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De las múltiples consultas que recibe el farmacéutico comunitario, una de las de mayor relevancia es la referida a los servicios de administración de medicamentos. Todos los profesionales sanitarios en general, y los farmacéuticos de forma muy particular, están implicados en que los pacientes utilicen correctamente los medicamentos que les han sido prescritos. El acto de la dispensación en las farmacias comunitarias sigue siendo ese momento ideal para facilitar al paciente, entre otras cosas, toda la información necesaria para hacer un uso correcto de los medicamentos prescritos que usa.

Por la complejidad en el manejo de los dispositivos para inhalación, de las diferentes presentaciones de insulina, o incluso de las especialidades que requieren una preparación antes de ser administradas, el farmacéutico comunitario desde hace años está intentando ayudar al paciente a que aprenda a emplearlos así como a administrárselos correctamente. La preparación errónea de un medicamento o una técnica de administración mal aprendida pueden hacer fracasar un tratamiento o incluso ocasionar un ingreso hospitalario. Muchos de los Problemas Relacionados con Medicamentos (PRM) que se producen actualmente se deben a una técnica de preparación, empleo o administración incorrecta.

Es responsabilidad del farmacéutico comunitario transmitir a los pacientes la información necesaria para la utilización correcto de los medicamentos. Mismos que se dispensan y contribuir en lo posible a evitar la aparición de PRM y, por tanto, de resultados negativos asociados a la medicación (RNM). Sin embargo, en ocasiones el paciente acude a la farmacia a solicitar la administración de ciertos medicamentos, bien porque no puede aplicárselos por sí mismo. Esto por varias razones; bien porque no sabe, o porque es la primera vez que lo hace, o porque en ese momento no dispone de los medios para hacerlo, etc.

Definición y descripción breve

El servicio de administración de medicamentos consiste en facilitar a los pacientes el cumplimiento del tratamiento mediante la administración y aplicación directamente en la farmacia comunitaria de los medicamentos que, por diversas causas, estos no puedan llevar a cabo. Este servicio es muy importante en el caso de los medicamentos complejos. Mismos que son todos aquellos que requieren una preparación previa a su administración o bien el aprendizaje de una técnica para su uso. Se trata de un grupo muy diverso, en el que se incluyen desde un dispositivo para inhalación hasta una suspensión extemporánea; pasando por un óvulo vaginal o un colirio. La dificultad asociada a la utilización de estos medicamentos, puede estar relacionada con:

  1. La técnica de administración. Ejemplo: una pluma de insulina.
  2. La técnica de preparación. Ejemplo: una suspensión extemporánea para administrar por vía oral.
  3. Las dos circunstancias anteriores. Ejemplo: Unas gotas óticas que hay que preparar antes de su administración.
  4. La dificultad del paciente para administrarse el medicamento por sí mismo. Ejemplo: aplicarse una pomada en la espalda.

Existen más de 1100 medicamentos que podrían clasificarse como medicamentos complejos. Esto supone que los usuarios necesitan recibir información específica sobre la técnica de preparación o administración o ayuda para su administración. Todo ello en torno al 13 %2 de las presentaciones disponibles, sin embargo, en la práctica diaria el porcentaje es mucho mayor. Esto se debe a que hay muchos medicamentos que no se prescriben, ni, por lo tanto, se dispensan. Además, la galénica moderna es compleja, y esto quiere decir que los principios activos nuevos llevan implícita en muchas ocasiones una complejidad para su administración; si bien no todos los grupos presentan la misma dificultad.

Población/pacientes diana

Cualquier paciente que acude a la farmacia y se encuentra con que ha de utilizar un medicamento puede ser susceptible de recibir este servicio. Aunque la población más idónea de demandar este servicio es aquella que presenta dificultades prácticas para preparar, administrar o aplicar los medicamentos. Sea ello por falta de conocimiento, de tiempo, de medios, o por tener problemas físicos, psíquicos o sociales que se lo impidan.

