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Cuando se habla de cirugía urológica según enfermedad, existen algunos aspectos concretos que tienen un impacto directo en la calidad de vida de los pacientes y que se pueden considerar secuelas funcionales. Dentro de este grupo se podrían incluir todos aquellos pacientes que corren riesgo de desarrollar insuficiencia renal e incluso de requerir diálisis. Del mismo modo, se podría incluir en este apartado a todos los pacientes que, por diversos motivos, requerirán de una derivación urinaria definitiva (Bricker, enterocistoplastia, etc.). Sin embargo, de forma general, se entiende por secuelas funcionales, aquellas que tienen un impacto directo sobre la función eréctil y sobre la continencia urinaria. Los tratamientos quirúrgicos que pueden tener un impacto a este nivel, son:

  • Prostatectomía radical.
  • Cistoprostatectomía radical.
  • Penectomía parcial/total.

Cáncer de pene

El tratamiento estándar del cáncer de pene se lleva a cabo a través de cirugía exerética, y salvo casos seleccionados, el tratamiento más frecuente es la penectomía parcial. Fruto de este procedimiento, se produce un impacto directo en la calidad miccional y en la función eréctil de estos pacientes. En los casos de penectomía total es obvio que no hay función eréctil residual. Por otro lado, desde el punto de vista miccional, el mayor problema estará relacionado con las estenosis del neomeato uretral en el periné.

Cuando se realiza una penectomía parcial, el impacto sobre la calidad miccional dependerá de dos factores fundamentales:

Longitud del muñón peneano

A mayor resección del cuerpo del pene, mayores dificultades para proyectar el chorro micional. Puede ser aún mayor si se asocian problemas prostáticos, como es habitual en el rango de edad. Por tanto, siempre se realizará una penectomía parcial si se garantiza una función miccional adecuada y, en cualquier caso, se dedicará todo el esfuerzo en ubicar el neomeato en el lugar más funcional posible.

Neomeato uretral

Un problema que puede presentarse siempre que se realiza una penectomía parcial o total es la estenosis del neomeato uretral. Se debe ser exquisito con la reconstrucción del neomeato puesto que de esto depende en gran medida la calidad de vida del paciente, especialmente en los casos de penectomía total y uretrostomía perineal.

Cáncer de próstata

Excluyendo los tumores de piel, el cáncer de próstata es hoy en día el cáncer más común en el ser humano. Se diagnostican a lo largo del mundo más de 660.000 nuevos casos cada año, lo que constituye el 10 % de los nuevos cánceres del varón. El cáncer de próstata es el cáncer más numeroso diagnosticado en el hombre, con 382.000 nuevos casos en Europa durante el año 2008 (22,2 % del total), seguido por el cáncer de pulmón (17 %) y el colorrectal (13,5 %). El cáncer de próstata constituye la tercera causa de muerte en hombres (89.000/9,3 %) precedido del cáncer de pulmón (26,6 %) y del colorrectal (11,5 %).  En España, la incidencia del cáncer de próstata ha variado pasando del 1,3 % antes de 1990 hasta el 7,3% durante el periodo 1975-2004.

En el 2008 se estimó que la incidencia de cáncer de próstata en los Estados Unidos fue de 186.300 nuevos casos, lo que corresponde al 25 % de todos los cánceres en el varón, seguido del cáncer de pulmón que supone el 15 %. Según dicha estimación, el cáncer de próstata en este país tiene una tasa de mortalidad de 28.660 casos al año, que corresponde al 10 % de todas las muertes por cáncer en el hombre, tan solo precedido del cáncer de pulmón, que constituye el 31%. Se estima que en USA, en el año 2025, serán 350.000 casos de cáncer de próstata y 300.000 de cáncer de pulmón.

Desde el desarrollo de la prostatectomía radical, existe un creciente interés por parte del urólogo en compensar los efectos deletéreos de la cirugía radical en el tratamiento del cáncer de próstata. A saber: incontinencia urinaria y disfunción eréctil.

Posibles efectos de la cirugía

Tras prostatectomía radical por adenocarcinoma de próstata, las tasas de incontinencia publicadas varían del 5% al 60%. Las políticas de screening y diagnóstico precoz del cáncer de próstata desarrolladas en las últimas décadas con el advenimiento del PSA (Antígeno Prostático Específico), han convertido a la prostatectomía radical en uno de los procedimientos más frecuentes en la especialidad de urología.

Con el refinamiento de la técnica quirúrgica descrita por Walsh y Mostwin, los resultados en términos de potencia sexual mejoraron ostensiblemente. No obstante, los procedimientos quirúrgicos más exigentes que mejoran los resultados funcionales consiguieron una popularización dentro de la comunidad urológica limitada. Las grandes series compuestas de grandes series personales, alcanzan tasas de preservación de la potencia tras cirugía radical de próstata del 70 al 86%. Sin embargo, las tasas medias de preservación en la comunidad urológica oscilan entre del 21 y el 50%. Esta situación se mantiene hoy en día a pesar del renovado interés por la función eréctil tras prostatectomía radical, gracias al advenimiento de la cirugía laparoscópica.

Solo una técnica depurada de preservación de erectores gracias a una constatada experiencia del cirujano, permite una mayor preservación de la potencia sexual, así como una mayor tasa de continencia urinaria. Al realizar el tratamiento de la disfunción eréctil tras cirugía radical de próstata, se deben definir dos situaciones distintas:

  • Tratamiento de la disfunción eréctil.
  • Rehabilitación de la función eréctil.

Cáncer de vejiga

En el marco de la cirugía urológica según enfermedad, el tratamiento de elección del cáncer vesical músculo invasivo es la cistoprostatectomía radical y derivación urinaria. Como consecuencia de este tratamiento radical, la norma suele ser la disfunción eréctil. En los casos en los que se realiza una neovejiga, la continencia urinaria constituye el principal factor de impacto en la calidad de vida de estos pacientes.

Cuando se busca una mejoría en la calidad de vida de estos pacientes, que son sometidos a una intervención quirúrgica que puede calificarse de mutilante, todo gesto por mejorar este objetivo es importante. Se han descrito factores que pueden influir en estos resultados:

  • Longitud del manguito uretral.
  • Conservación del suelo pelviano.
  • Edad del paciente.

De todos los factores descritos el más importante es la edad del paciente, por lo que habrá que tenerlo muy en cuenta a la hora de asentar indicaciones. Con la llegada de la cirugía laparoscópica se han descrito variantes técnicas para mejorar estos resultados.

Las técnicas de conservación de erectores también se pueden aplicar en estos pacientes con el mismo objetivo de mejorar tanto la continencia urinaria como conservar la función eréctil. Quizá, la variación técnica más importante en este sentido haya sido la conservación de la cápsula prostática, que, por un lado, mejora ostensiblemente los resultados de conservación de la función eréctil al no dañar los haces neurovasculares, y, por otro, garantiza prácticamente la continencia urinaria diurna suponiendo una enorme mejora en la continencia nocturna de los pacientes con neovejiga.

Avances en el tratamiento urooncológico

Así como en el caso de la prostatectomía radical, la urooncología ha logrado grandes avances en técnicas, tratamientos y cirugía urológica según enfermedad presentada, lo que mejora el pronóstico de los pacientes. Los índices de padecimiento de estas enfermedades van en aumento, lo que implica una necesidad de profesionales especializados en esta área. Por esta razón, en TECH Universidad Tecnológica hemos creado el Máster en Urooncología, un programa completo, actualizado y con cada vez más vigencia, que te permitirá potenciar tu perfil profesional.

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