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Tradicionalmente, la enseñanza se ha basado en la transmisión del conocimiento desde el emisor o profesor al receptor o alumnado. En aquella relación ha primado la retención de contenido, memorizándolo de manera constante sin intentar experimentarlo directamente. Es por ello que en estos últimos años se está apostando por trabajar el proceso de enseñanza-aprendizaje por medio de la experiencia para que los jóvenes descubran, creen y conozcan de manera de directa la práctica del contenido académico.

Concepto

Según la RAE, la memoria es la “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”. Aunque en el tema del que se va a tratar a continuación, la memoria tiene más que ver con la persistencia de los conocimientos aprendidos a lo largo del tiempo. Quedan almacenados de manera codificada y pueden ser recuperados consciente e inconscientemente. La memoria es imprescindible para el correcto funcionamiento de la comunicación del individuo. Por lo tanto, cuando esta falla, se da cuenta de la importancia que tiene en su día a día y en su capacidad para adaptarse al entorno.

Sin embargo, no se asistirá a un estudio de la memoria desde un punto de vista científico hasta el siglo XIX y en Alemania. Fue de la mano de Hermann Ebbinghaus, quien investigó las leyes de la memoria humana de manera experimental. Una de sus aportaciones fue el “método de los ahorros”, que consiste en repetir series de sílabas sin sentido para que al cabo de un tiempo se intenten recordar. El propio investigador consideró que se había memorizado algo cuando el sujeto fuera capaz de recordar y repetir dos veces seguidas lo memorizado en el mismo orden y sin cometer fallos. La gran aportación de Ebbinghaus fue la denominada curva del olvido. Ella muestra el deterioro de la memoria con el paso del tiempo desde el momento del aprendizaje.

Desde el punto de vista de la psicología experimental, la memoria se considera como un compendio de varias “memorias”. Tienen unos rasgos concretos a propósito de sus características estructurales y los procesos generan o intervienen en ellas.

Modelo estructural

Por lo que respecta a la estructura de la memoria humana, varios investigadores han contribuido a crear modelos. Entre ellos se destaca el “Modelo estructural o modelo modal”, ya que se encarga del estudio de tres almacenes básicos de la memoria como son:

  • Los registros sensoriales: se trata de un gran espacio de información con corta duración (generalmente de menos de un segundo) y que se pone en relación con la percepción. De entre las memorias sensoriales que más se conocen en la actualidad son la auditiva y la visual. En cuanto a esta última, también llamada icónica, tiene una capacidad de almacenaje considerable aunque no tiene demasiada duración.
  • Memoria a corto plazo y memoria de trabajo: retiene ciertos elementos en un corto plazo.
  • Memoria a largo plazo: se almacena de manera permanente e ilimitada. Siempre se puede recurrir a su información: recuperación.

Procesos de la memoria

En la memoria, y más generalmente en la memoria a largo plazo, se producen los siguientes procesos:

  1. La codificación: la información que se encuentra en el exterior es recogida por el cerebro, el cual extrae su significado y se codifica.
  2. El almacenamiento: la información ya codificada es guardada.
  3. Recuperación: la información que se encuentra almacenada puede recurrirse a ella mediante el recuerdo.

Teniendo en cuenta esto, los niños en etapa de primaria que ya han experimentado y ejercitado la memoria con compresiones generales de acciones cotidianas rutinarias o hechos relevantes recordados con ayuda de la orientación del adulto comienzan a ampliar su capacidad de concentración teniendo herramientas para centrarse en una tarea sin distraerse por el entorno como ocurría antes (atención selectiva). Además pueden pensar más cosas al mismo tiempo y hacerlo más rápido, coordinándolo también con sus acciones.

En esta etapa (de 6 a 12-14 años) desarrollan las estrategias de almacenamiento, especialmente los métodos de ensayo (repetir la información todo el tiempo) y la organización (establecer un orden para recordar lo aprendido con mayor facilidad). También las estrategias de recuperación, que sirven para relacionar conceptos con datos o imágenes para facilitar su recuerdo. Su capacidad de pensamiento y la memoria procesa la información habitual casi de manera automática. Esto hace que sea más rápida y eficiente para aquellas actividades de carácter rutinario (hacer la cama, jugar a un juego, cepillarse los dientes, leer un libro por la noche, etc).

