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Un programa de entrenamiento de la fuerza de éxito debe formar parte de un plan de entrenamiento a largo plazo, y no aplicarse solo durante ciertos períodos del plan anual. El entrenamiento de la fuerza ayuda a los atletas a librarse de lesiones, difiere la aparición del cansancio y permite al atleta elevar su rendimiento deportivo. Como los programas de entrenamiento son estrategias metódicas y sistemáticas para mejorar el rendimiento, deben estar bien organizados y diseñados. Todo método de entrenamiento eficaz incorpora los principios de las estructuras de periodización de la fuerza a largo plazo (Berger y Minov, 1984).

La estructura de un microciclo está constituida por la serie de sesiones de entrenamiento, organizada de forma racional en un corto período de tiempo. Representan los primeros fragmentos relativamente acabados del proceso de entrenamiento. Matveiev (Isurrin, 2006) lo interpreta como un fragmento completo del mesociclo de entrenamiento. Debe, por lo tanto, incluir todos los elementos previstos en el mesociclo.

Esta estructura de trabajo del proceso de entrenamiento siempre incorpora dos partes: una estimuladora y otra de restablecimiento. Su duración mínima es de dos días de entrenamiento, mientras que la máxima duración raramente alcanza los catorce días, siendo la duración más utilizada, por razones prácticas de adaptación a los hábitos laborales y culturales de la mayor parte de la población, la de siete días. Casi siempre suelen terminar con días de recuperación, siendo las estructuras más empleadas las siguientes: 6:1; 5:2; 3:1; 2:1 (Bompa y Buzzichelli, 2015). La organización interna de un microciclo puede ser muy variada, por lo que en los microciclos tradicionales, dependiendo del objetivo del mismo, se encuentran las siguientes posibilidades (Arellano, 1989; Bompa y Buzzichelli, 2015).

Microciclos

  • Microciclo de ajuste: también llamados introductorios, que se caracterizan por organizarse con bajos niveles de carga y con la finalidad de preparar al organismo para próximas mayores intensidades. Estos microciclos forman las estructuras iniciales de un proceso de trabajo, especialmente cuando se llevan a cabo cambios sustanciales de entrenamiento o se inicia un mesociclo nuevo.
  • Microciclo de carga: se caracterizan por la utilización de cargas medias que tienen como objetivo la mejora de la capacidad del rendimiento del deportista.
  • Microciclos de choque: también llamados impacto, que se caracterizan por la utilización de cargas elevadas de trabajo que tienen por objetivo estimular los procesos de adaptación del organismo. Los microciclos de choque que emplean altos volúmenes de carga suelen ser muy corrientes en los períodos preparatorios, mientras que aquellos en los que la intensidad es muy elevada corresponden al periodo competitivo.
  • Microciclos de aproximación: también llamados de activación, que se caracterizan por utilizar cargas específicas muy similares a las de competición, teniendo como objetivo preparar al deportista para las condiciones de la competición. Predomina, sobre todo, el trabajo especial sobre el general.
  • Microciclo de competición: se caracterizan por integrar en su organización las competiciones importantes. En ellos se deben conocer perfectamente los mecanismos individuales de recuperación con la finalidad de llegar al día de la competencia en el momento de máxima supercompensación de las cualidades específicas que se requieren para la prueba.
  • Microciclo de recuperación: también llamados de restablecimiento o descarga, que son las estructuras organizativas que siguen a una serie de microciclos de choque o a un microciclo de competición. Estos microciclos están destinados a asegurar el desarrollo óptimo de los procesos de recuperación.

