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Un cuestionario es, por definición, el instrumento estandarizado que se utiliza para la recogida de datos. Esto durante el trabajo de campo de algunas investigaciones cuantitativas, fundamentalmente, las que se llevan a cabo con metodologías de encuestas. En pocas palabras, se podría decir que es la herramienta que permite al científico social plantear un conjunto de preguntas para recoger información estructurada sobre una muestra de personas, utilizando el tratamiento cuantitativo y agregado de las respuestas. Utilizado para describir la población a la que pertenecen o contrastar estadísticamente algunas relaciones entre variables de su interés.

El cuestionario es un procedimiento considerado clásico en las ciencias sociales para la obtención y registro de datos. Su versatilidad permite utilizarlo como instrumento de investigación y como instrumento de evaluación de personas, procesos y programas de formación. Es una técnica de evaluación que puede abarcar aspectos cuantitativos y cualitativos.

Su característica singular radica en que, para registrar la información solicitada a los mismos sujetos, esta tiene lugar de una forma menos profunda e impersonal, que el “cara a cara” de la entrevista. Al mismo tiempo, permite consultar a una población amplia de manera rápida y económica. El cuestionario consiste en un conjunto de preguntas, normalmente de varios tipos, preparado sistemática y cuidadosamente. Son realizadas sobre los hechos y aspectos que interesan en una investigación o evaluación. El mismo puede ser aplicado en formas variadas, entre las que destacan su administración a grupos o su envío por correo.

Un cuestionario puede ayudar a obtener la información necesaria si la investigación en curso tiene como objetivo conocer la magnitud de un fenómeno social, su relación con otro fenómeno, cómo o por qué ocurre, especialmente en el caso de que sea necesario conocer la opinión de una gran cantidad de personas. (Martínez, 2002).

¿Para qué se usa el cuestionario?

Su uso es común en investigaciones donde el investigador está cerca del objeto estudiado. No se involucra directamente, pero su observación sí lo es. Así, esta técnica es de elección en el desarrollo de trabajos de campo que requieran la recogida sistemática y estructurada de información aportada por un número sustancial de informadores.

En este sentido, el cuestionario puede ser considerado una herramienta de espectro extensivo. Además, si la se compara por ejemplo con una entrevista en profundidad–, aunque incorpora un componente introspectivo en cuanto al ejercicio que el informador hace. Esto a diferencia, por ejemplo, de una observación– para responder a las cuestiones planteadas. De esta manera, se ha ido estableciendo como técnica recomendable tanto en diseños de investigación experimental o cuasi experimental. Mismos que estan basados en la comparación de grupos; como en aquellos que buscan el estudio de poblaciones mediante la construcción de muestras estadísticamente representativas.

Categorías de los datos

David J. Fox piensa que, al utilizar esta técnica, el evaluador y el investigador tienen que considerar dos caminos metodológicos generales; estar plenamente convencido de que las preguntas se pueden formular con la claridad suficiente para que funcionen en la interacción personal que supone el cuestionario y dar todos los pasos posibles para maximizar la probabilidad de que el sujeto conteste y devuelva las preguntas. Los datos que se pueden obtener con un cuestionario pertenecen a cuatro categorías:

  • 1ª Hechos (datos actuales) relativos:
    • Al dominio personal de los individuos que forman el grupo social estudiado. Por ejemplo: edad, nivel educativo.
    • Al dominio del ambiente que le rodea. Por ejemplo: vivienda, relaciones familiares, de vecindad, de trabajo, etc.
    • Al dominio de su comportamiento (reconocido o aparente).
  • 2ª. Opiniones, a las cuales se suman los niveles de información, de expectación, etc., todo lo que uno podría llamar datos subjetivos.
  • 3ª. Actitudes, motivaciones y sentimientos, todo lo que empuja a la acción, al comportamiento, y está a la base de las opiniones.
  • 4ª. Cogniciones, es decir, índices de nivel de conocimiento de los diversos temas estudiados en el cuestionario. Revela el grado de confianza a conceder a las opiniones sobre juicios subjetivos

Construcción de las preguntas

Hay dos grandes tipos de preguntas: Las preguntas factuales y las subjetivas. Por una parte, las preguntas factuales son aquellas en las que se pide a la persona que informe sobre acontecimientos, hechos y comportamiento concretos. Mismos que, en principio, podrían ser contrastados con una observación independiente. El informador, en este caso, proporciona una información que, eventualmente, podría llegar a ser comprobada, aunque los costes de este contraste puedan ser tan elevados como para desaconsejarlo.

Por su parte, las preguntas subjetivas serían aquellas en las que el ejercicio reflexivo de la persona reporta una información que no puede ser contrastada de ninguna otra manera. Es el caso de las opiniones, las creencias, los sentimientos y, en general, cualquier estado subjetivo auto informado del que no existe ningún otro medio para acceder a él, más que el juicio del propio sujeto. A grandes rasgos, las preguntas abiertas son aquellas en las que se proporciona el máximo grado de libertad a la expresión de la respuesta.

Generalmente se concretan mediante un espacio libre de respuesta verbal, con dimensiones no determinadas de una cierta extensión como para suscitar unas palabras o unas frases. En cambio, por su parte, las preguntas cerradas son aquellas en las que, más allá de la escala utilizada para la respuesta, ofrecen al participante la posibilidad de escoger entre las diferentes alternativas propuestas.

La distinción no es irrelevante, ya que afecta directamente al modo en que después se trata la información obtenida. Si bien es cierto que las preguntas abiertas pueden ser categorizadas posteriormente, resultan a priori incompatibles con los fundamentos analíticos inherentemente no discursivos en los que esta técnica se basa. Es decir, el tratamiento estadístico de la información cuantitativa obtenida en el trabajo de campo como base para la generación de conocimiento.

Elaboración del cuestionario

En cuanto al cuestionario, “… este instrumento consiste en aplicar a un universo definido de individuos una serie de preguntas o ítems sobre un determinado problema de investigación del que deseamos conocer algo” (Sierra, 1994), puede tratar sobre: un programa, una forma de entrevista o un instrumento de medición. La secuencia que suele seguirse al elaborar un cuestionario es la siguiente:

  • Determinar con precisión qué tipo de información se necesita.
  • Seleccionar los aspectos más relevantes para obtenerla.
  • Decidir la modalidad del cuestionario más adecuada.
  • Efectuar una primera redacción.
  • Someterla a crítica por algunos expertos.
  • Ponerla a prueba con un grupo experimental.
  • Reelaborarla y establecer los procedimientos para su aplicación.

La redacción de las preguntas, según la tesis defendida por Sudman y Bradburn (1982), es el elemento esencial para maximizar la validez de los datos obtenidos en la evaluación o en la investigación por encuesta. De hecho, se sabe que cambios aparentemente pequeños en la redacción de las preguntas pueden causar grandes diferencias en los diversos porcentajes de respuestas a la misma.

Se consideran reglas básicas de esta redacción: que no se pierdan nunca de vista los objetivos de la investigación y que, previamente a la formulación de cada pregunta, se pregunte sobre la necesidad y oportunidad de la misma, y sobre el grado en que esta servirá para lograr los objetivos propuestos. (Sierra Bravo, 1988).

La investigación periodística profesional

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