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El mercado de animales de compañía es un mercado pujante como se demuestra en el alza constante en la última década en el volumen total de negocio. Ello haría pensar que el sector clínico veterinario es un sector cuya situación estructural y económica es boyante y saneada. Nada más lejos de la realidad. La situación macroeconómica del sector veterinario a pesar de que el volumen cuantitativo de negocio aumenta casi de la misma forma que lo hace el resto del mercado de animales de compañía; en el aspecto cualitativo no es así en lo absoluto, padeciendo de defectos estructurales profundos que no dejan desarrollar su máximo potencial.

Numerosos estudios comparativos con la situación del sector en otros países desarrollados confirman que el mercado español aún no ha alcanzado el grado de madurez en su ciclo de vida, ni en número de animales de compañía, ni en gasto realizado por animal que está en unos 1.100 €, frente a los 2.500 € del Reino Unido o los 3.500 € de Estados Unidos.

En España este negocio apenas genera un tercio del mercado francés, alemán o británico, por lo que parece evidente que todavía queda mucho recorrido si no se ponen trabas artificiales aplicando cargas impositivas extras a un sector que, en su conjunto, ya genera más de 2.200 millones euros en el país. Cuestiones como la baja productividad, la precariedad laboral o la conciliación se han convertido en un verdadero problema para un desarrollo económico sólido del sector.

Hay datos muy preocupantes que sitúan que, algo más de un 40 % de las empresas de centros sanitarios veterinarios podrían estar en una situación de quiebra técnica. Los siguientes comentarios permiten hacerse una idea más profunda de lo que sucede en el sector veterinario.

Situación en España

“El sector veterinario español, debido a su particular estructura, padece los condicionantes negativos, como las crisis económicas o las subidas impositivas generales y específicas, con cierta profundidad, por lo que resulta habitual el deterioro de sus cifras de facturación y empleo cuando acontecen circunstancias de este tipo.” (Gutiérrez Aragón, 2019; Gutiérrez Aragón, 2020).

“En este marco socioeconómico, han sido precisamente los jóvenes graduados en veterinaria quienes más han sufrido en la última década el aumento de la precarización (en salario y parcialidad), especialmente en las clínicas veterinarias de pequeños animales.” (Badiola, 2016; Gutiérrez Aragón y Gassiot Melian, 2020). “De hecho, a pesar de que se ha producido una mejora evidente de las cifras macroeconómicas y del sector en particular, en los últimos años (previos a la crisis sanitaria del COVID-19) su situación no parece haber mejorado de forma sustancial.” (Gutiérrez Aragón, Barahona Márquez y Berbel Giménez, 2018; Gutiérrez Aragón y Gassiot Melian, 2020).

“Ciertamente, a partir del año 2015, coincidiendo con la mejora económica del país, el sector veterinario ha experimentado una progresiva recuperación en un gran número de sus indicadores como el valor añadido, la cifra de facturación, la producción, el excedente bruto de explotación, las compras o la cifra de inversión.” (Gutiérrez Aragón, 2020).

“Sin embargo, otros índices relativos a la calidad del empleo, como el número de eventuales o el de trabajadores no remunerados, han seguido creciendo a pesar de la recuperación económica. Así mismo, el salario medio ha disminuido notablemente desde el inicio de la crisis, siendo uno de los más bajos del conjunto de actividades del país, y la productividad por ocupado, que se había desplomado de forma notable en los primeros años de la crisis económica para comenzar a recuperarse a partir de 2015”.

Factores externos

Se podría señalar como algunos de factores externos los siguientes:

  • La inseguridad jurídica endémica del sector qué hace que se paralice la toma de decisiones estratégicas en las empresas.
  • Cambio de un tipo impositivo de IVA reducido a IVA del 21 % que obviamente frena el consumo de servicios.
  • El exceso de oferta formativa que provoca un exceso de egresados que el mercado laboral no puede absorber provocando un excesivo autoempleo, precariedad laboral y competencia desleal.
  • Presión mediática excesiva de las ONGs sobre los profesionales del sector para que hagan precios reducidos.

