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El mercado del animal de compañía es un mercado pujante que en España está en claro ascenso y (en los países del entorno el volumen de negocio es mayor) aún no ha llegado al punto más alto de su desarrollo. Los perros son los principales protagonistas en los hogares españoles. Un 89 % de los propietarios encuestados por lo menos tiene uno, y la media ha crecido respecto al año 2018. En ese entonces había 1,4 por hogar, en el 2019 eran 1,8.
En el segundo puesto del ranking están los felinos, que se mantienen en un rango de 2,3 por hogar. Nada sorprendente, pues los expertos suelen recomendar tener dos. Los terceros de la lista son los pájaros, que han pasado de los 3,3 por hogar en el año 2018 a los 2,8 en el 2019; y los siguen peces, roedores y reptiles, que también han caído de 2,3 en el año 2018 a 2 en el 2019.
En España hay unos 13 millones de perros y gatos registrados, a esta cifra hay que sumar los que no están registrados (se estima que solo se registra un 40 % de los perros y un 10 % de los gatos), también, hay que añadir otras especies que no están en este registro, como los conejos, los hurones, las aves, los reptiles y los peces. En cada animal de compañía se estima un gasto medio que supera los 1.200 € al año. Evidentemente, este gasto es diferente en cada especie animal, distribuyéndose entre la alimentación, los complementos, los cuidados sanitarios y los cuidados estéticos. Estos datos permiten vislumbrar que este mercado no es para nada desdeñable y aporta un gran volumen de negocio.
La industria, el retail y la distribución
La industria y el retail
Es el primer elemento de todo el conjunto que conforma el mercado. Dentro de esta clasificación se puede considerar tanto a los fabricantes de bienes, sin importar cuál sea su naturaleza, como los fabricantes de equipos de diagnóstico destinados a los centros sanitarios veterinarios, la industria farmacéutica veterinaria, los complementos, los fabricantes de alimentación, etc.
Todo lo producido por la industria llega directa o indirectamente al consumidor final, ya que los servicios no podrían ofrecerse sin lo que aporta la misma. Se puede considerar a la industria como la parte que mayor volumen de negocio soporta. Aquí se hará un análisis especial de la parte de la industria que llega al consumidor final, es decir, al propietario del animal de compañía, siendo aquella que se ocupa del abastecimiento y retail en los centros sanitarios veterinarios.
Uno de los principales subsectores que conforman la industria del animal de compañía son las fábricas de alimentos. Actualmente, la oferta de alimentos para animales de compañía es casi equiparable a la de alimentación humana. La evolución de la sociedad y del concepto de tenencia responsable ha hecho que las mismas características, propiedades y garantías que se exigen en un alimento para personas sean también requeridas para los animales de compañía.
La especialización de los productos también ha ido en aumento, de tal forma que en estos momentos puede encontrarse en el mercado gamas de alimentos para animales en cualquier fase de la vida (jóvenes, adultos, seniors), para características muy concretas (animales esterilizados, perros de razas grandes o mini, mascotas propensas a engordar), o que no contienen ciertos ingredientes, como el caso de los piensos grain free o las dietas vegetarianas que comienzan a introducirse copiando las tendencias de los humanos.
Participación de la industria
Esta sofisticación, cada vez mayor, ha obligado a generar una inversión en I+D+I (investigación, desarrollo e innovación) por parte de los fabricantes que ofrecen a sus clientes productos más completos y, a su vez, ejercen una vigilancia estricta en los procesos de fabricación, como los que vienen recogidos en la Guía de buenas prácticas para la fabricación de alimentos seguros para animales de compañía, editada por la Federación Europea de la Industria de los Alimentos para Animales de Compañía (FEDIAF), o el Código de buenas prácticas en el etiquetado de alimentos para animales de compañía, publicado por la misma entidad.
A pesar de que hay comida para mascotas de marca blanca, los dueños encuestados prefieren invertir en comidas de nombre conocido (92 %), priorizando la “calidad”. Esto se traduce en un gasto medio anual de 839,76 €. Del mismo modo, suelen elegir productos que se adaptan a las necesidades de cada mascota. Un 75 % compra alimentos específicos para afecciones de salud, para el control de peso o para buscar que sea lo más natural posible.
A su vez, el estudio muestra el crecimiento de dietas alternativas. Un 44 % conoce la dieta BARF (basada en huesos y alimentos crudos) y un 16 % sigue una alimentación vegana o vegetariana. A la par de la evolución de la industria del alimento, está la industria farmacéutica veterinaria de la que se debe hacer mención especial y de la cual se hablará más adelante cuando se analice el ítem de la venta de medicamentos de uso veterinario. Para terminar, aunque afortunadamente va desapareciendo cada vez más el core business de los centros sanitarios veterinarios, hay que mencionar la industria de los complementos y accesorios.
La distribución
La distribución es el punto de unión entre los productores, las fábricas y los laboratorios, y los establecimientos encargados de comercializarlos. Aunque a veces la producción y la distribución se fusionan en una sola empresa; también son muchas las empresas que se dedican exclusivamente a hacer que los artículos lleguen a las tiendas y tengan más visibilidad. La distribución de productos elaborados por laboratorios está limitada, dado que la normativa establece que:
- Un veterinario en ejercicio clínico no puede vender medicamentos. Es decir, que los que utilice o aplique en el acto clínico deben ser facturados como parte de este.
- En una tienda especializada solo se pueden comercializar los productos que no requieran prescripción veterinaria. Uno de los factores que más se valora es el vínculo de confianza entre el distribuidor y la empresa de servicios. El trabajo y el trato del distribuidor, cuando es fiable, facilita dicha confianza.
El distribuidor es uno de los principales aliados para que un negocio funcione. Pero, a la vez que se le exige que cumpla con sus funciones, hay que establecer una relación de confianza mutua. A continuación, se mencionarán las principales funciones de los distribuidores:
- Contar con capacidad de almacenamiento suficiente para tener una capacidad de respuesta rápida ante demandas de stock elevadas.
- Disponer de transporte para servir los pedidos recibidos.
- Aportar su ayuda y conocimientos en la gestión de productos, prospección de mercado y formación.
- Conocer las virtudes de los productos que representa para transmitirlas a los minoristas, que a su vez las comunicarán al cliente final.
Un mercado en crecimiento
En la actualidad, más y más personas buscan tener una mascota. Independientemente de si tienen hijos o no, de si tienen pareja, o muchos otros factores de vida, esto es una decisión común. Esto ha permitido una creciente constante en el flujo monetario de estos mercados, ya que los mismos abarcan desde los animales, hasta los productos de su uso diario.
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