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El alcohol es una sustancia que causa alta dependencia. Es muy utilizada en diversas culturas desde tiempos inmemoriales y, por ello, se ha normalizado. Sin embargo, su consumo supone una afectación a las personas de diversas formas por la adicción que conlleva. Esto depende de la clasificación de bebidas alcohólicas, así como de la frecuencia con la cual se recurran a ellas.
Contexto
En el Informe global sobre el alcohol y la salud de 2014 de la OMS, se menciona que cada año se producen 3,3 millones de muertes en el mundo por causa del consumo de alcohol, lo que supone el 5,9% de los fallecimientos. Su consumo abusivo perjudica a otras personas como la pareja, familiares, compañeros y compañeras de trabajo, e incluso a personas desconocidas, de forma directa o indirecta (accidentes de circulación…)
El alcohol es causante de más de 200 enfermedades y trastornos. Está claramente asociado al desarrollo de trastornos mentales y de la conducta. Entre ellos el alcoholismo, enfermedades como la cirrosis hepática, algunos cánceres y enfermedades de tipo cardiovascular, así como traumatismos provenientes de situaciones de violencia o accidentes en tránsito. Una parte importante de la mortalidad y morbilidad del uso abusivo del alcohol es debido precisamente a los traumatismos mencionados (intencionados o no), accidentes de tráfico, violencia o suicidios. Generalmente traumatismos que derivan en fallecimiento debido al alcohol afectan a personas jóvenes.
Parece haberse encontrado, además, relación entre consumo abusivo de alcohol e incidencia de enfermedades de carácter infeccioso como la tuberculosis o el VIH/SIDA. Hay que sumar a esto el impacto del alcohol en mujeres embarazadas que presenta complicaciones prenatales, entre ellas el síndrome alcohólico fetal.
Alcoholismo en Europa
Según la OMS, la Unión Europea es la región del mundo donde más se bebe y, aunque los datos en España van siendo cada vez más positivos, el ritmo de mejora es lento. En España, el 10% de la población bebe a diario. Si se realiza una comparación entre sexos, la cifra de consumidores de alcohol sube en el caso de los hombres colocándose en un 15%. Los españoles comenzaron a beber a una edad media de 13 años y 4 de cada 5 personas ha probado el alcohol en el último año. Tras el tabaco, es la droga más consumida y a mayor edad, existe mayor número de personas alcoholizadas.
La bebida alcohólica preferida de los españoles es la cerveza. Las tres comunidades donde más se bebe en España por este orden son Asturias, La Rioja y País Vasco, mientras que las tres comunidades donde menos se bebe con Ceuta, Melilla y Cantabria. Entre los países europeos, los tres países donde más se bebe semanalmente son, por este orden, Reino Unido, Luxemburgo y Dinamarca. Los tres donde menos se bebe son Lituania, Letonia y Croacia. España se sitúa por debajo de la media europea, en el puesto no 15 de 26 países.
En España existe una especial preocupación por el consumo de adolescentes, tanto respecto a la cantidad del alcohol ingerido como a la calidad y hábitos que se están imponiendo en este caso. El 78% de los adolescentes ya ha bebido antes de los 18 años y un tercio de los adolescentes (32%) entre 14 y 18 años se ha dado un atracón (binge drinking) en el último mes. Entre estos, son las chicas las que consumen con más riesgo, bebiendo más de 29 ml. al día durante el fin de semana. En cuanto a los chicos, el 26,3% supera el límite de riesgo de consumo máximo. Además, más de la mitad de los jóvenes de 15 años (57%) ya ha participado al menos en un “botellón” en el último año, siendo las chicas más asiduas a este tipo de prácticas (59,3% frente al 55,9% de chicos). El porcentaje de adolescentes que han tenido borracheras en los últimos 30 días es mayor cuando se tienen 18 años (37,5%), mientras que con 14 años desciende al 7,6% Entre los 14 y 18 años el porcentaje de adolescentes que ha tenido una borrachera en el último mes va subiendo cada año hasta colocarse en las cifras ya citadas a los 18 años.
España
En España existe una especial preocupación por el consumo de adolescentes, tanto respecto a la cantidad del alcohol ingerido como a la calidad y hábitos que se están imponiendo en este caso. El 78% de los adolescentes ya ha bebido antes de los 18 años y un tercio de los adolescentes (32%) entre 14 y 18 años se ha dado un atracón (binge drinking) en el último mes. Entre estos, son las chicas las que consumen con más riesgo, bebiendo más de 29 ml. al día durante el fin de semana. En cuanto a los chicos, el 26,3% supera el límite de riesgo de consumo máximo. Además, más de la mitad de los jóvenes de 15 años (57%) ya ha participado al menos en un “botellón” en el último año, siendo las chicas más asiduas a este tipo de prácticas (59,3% frente al 55,9% de chicos). El porcentaje de adolescentes que han tenido borracheras en los últimos 30 días es mayor cuando se tienen 18 años (37,5%), mientras que con 14 años desciende al 7,6% Entre los 14 y 18 años el porcentaje de adolescentes que ha tenido una borrachera en el último mes va subiendo cada año hasta colocarse en las cifras ya citadas a los 18 años.
A todo esto hay que añadir y lamentar los casos de niños o niñas fallecidos por comas etílicos que han encendido todas las alarmas sobre la permisividad y tolerancia que existe en la sociedad sobre este tema.