Se excluyen de este servicio aquellos pacientes en los que no esté indicada la administración de medicamentos en la farmacia; bien por falta de recursos para administrarlos o bien por el estado fisiológico del paciente (niños, embarazadas y pacientes con ciertas comorbilidades). Se puede pensar en los pacientes asmáticos o en los diabéticos, pero no se puede olvidar a los padres y madres. Así, reconstituyendo una preparación extemporánea, o cualquier persona que se administra un colirio, un enema, etc. Habría que hacer hincapié en lo que se conoce como “paciente complejo “y que desde la Federación Internacional de Farmacéuticos (FIP) se lleva trabajando desde el año 2013.

Es difícil definir al paciente complejo, pero en general se entiende que este término se aplica a aquellos pacientes que necesitan una cantidad extra de cuidados y de consideración como consecuencia de unos regímenes de medicación complicados acrecentados por limitaciones físicas y mentales. Según estadísticas recientes, los pacientes complejos suponen más del 25 % de las personas que asisten a las consultas de atención primaria y reúnen una o más de las siguientes características:

  1. Presentan múltiples, y bien definidas, enfermedades crónicas con diversas complicaciones.
  2. Son polimedicados que toman medicamentos complejos.
  3. Presentan una combinación peculiar de resiliencia y fragilidad.
  4. Presentan respuestas inesperadas a medicamentos comunes y problemas de salud menores.
  5. Son longevos.

Servicios de administración de medicamentos: instalaciones

Zona de atención personalizada: espacio físico preferiblemente distinto del mostrador habitual de dispensación donde el farmacéutico pueda explicar, instruir, informar, preparar, administrar o aplicar medicamentos al paciente de forma confidencia sin necesidad de grandes dimensiones. En una relación terapéutica entre el farmacéutico y el paciente, la confianza y la confidencialidad son pilares básicos, por lo que es imprescindible disponer de una zona diferenciada (ZAP) y distinta de la zona de dispensación que garantice la intimidad del paciente y la confidencialidad de la consulta.

La ZAP será un espacio donde el paciente y el farmacéutico puedan sentarse juntos, con una mesa de tamaño adecuado que permita dejar encima el o los medicamentos a administrar o a aplicar o a preparar sin ser vistos por otros usuarios de la farmacia y en el que puedan hablar sin ser escuchados por cualquier otra persona, incluyendo el personal que trabaja en la farmacia.

Serían necesarias al menos dos sillas (farmacéutico y paciente) o tres, si está presente el cuidador. Para evaluar la conformidad de la ZAP es recomendable seguir los criterios utilizados por Aguiló visibilidad desde la zona de dispensación, accesibilidad: diferenciación del mostrador y otros elementos de la zona de dispensación, privacidad para la comunicación farmacéutico-paciente y un equipamiento mínimo, número de ZAP y zona de espera para los pacientes que deben ser atendidos. La ZAP contará con el equipamiento necesario para poder administrar y aplicar los medicamentos que se pretendan administrar.

El servicio de farmacia profesional

Dentro de las múltiples tareas que son ejecutadas por el profesional en farmacia, una de las que mayor repercusión tiene en su comunidad a cargo es la dispensación de medicamentos. Sin embargo, más allá de solo entregar el medicamento adecuado, esta figura juega un papel importante como asesor de la salud. Debe conocer a cabalidad como realizar un diagnóstico adecuado, verificando que la formulación se haya realizado adecuadamente, además de muchas otras tareas. Para dominar este campo, juega un papel relevante la preparación previa, adquiriendo el conocimiento pertinente para ello.

TECH Universidad Tecnológica se posiciona actualmente como la mayor universidad digital del mundo. Esto se debe a su amplio portafolio educativo enfocado en la alta calidad del profesional egresado. Caso ejemplo de ello sucede en su Facultad de Farmacia, donde se encuentran posgrados tales como el Máster en Avances en Fitoterapia Aplicada y el MBA en Dirección y Gestión de Oficina de Farmacia. Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan dominar el campo de la farmacia en la comunidad, no cabe duda que su mejor elección será tomar el Máster Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en Farmacia Comunitaria.

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