son especialmente graves debido a la inmadurez inmunológica del feto y RN. Se clasifican en temprana (~1 semana desde el nacimiento) o tardía (~1 semana – ~1 mes).

Factores condicionan la infección

Diversos trastornos coexistentes suelen complicar el diagnóstico y tratamiento de las infecciones neonatales:

  • Prematuridad/bajo peso al nacimiento, se considera el factor de riesgo más importante para la infección bacteriana grave, ya que el riesgo de padecer sepsis y/o meningitis neonatal es 3-10 veces mayor.
  • Estancias prolongadas en hospitales facilitan la adquisición de infecciones.
  • Alteraciones en la piel producidas por procedimientos médicos (corte del cordón umbilical, intubación endotraqueal, inserción de catéteres intravasculares), también favorecen las infecciones (la piel es la primera barrera defensiva frente a infecciones).

Transmisión

  • Vías de transmisión:
    • Congénita (intraútero)/ transplacentaria.
    • Durante el parto desde tracto genital o aparato gastrointestinal materno.
    • Adquirida tras nacimiento (nosocomial o de la comunidad).
      • Infecciones neonatales tempranas:
        • Causadas por microorganismos que colonizan el tracto gastrointestinal y genital de embarazadas sanas.
        • Síntomas y signos generalmente la primera semana de vida.
      • Infecciones neonatales tardías:
        • Infecciones adquiridas por el medio ambiente u otras personas.
      • Trabajadores de salud (o familiares del RN).
      • Equipos contaminados.
      • Leche materna o artificial.
      • Transfusiones de sangre.
      • Gotas Flügge de personas contaminadas.
    • Infección por el tracto genital materno (menos frecuente).

Etiología

Una gran variedad de microorganismos infecta al RN, como bacterias, virus, hongos, protozoos, siendo los más frecuentes E. coli (58%) y Estreptococo tipo B (SGB) (18%). Clásicamente, se han agrupado en el acrónimo TORCH: T: toxoplasmosis, R: rubeola, C: CMV y H: VHS. Según autores, “O” correspondería a otras infecciones entre las que inicialmente se incluyeron varicela y sífilis, pero que en la actualidad pueden englobar: parvovirus B19, papiloma virus, malaria, tuberculosis, incluso virus Zika y Trypanosoma cruzi, en determinadas circunstancias.

Manifestaciones clínicas

El momento de la exposición, la cantidad de inoculo, el estado inmunitario y la virulencia del agente infeccioso entre otros, influyen en las manifestaciones clínicas de la enfermedad. La clínica puede variar desde formas inaparentes a otras más graves.

  • Proceso subclínico.
  • Manifestaciones leves o graves de infección focal o sistémica.
  • Síndrome congénito por una infección intrauterina (poco frecuente).
  • Abortos, malformaciones, nacimientos prematuros, enfermedad aguda o infección asintomática con o sin secuelas neurológicas tardías.
  • Infecciones durante el 1er trimestre: malformaciones congénitas.
  • Los síntomas de una infección congénita pueden no aparecer hasta semanas, meses o años tras el parto (sobre todo si la infección se produce en el último trimestre).
  • Infección neonatal: Síntomas inespecíficos: inicialmente los síntomas son poco específicos, como hipotermia, distensión abdominal, vómitos, diarrea, hepatomegalia, taquicardia, apnea, cianosis, oliguria, letargia, esplenomegalia, petequias.
  • Síntomas específicos:
    • Fiebre durante >1h (50% casos) o hipotermia.
    • Infecciones cutáneas: impétigo, celulitis, mastitis, onfalitis (infección del cordón umbilical causada por una bacteria que proviene del tracto genital materno o del ambiente) y abscesos subcutáneos, ectima gangrenosa. – Neumonía, meningitis y sepsis.

Diagnóstico precoz

A veces, durante la gestación, no se llega a diagnosticar la infección materna, causante de la infección transplacentaria, debido a que las manifestaciones clínicas en la madre pasaron desapercibidas o con síntomas inespecíficos.

  • Evaluación del neonato con sospecha de infección:
    • Historial del embarazo y del parto:
      • Infecciones de la madre: ITU, ETS.
      • Tratamiento antibiótico: tipo y duración.
      • Procedimiento invasivo: cordocentesis.
      • Duración de la ruptura de la membrana.
      • Fiebre durante el parto.
      • Taquicardia fetal.
      • Partos múltiples y/o complicados.
      • Intervenciones médicas (cesárea, ventosa, scalp).
      • Peso del RN al nacimiento.
    • Examen físico del RN:
      • Signos vitales anormales.
      • Estado general, exploración neurológica.
      • Examinar todos los órganos (indicar tamaño hígado y bazo).
      • Anotar si hay alteraciones en el movimiento o deformación de las extremidades.
    • Análisis de laboratorio:
      • Cultivo de sangre, líquido cefalorraquídeo (LCR), orina.
      • Identificación del microorganismo en tejidos o fluidos.
      • Detección antigénica en orina y LCR.
      • Serología maternal y/o neonatal: sífilis, toxoplasmosis, CMV, rubeola, VIH, HBC, HCV.
      • Inflamación: leucocitosis, leucopenia, aumento del ratio neutrófilos inmaduros/neutrófilos totales, reactantes de fase aguda. En RN (sobre todo prematuros) los marcadores de inflamación pueden ser normales o levemente elevados. » Comprobar función pulmonar, renal, hígado acidosis metabólica, etc.

Tratamiento

Ante la sospecha de infección bacteriana, se deberá iniciar tratamiento antibiótico precoz tras obtención de muestras.

  • Antibiótico.
    • Recomendado espectro reducido.
    • Evitar amplio espectro como las cefalosporinas de 3ª generación en las unidades neonatales (además no son eficaces, frente a Listeria).
  • Tratamiento empírico.
    • Infecciones tempranas, penicilina, ampicilina y/o aminoglucósidos (gentamicina).
    • Infecciones tardías: ampicilina o cloxacilina y/o aminoglucósidos (gentamicina).
  • Tras la identificación del microorganismo y en función del antibiograma se deben de elegir aquellos antibióticos con menor espectro de acción. La administración debe de ser por vía intravenosa, evitando la vía intramuscular y la vía oral.
  • Repetir cultivos 24-48h tras inicio de tratamiento, si continúan siendo positivos contemplar un cambio de antibiótico o de dosis.
  • Tratamiento de soporte, cuando sea necesario.

Prevención

Medidas recomendadas para las embarazadas:

  • Buena higiene alimentaria.
  • Dieta sin carne cruda o poco hecha.
  • Evitar la limpieza de la arena del gato.
  • Inmunización frente a tétanos, varicela, polio, hepatitis B, rubeola, tosferina.
  • Embarazadas con VIH:
    • Terapia antirretroviral durante embarazo y parto.
    • Profilaxis post-exposición del RN.

Cuidar la higiene en hospitales:

  • Limpieza de las manos.
  • Evitar hacinamientos.
  • Cuidados meticulosos de la piel del RN.
  • Minimizar riesgo de catéteres contaminados.
  • Reducir el tiempo de catéteres y la ventilación mecánica.
  • Uso profiláctico de antifúngicos en RN prematuros/ bajo peso.

Cuidado del recien nacido

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