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Partiendo del trabajo desarrollado por la doctora Rosa Casafont se relaciona la química emocional en respuesta a la acción motriz con la que se produce en respuesta al movimiento. El procesamiento de una emoción, lo que ella llama savia emocional de activación, parte de la amígdala cerebral, posteriormente va hacia el hipotálamo y la corteza cerebral. Es a partir de las señales captadas por los sistemas sensoriales y procesadas por el sistema límbico y la corteza que se originan las emociones básicas. Estas emociones se expresan a través de cambios fisiológicos, es por ello por lo que existe una relación directa entre la emoción y el cuerpo. Estos cambios son:

  • En primer lugar, se producen unos cambios bioeléctricos, neurales, que parten del hipotálamo. Estos activan y se expresan a través del sistema nervioso autónomo y ponen el cuerpo en alerta.
  • Seguidamente, se producen cambios moleculares, químicos y hormonales que también parten de la estructura cerebral del hipotálamo. Se activa el eje conocido como hipotálamo-hipófisisadrenal, que es uno de los mecanismos implicados en la respuesta fisiológica del estrés. La actividad de este eje se inicia en el hipotálamo y da sitio a la liberación de glucocorticoides (como el cortisol) y catecolaminas (adrenalina y noradrenalina), que son las principales hormonas del estrés, y actúan tanto a nivel periférico como a nivel del Sistema Nervioso Central.
  • Esta liberación es la que permite que este eje se exprese a través del sistema neuroendocrino, permitiendo al cuerpo que actúe.
  • Por último, se da la participación del sistema motor somático o neuromuscular, gracias al cortisol liberado, que moviliza la energía del cuerpo y pone en disposición el azúcar necesario.

Movimiento desde las emociones

Estos sistemas se activan siempre que se altera el estado de reposo, por mínimo que sea. En este proceso hay que destacar el papel de la amígdala, puesto que es ella la que se encarga de iniciar el proceso del cual se responsabiliza el hipotálamo. La amígdala recibe las proyecciones de todas las áreas de asociación sensorial, así mismo, las aferencias talámicas llegan a esta y es a través de estas dos entradas donde aporta el componente emocional a los estímulos percibidos.

El hipotálamo es el que coordina la expresión corporal de los estados emocionales a través de tres sistemas: el nervioso autónomo, el neuroendocrino y el neuromuscular, los cuales se hacen conscientes al alcanzar la corteza, nuevamente. El sistema nervioso autónomo posee dos divisiones:

  • La simpática es la que se encarga de consumir energía y o bien preparar el cuerpo para la alerta ante los peligros o bien para salir del estado de reposo.
  • La parasimpática estabiliza el cuerpo, lo serena, regula el sueño. Se encarga de ahorrar energía y supervisar el crecimiento celular.

Ambas vías inervan la mayoría de glándulas y vísceras internas, como se ha visto sus acciones son contraria y requieren de una estimulación absolutamente coordinada. Una vez el cuerpo está preparado para actuar es necesaria la activación del sistema neuroendocrino. Este se encarga de la producción de cortisol que moviliza la energía y hace posible el movimiento.

La neuroquímica de la emoción

Durante las emociones se liberan en el propio cerebro y en la periferia diferentes sustancias que tienen repercusiones en el organismo a nivel global. Las más destacadas se presentan de forma simplificada a continuación:

Las monoaminas

Constituyen el grupo principal de neurotransmisores del sistema nervioso, estando ampliamente distribuidas a lo largo del mismo, tanto del sistema nervioso central, como del periférico. Su característica diferencial es la presencia de un grupo amino. Las monoaminas juegan un papel fundamental en la conducta humana, ya que inhiben y estimulan diversas funciones. Se encargan de la neuromodulación al recibir y liberar el material sináptico, regulando así procesos como la atención, los estados emocionales y las funciones viscerales.