Tipología
El alcohol etílico es el componente psicoactivo básico de las bebidas alcohólicas. Los grados que contiene la bebida están indicados en la etiqueta de cada uno de estos productos y representan el porcentaje de alcohol presente en una bebida. Si una cerveza, por ejemplo, tiene 6,2o esto quiere decir que contiene un 6,2% de etanol.
El etanol o alcohol etílico (CH3-CH2-OH) es un alcohol que tiene un aspecto incoloro y es inflamable cuando llega a 78,4 oC. Se puede mezclar con agua en cualquier proporción. El etanol se encuentra también como excipiente en muchos medicamentos y cosméticos. Además, se puede usar como anticongelante, disolvente y desinfectante dado su alto poder bactericida. Como antiséptico se suele mezclar con otros aditivos como el alcanfor o cloruro de benzalconio. También se puede encontrar otros usos del etanol en la industria química y como combustible.
Las bebidas alcohólicas son variadas en cuanto a su olor y sabor. Se pueden clasificar respecto a su uso, su graduación o su composición. Sin embargo, en el caso se clasificarán en base al método de obtención. Es decir, si son fermentadas, destiladas u otras:
Fermentadas
Producidas por la fermentación de los azúcares de las frutas o cereales. La fermentación se produce al dejar que frutas o cereales con un gran contenido de azúcar reposen durante un largo período de tiempo con una temperatura apropiada. Algunos microorganismos presentes en el aire y en la superficie de la fruta transforman el azúcar en alcohol. Dentro de este grupo se encuentra las siguientes:
- Sidra (3o): obtenida a partir de la manzana.
- Cerveza (4o hasta 8o): obtenida a partir de la cebada.
- Vino (11o-13o): obtenido a partir de la uva.
- Cava(12o): obtenido a partir de la uva y otras frutas.
- Vermú y otros aperitivos (16o-24o): obtenido a partir de frutas, especias y hiervas.
Destiladas
El proceso de la destilación consiste en hervir bebidas previamente fermentadas. El calor elimina el agua de la bebida y como consecuencia el porcentaje de alcohol obtenido se eleva. A estos licores obtenidos de alta graduación se les suele añadir otros ingredientes para hacerlos más agradables a la hora de tomarlos (aromas, azúcar o agua). Se utilizan frecuentemente para realizar cócteles y combinados. Dentro de este grupo se encuentran con las siguientes bebidas:
- Pacharán(28o): obtenido a partir de la endrina.
- Anís (36o): obtenido a partir del fruto de la planta del mismo nombre.
- Vodka (40o): obtenido a partir del centeno, el trigo o la patata.
- Ginebra(40o): obtenida a partir de la cebada y las bayas de enebro y aromatizada con diversas especias o hierbas (cardamomo, angélica…)
- Brabdy(40o): o Coñac, Armagnac, Jerez… es un aguardiente elaborado a partir del vino.
- Whisky (40o-50o): obtenido a través de la destilación de la malta fermentada de cereales como la cebada, el trigo, el centeno, maíz…
- Ron (40o-80o): obtenido a partir de la caña de azúcar fermentada.
- Absenta o Ajenjo (70o-90o): obtenida del ajenjo, hinojo y anís.
Sin alcohol
Generalmente se trata de cervezas que se anuncian como “sin”, pero que tienen algo de alcohol. Si se hace una comparación, 3 latas de cervezas sin alcohol son semejantes al consumo de un vaso de vino o medio whisky.
Cuando una bebida alcohólica tenga mayor o menor efecto en el organismo de una persona no depende exclusivamente de la graduación de ésta. También influyen factores como la cantidad ingerida, el momento del día en que se ha consumido, la costumbre que se tenga de beber y las circunstancias físicas en que se encuentren las personas, así como el estado psicológico en que se encuentre ésta en el momento de tomar alcohol.
También hay que tener en cuenta en el efecto del alcohol la forma en que se consume éste. La ingesta de combinados (cócteles) que consiste en la mezcla de alcohol con bebidas carbonatadas, potencia los efectos del alcohol debido al CO2 presente en éstas y facilita el tránsito del alcohol a través del tracto digestivo al estar mezclado con un refresco frío. De ahí que, por ejemplo, las bebidas espumosas como el cava u otro tipo de vinos que son servidos fríos y contienen CO2, tienen un efecto más rápido que otras bebidas de su categoría. Especialmente los combinados de bebidas alcohólicas con refrescos de cola son muy consumidos por el efecto estimulador de la cafeína presente en dicha bebida que atenúa el efecto depresor del alcohol.
Intervención en las adicciones
A la luz de la muestra de datos ofrecida, la intervención sobre los diferentes trastornos en la población se constituye como prioridad en TECH Universidad Tecnológica. Esta preocupación se ve reflejada por medio de los posgrados académicos que dicha institución ha creado en los últimos años. Entre ellos se encuentran el Máster en Terapia Familiar y Estrés para Médicos o el Máster en Neuropsicología Clínica en Medicina.
Los anteriores programas, junto con este Máster en el Tratamiento Cognitivo-Conductual de las Adicciones para Médicos, ofrecen una capacitación profunda al personal sanitario desde múltiples áreas: promoción de alternativas de ocio, programas de educación, prevención e intervención a nivel familiar y escolar en los pacientes que requieran de un seguimiento referente a la salud mental.