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Nuestro sistema respiratorio resulta uno de los más complejos en el reino animal. El mismo realiza constantes procesos que permiten la funcionalidad de nuestro cuerpo mediante acciones tan simples como la oxigenación de nuestra sangre. Este sistema, a pesar de tener diferentes defensas que brindan protección, no está exento de contraer alguna enfermedad. Estas enfermedades resultan peligrosas, ya que nuestro organismo tiende a tener bloqueos con estas enfermedades, y si esto perdura durante un largo periodo de tiempo puede causar incluso la muerte. En el presente artículo veremos cómo se conforma la anatomía del aparato respiratorio.

Introducción a la anatomía del aparato respiratorio

El aparato respiratorio puede definirse como el conjunto de órganos y estructuras que participan en el proceso de la respiración y cuya función principal es distribuir el oxígeno (O2 ) por todo el organismo y eliminar el dióxido de carbono (CO2 ) de las células del organismo. Anatómicamente y a fin de facilitar el estudio de sus estructuras, el aparato respiratorio se divide en vía aérea superior y vía aérea inferior.

Anatomía de la vía aérea superior

El tracto respiratorio superior se compone de las fosas nasales, la faringe y la laringe.

Fosas nasales

Las fosas nasales son dos cavidades huecas constituidas por una estructura osteocartilaginosa y separadas por el tabique nasal. Se comunican con el exterior a través de los orificios nasales y con la nasofaringe a través de las coanas. Sus funciones son tanto olfativas como respiratorias. A nivel respiratorio, la principal función es humedecer y calentar el aire que pasa por ellas antes de continuar hacia los pulmones.

Cada fosa nasal está delimitada por cuatro estructuras: la pared lateral, la medial, el techo y el suelo. El techo de las fosas nasales está constituido por los huesos nasales, el hueso frontal, el esfenoides y por la lámina cribosa del etmoides (por donde discurre el nervio olfatorio encargado del sentido del olfato). Por su parte, el suelo viene delimitado por la porción horizontal del maxilar superior y el hueso palatino.

La pared medial o tabique nasal lo forman la lámina perpendicular del etmoides y el vómer, y el cartílago septal. La mucosa nasal que recubre el tabique está muy vascularizada y suele ser el origen de las hemorragias nasales. En las paredes laterales de las fosas nasales se encuentran generalmente tres elevaciones óseas recubiertas por mucosidad, llamadas cornetes nasales (superior, medio e inferior).

Los cornetes son los encargados de crear turbulencias en el aire inspirado para que este se caliente y humedezca antes de pasar a la faringe. Entre los cornetes encontramos los meatos, por cuyos orificios se drena el moco producido en los senos paranasales. Los senos paranasales son unas cavidades huecas que, además de segregar moco, actúan como caja de resonancia para el habla. Existen ocho senos paranasales que reciben los siguientes nombres en función del hueso en el que se alojan: dos frontales, dos maxilares, dos etmoidales y dos esfenoidales.

Faringe

La faringe es un tubo común a los aparatos respiratorio y digestivo, puesto que, por él pasa el aire que va hacia los pulmones y el alimento que se dirige al estómago. Está situada por delante de los cuerpos vertebrales de las vértebras cervicales. Anatómicamente, se divide en tres regiones según su localización: la nasofaringe o rinofaringe, la orofaringe y la laringofaringe.

Nasofaringe o rinofaringe

Es la parte superior de la faringe. Se comunica con las fosas nasales mediante las coanas y con el oído medio a través de la Trompa de Eustaquio. Su función principal es respiratoria, permitiendo el paso del aire hacia dentro y fuera de los pulmones. Gracias a los cilios que presenta en su epitelio, filtra el aire inspirado y elimina de este partículas de polvo y otras sustancias extrañas como bacterias y virus, para evitar que desciendan hacia el tejido pulmonar.

Orofaringe

Hace referencia a la parte media de la faringe y está en contacto con la cavidad oral (istmo de las fauces), con la rinofaringe y la laringofaringe. Cumple con funciones respiratorias al permitir el paso del aire y, además, presenta funciones digestivas, debido a que, consiente el avance del alimento hacia el esófago. Su epitelio escamoso estratificado no queratinizado la protege de la abrasión de los alimentos ingeridos.

La faringe tiene además una función defensiva e inmunológica mediada por las amígdalas faríngeas o adenoides y las amígdalas palatinas. Las primeras se encuentran en la pared posterior de la orofaringe y las palatinas en las paredes laterales. Se encargan de filtrar impurezas y microorganismos del aire inspirado.

Hipofaringe o laringofaringe

Es la continuación inferior de la orofaringe y comparte con ella las mismas funciones. Está ubicada por detrás del hueso hioide, se comunica posteriormente con el esófago y por su parte anterior se une a la laringe.

Laringe

La laringe es una estructura situada en la línea media anterior del cuello, por debajo del hueso hioides y de la lengua, delante del esófago y por detrás de la glándula tiroides. Conecta la laringofaringe con la tráquea y permite el paso del aire de las vías aéreas superiores a las inferiores. Está formada por varios cartílagos superpuestos y articulados entre sí los cuales se encuentran unidos por ligamentos y por los músculos que los mueven.

Los cartílagos laríngeos son nueve. Se dividen en pares (cuneiformes, corniculados y aritenoides) e impares (tiroides, cricoides y epiglotis). La epiglotis es el cartílago superior, es elástico y está recubierto de mucosa. Se encarga de cerrar la vía aérea y protegerla de la entrada de los alimentos durante la deglución. El cartílago tiroides situado frente a la vértebra C4 es el mayor de todos.

Está formado por dos láminas en forma de cuadrado que se unen formando un ángulo anterior o prominencia laríngea (“nuez o bocado de Adán”), que es más marcada en hombres que en mujeres.

Función de la laringe

El cartílago cricoides es un anillo cartilaginoso situado por delante del esófago y por debajo del cartílago tiroides. Pese a ser más pequeño que la tiroides es más grueso y fuerte que este. Es el único anillo completo de cartílago que rodea la vía aérea. Los cartílagos aritenoides sirven de unión entre el cartílago tiroides y el cricoides, y de inserción a algunos músculos laríngeos y a las cuerdas vocales.

En la laringe se encuentran dos pares de cuerdas vocales, dos en la parte superior, denominadas cuerdas vocales falsas y dos en la zona inferior, llamadas cuerdas vocales verdaderas. Las primeras no producen sonido, pero permiten mantener la respiración en contra de un gradiente de presión intratorácica, mientras que las cuerdas vocales verdaderas son las encargadas de la emisión de los sonidos, al vibrar en ellas el aire espirado.

La laringe juega un papel importante en el mecanismo de la tos, encaminado a expulsar los productos irritantes y tóxicos que hayan llegado hasta ella. También interviene en la maniobra de Valsalva, maniobra que se ejecuta al realizar determinados esfuerzos y que consigue el aumento de la presión intratorácica e intraabdominal, mediante el cierre de las cuerdas vocales durante la espiración

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