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La entrevista pericial es uno de los procedimientos más utilizados en el proceso de evaluación pericial. Con ella se pretende realizar un escrutinio de aquello que el paciente ha vivido, tanto en él como en los agentes que le acompañan en las situaciones a explorar. Por lo tanto, deben realizarse diversas preguntas con objetividad para que no ocurran sesgos de su procedencia.
Elección forzada
Las preguntas más tendenciosas son las denominadas preguntas de elección forzada. En ellas se encuentran dos características que son poco consideradas de rigor: son preguntas cerradas y, por ello, pueden provocar errores a partir de la contaminación externa por parte del evaluador.
Se considera una pregunta como pregunta de elección forzada cada vez que el (la) psicólogo(a) del establecimiento realizaba preguntas que requerían específicamente por respuesta un sí o un no. Ejemplos: “¿te han dicho que no se pueden tocar algunas partes?” y “¿a ti te pasó algo así o no?”. Como también, mientras la presunta víctima relataba los hechos.
Un aspecto a considerar dentro de las preguntas de elección forzada se relaciona con una manera particular en que se realizaron empezando con la frase: “¿te acuerdas cuando…?”. Esta forma de comenzar la pregunta no corresponde ya que se le da la posibilidad al sujeto a responder que no recuerda. En muchas ocasiones él podría estar entregando este tipo de respuesta por la única razón de no querer contar lo sucedido, como también podría suceder lo contrario. Es decir, afirmar que recuerda para agradar al entrevistador. Por lo tanto, se debería descartar esta manera de formular la pregunta para que así el sujeto no cuente con esa facilidad y entregue una respuesta según sus propias palabras.
Preguntas abiertas
Un segundo nivel de preguntas que tienen un sesgo de objetividad son aquellas que se denominan preguntas abiertas o también denominadas de selección múltiple. Rápidamente brindaban ciertas opciones de respuestas, lo que involucraría las creencias previas que mantiene el entrevistador acerca del caso. Lo anterior debido a que estaría proponiendo ciertas respuestas para que estén acorde con su propia hipótesis acerca de lo ocurrido. Pasan por alto información que podría ser de gran utilidad para la investigación. Esta característica del entrevistador sesgaría la entrevista pericial psicológica.
En ocasiones, el (la) psicólogo(a) realizaba una pregunta abierta con la finalidad de que el niño, niña y adolescente explicara con sus propias palabras lo sucedido. Sin embargo, rápidamente brindaba múltiples respuestas a ésta. Las preguntas de selección múltiple deben ir al final de la entrevista para aclarar o entender ciertas cosas que no han quedado muy claras.
Otros tipos de preguntas
Las preguntas cerradas encabezadas por ¿por qué? Tienen una connotación de sesgo muy peligrosa. Los(as) psicólogos(as) realizaron este tipo de preguntas mientras interrogaban por temas centrales o específicos de los hechos, más concretamente: “¿Por qué crees que hizo esto?”, “¿por qué te las ha tocado?”, “¿por qué te tocó?”, “¿por qué estabas en el baño?”, “¿por qué es malo tu papá?”, “¿por qué te dejó tranquila, sola?”.
Otro tipo de preguntas que son de incierta utilidad son aquellas que los(as) evaluadores(as) utilizan con la finalidad de obtener de manera específica la variable de tiempo. Inlcuye tanto el horario y la fecha en que habrían ocurrido los hechos investigados, como otros aspectos relevantes. “¿Cómo qué hora serían?”, “¿eso fue a qué horario del día?”, “¿cuánto tiempo habrá pasado entre esa vez y ahora?”. Algunas preguntas tienen relación a estimaciones numéricas correspondientes. Por un lado, a la edad de la presunta víctima en el momento de los hechos, “¿cuántos años tenías tú?”, “la primera vez que esto sucedió, ¿cuántos años tenías tú?”, “¿cuántos años tenías, más o menos, cuando viviste ahí?”. Por otro lado, preguntas que apuntaban a la cantidad de veces de ciertos sucesos relacionados a lo que se investigaba “¿cuántas veces pasaba?”, “¿cuántas veces pasó esto?”, “¿cuántas veces tú crees que pasó esto?”, “más o menos, ¿qué vez era esta?”.
Tendencias
Las preguntas tendenciosas son otras de las preguntas que no se deberían utilizar en la entrevista. Tienen como finalidad por parte del entrevistador(a) dirigir la atención del sujeto a algo que este no había mencionado anteriormente. En estos casos se encuentran presentes estimulaciones sugestivas para que el evaluado continúe hablando. Por ejemplo: “¿la zona genital?” “¿qué pensaste en ese momento?”, “la mujer de este fulano, ¿le dijiste algo?”, “¿qué hizo la mamá?”, “¿qué hizo el papá cuando le contaron?”.
Por supuesto, esto no se debería producir. Es un delito muy grave que el entrevistador sesgado valide un delito que no existió. Esto estigmatizaría a un niño, o incluso a un adulto que no recibió la agresión con la gravísima consecuencia de culpar a una persona inocente. También podría ocurrir que a menores que sí fueron abusados no se les crea, lo que ocasionaría que el sistema judicial niegue la justicia a éstos.
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