Memorizar datos

A lo largo del tiempo, la enseñanza se ha basado en la transmisión de conocimientos desde el emisor o profesor al receptor o alumnado en la que ha primado la retención del contenido memorizándolo de manera constante. No se intenta experimentarlo directamente o reflexionar sobre la información transmitida y convertirla en algo verdaderamente útil o práctico para la rutina de la sociedad.

En este sentido, se propuso que este tipo de transmisión de conocimiento en el aula respondía aun momento de la historia en el que se “concentró su esfuerzo en transferir el patrimonio cultural acumulado por las generaciones desde la antigüedad”. Esto hacía que la información quedara reducida a meros conceptos específicos que mediante la memorización se quedaban en la mente sin más aplicación que la de almacenar conocimiento.

La memorización, entendida desde este punto, es un acto sensual-empírico que utiliza el componente pedagógico desarrollado en acciones limitadas a observar, completar o dibujar, entre otras. O bien imágenes o formas que no pueden ser variadas o no se les puede añadir más información que la que contienen. Por lo tanto, el aprendizaje era visto como una manera de acumular información que no era procesada una vez almacenada. Es decir, que no precisaba de ser comprendida.

Repercusiones negativas

Tradicionalmente las materias de geografía e historia han sido de las que más se sirven de la memorización para la difusión de sus contenidos. Puede verse al comprobar que se necesita saber de memoria, por ejemplo, los nombres de los países de la Unión Europea y poder situarlos en un mapa. Sin embargo, el objetivo de este tipo de aprendizaje que es, como ya se ha dicho, la retención más o menos permanente del contenido de una asignatura, no comporta analizar los datos almacenados en el cerebro ni mucho menos reflexionar sobre los mismos.

Lo anterior convierte a este tipo de aprendizaje en una simple lista de conceptos, nombres y significados que son comprendidos en muchas ocasiones por el alumnado. Este se limita a repetir lo memorizado sin reflexionar ni cuestionar nada, por lo que realmente no aprende: solo repite lo memorizado.

Las clases se basarán en una simple acumulación de datos propicios que los programas escolares y la estructuración de la lección impartida por el profesor se realizarán con base en la preponderancia de la memorización como manera de aprender una asignatura. No incluyen la búsqueda de un mensaje que ayude a la construcción del conocimiento del alumno ni de su capacidad de crítica. Ya en la década de los setenta surgieron investigadores que se planteaban si basar la lección de aprendizaje del alumno únicamente en un listado de nombres, descripciones y fechas podía repercutir realmente en el aprendizaje del niño.

El papel de los sentidos

Es beneficioso para el aprendizaje memorizar para poder ejercitar la mente. Pero el gran protagonista en la adquisición de conocimientos es la experiencia. Es en la etapa educativa de entre 6 y 12 años en la que el alumno puede adquirir mejor y más rápidamente todo aquello relacionado con el desarrollo cognitivo. Por ende, si el aprendizaje es óptimo, obtendrá más facilidades para aprender mejor conocimientos de etapas posteriores. 

En este sentido, puede acudirse a la educación sensorial como herramienta mediante la cual los niños experimenten con su entorno y con el conocimiento. Es algo a lo que el juego se adapta muy bien. Algo que va muy bien con uno de los artículos del Real Decreto 1630/2006, concretamente el art. 6, en el que se subraya la importancia de observar y explorar el entorno, es que los alumnos reflexionen sobre él y las situaciones que se dan de manera significativa para él.

Por ende, a partir de aquí se ve cómo es importante que el alumno sea partícipe activo durante la lección de clase. Se deben dejar a un lado las monótonas horas en las que el profesor dictaba una materia sin dar oportunidad al alumno de que experimentase con ella.

Tacto

Se trata del sentido con el que el niño puede tener más contacto directo con los estímulos externos. Si bien su ejercitación es básica y esencial para la etapa infantil, en primaria también puede ser muy útil para conocer objetos y elementos que se encuentren relacionados con la materia que imparten. En este caso más concreto con la geografía y la historia.