Entre las monoaminas que participan en el proceso emocional destacan dos grupos: las catecolaminas, dentro de las cuales se encuentran la dopamina, la noradrenalina, la adrenalina y la indolamina serotonina. La dopamina se vincula con el buen humor, el espíritu de iniciativa y la motivación. Cuando su nivel es bajo tiene correspondencia con la depresión, la hiperactividad, la desmotivación y la indecisión.

Destacar que la adolescencia es el periodo donde la sensibilidad del cerebro a la dopamina es máxima. La noradrenalina o noreprinefrina permite al organismo el desarrollo de labores de síntesis química. Así mismo, le confiere una gran destreza incondicionada y automática para el mantenimiento del equilibrio. Se relaciona directamente con la actividad física y los cambios posturales. También tiene un efecto excitador que potencia la atención, la percepción y la motivación.

Se relaciona con la emoción de la ira. La adrenalina se encarga de la puesta en alerta y la activación en situaciones de peligro, desencadenando mecanismos de supervivencia, por ello se asocia principalmente a las emociones del miedo y la ira.

Los neuropéptidos

Son cadenas cortas de aminoácidos que se localizan con facilidad en el tejido encefálico. Actualmente, se consideran como neurotransmisores de diversas regiones del sistema nervioso central, recalcando su reducida concentración y su potente acción. Sus funciones principales son la regulación de aspectos fundamentales como la sed, la memoria o la conducta sexual. En el cometido emocional destacan la hormona liberadora de corticotropina, la vasopresina y la oxitocina.

La corticotropina actúa sobre la parte exterior de la glándula suprarrenal. Tiene como función principal la regulación del nivel de cortisol, es decir, la sensibilidad al estrés y la ansiedad, es por ello, que el cuerpo elabora más corticotropina durante momentos de tensión. Además, está asociada a un aumento en las capacidades de atención y concentración. La vasopresina es conocida por su función antidiurética, ya que favorece la retención de líquidos. En relación con lo emocional, se le otorga un efecto modulador en la respuesta del organismo ante situaciones estresantes o ansiógenas.

Así mismo, parece estar implicada en la modulación del dolor, donde actuaría como analgésico. Parece ser que, al ser liberada en determinadas condiciones, la vasopresina tiene efectos reforzantes a causa de las sensaciones positivas asociadas a su secreción. Se ha visto también su papel en temas de apego sexual, ya que actúa como potenciador de los vínculos sociales, en especial los de pareja. Esto se relaciona con su liberación en el circuito de recompensa del sistema nervioso central. La oxitocina está involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad, puesto que potencia el altruismo y el apego.

Los opioides u opiáceos endógenos

Están involucrados en el control de la homeostasis, en la proliferación celular, en el control cardiovascular, la regulación del dolor, en la respuesta al estrés e inmune. Estos pueden distinguirse por sus acciones a nivel central, es decir, en el propio cerebro, y por sus acciones periféricas, es decir, su actuación sobre órganos de todo el cuerpo, que tiene también un efecto de feedback sobre el cerebro.

El sistema opioide endógeno se agrupa en tres familias: las endorfinas, las encefalinas y las dinorfinas, destacando desde la perspectiva emocional las primeras. Las endorfinas son analgésicos naturales que pueden ser hasta veinte veces más potentes que los medicamentos contra el dolor. Aparte de inhibir el dolor, actúan a nivel cerebral produciendo experiencias subjetivas (disminución de la ansiedad, sensación de bienestar, sedación, suben la autoestima, mejoran el estado de ánimo, etc.).

La química emocional en respuesta a la acción motriz: las emociones en el movimiento

Los diferentes sistemas del cuerpo humano se encuentran relacionados y conectados de forma que cada uno de ellos responde a los estímulos generados por otro. Los factores externos también tienen gran influencia en ello siendo estos la base para el adecuado desarrollo del ser humano en las diferentes etapas de su vida. Por esta razón hay que tener en cuenta las diferentes emociones y sentimientos que son generados en el ser humano en los diferentes ámbitos de aprendizaje, incluido el deporte.

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