Mesociclo

Los mesociclos representan etapas relativamente acabadas del proceso global de entrenamiento que tienen como finalidad lograr el desarrollo de una cualidad u objetivo parcial de todo proceso. Su organización interna se realiza con base en los diferentes microciclos, abarcando períodos de dos a seis/ocho microciclos (Berger y Minov, 1984; García, Navarro y Ruiz, 1996). Según su estructura interna, los mesociclos en una estructura tradicional se clasifican en (Bompa y Buzzichelli, 2015; Matveev, 1985) los siguientes:

  • Mesociclos entrantes o graduales: son mesociclos iniciales de cualquier estructura de entrenamiento. En ellos se crean las bases de condición física que se precisan para afrontar con garantías todo el programa de trabajo. Normalmente, están constituidos por 2-3 microciclos de ajuste que terminan con otro de descarga.
  • Mesociclos básicos: son los encargados de contener las cargas fundamentales de entrenamiento durante una temporada. Los objetivos a cumplirse pueden ser de desarrollo (el deportista genera las bases funcionales y técnicas específicas de su modalidad deportiva) y de estabilización (se consolidan y automatizan los logros ya alcanzados).
  • Mesociclos de precompetición: están destinados a transformar los niveles condicionales y técnicos alcanzados durante los mesociclos de base. A los niveles precisos y concretos que se precisan en la competición. En el mismo mesociclo se busca las mismas condiciones técnicas, tácticas, físicas o ambientales. Mismas con las que se va a encontrar el deportista durante su competición. Al igual que ocurría con los microciclos del mismo nombre, su estructura debe favorecer los procesos de recuperación. Esto a medio plazo que conducen a un estado de supercompensación durante la competencia.
  • Mesociclos de competición: son los mesociclos que incluyen las principales competiciones deportivas. Especialmente a las estructuras que engloban el trabajo a realizar entre competiciones no muy espaciadas. Su duración es de dos/tres microciclos.

Macrociclo

Configuran la macroestructura que engloba el total de objetivos marcados en un proceso completo de entrenamiento con finalidad concreta. Mismo en el que se incluye una fase de competiciones (Bompa y Buzzichelli, 2015). Tradicionalmente, una temporada de entrenamiento se divide en período preparatorio, período competitivo, período transitorio (Bompa y Buzzichelli, 2015; Matveev, 1985). La duración de cada una de las etapas viene marcada por las peculiaridades de las competiciones; por los intereses de los deportistas y por su nivel de rendimiento y/o entrenamiento.

Al período preparatorio se le da una duración de tres/seis meses de duración. Esto dependiendo de las características del deporte y del tipo de programa anual empleado. Para deportes individuales la duración vienen a ser de una/ dos veces la duración de un periodo competitivo. En los deportes de equipo esta fase suele ser bastante corta, pero nunca inferior a los dos/tres meses (Berger y Minov, 1984). El período de preparación general tiene por objetivo la preparación física general, el perfeccionamiento de los elementos técnicos y las maniobras tácticas básicas. Todo ello debe ir orientado a crear una amplia base de trabajo de cara al futuro entrenamiento.

Durante esta fase del entrenamiento no es aconsejable participar en ninguna competición. Usualmente, la técnica no está totalmente establecida, y con frecuencia los bajos resultados obtenidos en esta etapa afectan a la esfera psicológica del atleta (Bompa y Buzzichelli, 2015). El período de preparación especial representa de alguna manera una fase de transición hacia el periodo competitivo. Aunque los objetivos de entrenamiento son bastante parecidos a los de la etapa anterior, el carácter de entrenamiento se va haciendo más específico. Aunque el volumen de entrenamiento es todavía alto, la mayor parte del esfuerzo es dirigido hacia ejercicios específicos directamente relacionados con las destrezas y/o modelos técnicos del deporte.

Entrenamiento enfocado en objetivos

El entrenamiento juega un papel muy importante dentro de la vida de las personas hoy en día. Se ha convertido en un eje de bienestar y salud brindando un estado físico adecuado para cualquier tipo de actividad. Sin embargo, cuando se habla de entrenamiento de fuerza se busca un objetivo general en el desarrollo de diferentes habilidades y características físicas enfocadas, por lo general, en una competencia deportiva. Es por esta razón que el profesional en este campo debe tener pleno conocimiento acerca de cómo alcanzar estos objetivos de manera optimizada.

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