Con el estímulo de este sentido el alumno puede ampliar su conocimiento sobre texturas y formas, reconocerlas y diferenciarlas de otras previamente aprendidas y así saber identificar materias y elementos. Este sentido, es especialmente útil para juegos relacionados con la materia de geografía, en la que la sensación de frío o calor, tocar diversas hojas, hacer collages, identificar tipos básicos de minerales pueden ser experiencias que completen la formación del niño en dicha materia.

Vista

Puede ser el sentido con el que más se trabaja a lo largo de las etapas educativas. En la etapa infantil era un medio importante para conocer formas y colores, así como trabajar el concepto de la luz entre otros. Sin embargo, en primaria se vuelve esencial para cualquier materia que deba aprenderse. En cada una de ellas implica comenzar a desarrollar y dominar la lectura y la escritura, herramientas que principalmente les servirán para poner en marcha el aprendizaje a través de la memorización, la experimentación y el descubrimiento.

En las materias de historia y geografía es básico este sentido. Puede estimularse no sólo a través del visionado de documentales o películas que traten aspectos de estas materias, sino también en salidas de campo tanto al aire libre como visitas a instituciones culturales e históricas, en la identificación de climas y tipos de paisajes, en la observación y descripción de escenas o indumentaria de personajes históricos, en la búsqueda de objetos concretos en fotografías antiguas, etc.

Oído

Se trata de otro de los sentidos cuya estimulación y desarrollo se relaciona más con la etapa infantil. Su enriquecimiento, principalmente en lo que a música se refiere, ocurre a partir de los ciclos de primaria y más concretamente en la asignatura de música. Es esencial para conocer los instrumentos musicales, sus géneros y fomentar la agudeza auditiva.

Sin embargo, este sentido también puede ser aprovechado dentro de las ciencias sociales principalmente para mejorar la capacidad de concentración al pedir silencio durante la realización de ejercicio o la explicación que está llevando a cabo el docente. No obstante, también puede utilizarse para distinguir sonidos de elementos propios de un episodio de guerra y relacionarlo con acontecimientos históricos (pisadas de soldados, bombardeos, sonidos de radio, trenes, reuniones, etc). También sonidos de instrumentos musicales que pertenezcan a diversas épocas para situarlos en el tiempo, de fenómenos atmosféricos para relacionarlos con el tiempo o los climas o diversas personas hablando distintos idiomas para vincularlos a una serie de países elegidos.

Gusto

A priori puede parecer que el sentido del gusto no esté muy relacionado con el desarrollo cognoscitivo de los centros educativos. Sin embargo, a través del juego y actividades complementarias también puede ser un aliado perfecto para amenizar algunas clases de ciencias sociales. En este sentido, y con el fin también de conocer nuevos alimentos y diferenciar sabores, se pueden llevara cabo tareas dentro del horario lectivo en el que los alumnos deban aportar un dulce típico de una región española, conocer recetas de diversas épocas para relacionarlo con la historia o conocer qué ingredientes básicos se utilizaban en época prehistórica dependiendo de la zona geográfica en la que se encuentren.

Olfato

Del mismo modo que el sentido del gusto, no se encuentra directamente relacionado con el aprendizaje de materias como la geografía o la historia. Se debe a que en un primer momento no se precisa de ella para conocer su contenido o para entender fenómenos o épocas históricas. No obstante, también puede ser utilizado como instrumento para formar parte de juegos didácticos que tengan que ver con las materias impartidas.

En este caso, mediante el olfato los niños pueden aprender los olores característicos de una calle concurrida del siglo XIX, conocer especies de plantas clasificándolas por sus usos y relacionándolas con el olor que desprenden, realizar sus ambientadores e incluso el profesor puede crear ambiente durante la explicación. Mientras este describe un momento de la historia o un tipo de paisaje, la utilización de olores puede contribuir a que los niños se metan en materia. En consecuencia, puedan atender mejor y comprender lo que se les está enseñando. Se pueden incluso a un momento o lugar concreto mediante su imaginación a través del estímulo del olfato.

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