Factores internos

Como algunos de los factores internos se encuentran los siguientes:

  • Baja formación empresarial de los profesionales veterinarios, esto hace que no se tengan en cuenta aspectos de rentabilidad en la toma de decisiones estratégicas de los centros.
  • Toma de decisiones empresariales con base en las emociones y no a los datos, por ejemplo, subyugar la cuenta de resultados de la empresa a la oferta de servicios a beneficio cero, o incluso a pérdida para organizaciones protectoras (estas organizaciones tan solo suponen menos de un 3 % de todos los propietarios de animales de compañía) en menoscabo de la atención de los clientes que demandan servicios de calidad.
  • Exceso de vocación en menoscabo de la rentabilidad, lo que hace que algunos centros veterinarios desarrollen servicios en función de las preferencias profesionales del profesional promotor de la empresa; y no bajo criterios de necesidad del mercado, oportunidad y sobre todo rentabilidad.

La irrupción en el sector de fondos de inversión que racionalizan las inversiones y toman decisiones con base en la rentabilidad o la aparición de organizaciones empresariales, que tienen la capacidad de interlocución social con la administración en parte están corrigiendo la situación. Sin embargo, la mayoría del tejido empresarial está formado por micro pymes con baja capacidad de inversión y crecimiento, las cuales deberán buscar a través de la confluencia, mancomunando, o también externalizando infraestructuras y ofertando servicios de alto valor añadido para poder rentabilizar su actividad y en definitiva sobrevivir.

Situación laboral sectorial

El sector de centros sanitarios veterinarios, al contrario que la gran mayoría de los sectores económicos, hasta hace muy poco tiempo ha carecido de un marco regulatorio que estableciera un criterio común de mínimos que facilitara las relaciones laborales, con lo cual ha existido en este sector una situación distorsionante en el mercado de graves consecuencias para este y que, además, costará algunos años en normalizarse. Reconducir esta situación va a ser posible gracias a la publicación en el BOE el 14 de agosto del 2020 (BOE 219-2020) del primer Convenio colectivo estatal de centros y servicios veterinarios.

Dicho convenio fue consignado por una parte por la patronal del sector veterinario, la Confederación Empresarial Veterinaria Española CEVE, y por otra por las organizaciones sindicales mayoritarias Comisiones Obreras CCOO y la Unión General de Trabajadores, tras casi dos años de negociaciones. El Convenio colectivo estatal de centros y servicios veterinarios establece, aparte de los aspectos de jornada y salarios, una serie de categorías laborales que dan una estructura al sector al tener en cuenta las necesidades de las diversas tipologías de centros, normaliza la disponibilidad y establece los criterios básicos, tanto preventivos como formativos en salud laboral y prevención de riesgos laborales.

Además, y no menos importante, desarrolla para las categorías sanitarias una carrera profesional, vital en un sector de avances constantes en el que las empresas deben invertir mucho en I+D y necesitan de personal formado y cualificado.

Datos

Basándose en los datos del INE, en el informe anual sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario de animales de compañía en España, los informes económicos de CEOE y los informes anuales de Veterindustria se obtienen los siguientes datos:

  • En el sector de los centros sanitarios veterinarios si bien los indicadores han mejorado sustancialmente en el periodo 2009 – 2018, aún se arrastran algunos de los efectos de la situación generada, tras el periodo de crisis económica y el incremento del tipo de gravamen del IVA al 21 % implantado por el Real Decreto-Ley 20/2012, debido a la existencia de notables perjuicios para los intereses económicos del tejido empresarial veterinario, el cual había visto reducir sus márgenes de beneficio (llegando incluso a entrar en pérdidas aquellas empresas que estaban sufriendo con mayor rigor los efectos de la crisis).
  • La cifra de negocio del sector veterinario se ha incrementado un 54,01 % desde 2009 a 2018 (un 109,23 % en el caso de animales de compañía), siendo el peor de los ejercicios el 2013 con una caída del 5,22 % y el mejor el año el 2015 con un incremento del 25,31 %.

La adecuada administración en veterinaria

Toda organización requiere de un líder y un guía que genere un camino paso a paso para lograr un objetivo colectivo. El mismo es el encargado de distribuir y adaptar los recursos con los que se cuenta de manera adecuada. Esto permite que cada una de las tareas y acciones realizadas tanto interna como externamente de la empresa logren ser controladas y con un enfoque positivo.

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