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A pesar de que hace unos años se estimaba que la adolescencia era la última etapa del desarrollo cerebral, la plasticidad neuronal ha permitido observar cambios en las conexiones neuronales e incluso nuevas neuronas prácticamente a cualquier edad. A pesar de lo anterior, el cerebro adulto y su desarrollo se considera una etapa estable y sin “grandes cambios”.

Es allí donde ya se ha establecido el proceso de diferenciación anatómica entre hemisferios. Este viene programado genéticamente, así a las cinco semanas de gestación, se formarán en el tubo neuronal cinco vesículas; el metencéfalo, el mielencéfalo, el mesencéfalo, el diencéfalo, el telencéfalo. Es precisamente de este último de donde se desarrollarán los hemisferios cerebrales, concretándose en la formación de la corteza cerebral y las estructuras subcorticales.

Una aproximación simple a los hemisferios, puede llevarlos a distinguir entre derecho e izquierdo. Esta clasificación es insuficiente pudiéndose establecer las distinciones entre, lóbulo frontal, lóbulo parietal, lóbulo temporal y lóbulo occipital; y cada uno de ellos a su vez se divide en derecho e izquierdo; así se puede conocer el papel que desempeña el lóbulo parietal derecho, o el occipital izquierdo.

Con respecto a las estructuras subcorticales, como el tálamo, hipotálamo, ganglios basales o la amígdala, igualmente se pueden distinguir sus especializaciones. Esto en función del hemisferio en el que se encuentre, pudiendo hablarse de la amígdala derecha o el tálamo izquierdo. Así la flexibilidad cognitiva o shifting, es la capacidad para afrontar dos o más puntos de vista a la vez. Pudiendo así evaluarlos, compararlos y determinar cuál es más óptimo para la resolución de tareas.

Provocando la falta de flexibilidad cognitiva que la persona no pueda tener una visión amplia y enriquecida de la información. Conllevando un pensamiento “pobre” en posibilidades, lo que impide alcanzar una solución óptima.

Etapas del desarrollo

Algo se ha observado en casi un tercio de los pequeños, con trastorno por déficit de atención. Sus estudios con Magnetoencefalografía (MEG) realizado, mientras se enfrentaban a la resolución del test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin (WCST) han indicado que las áreas implicadas en esta falta de flexibilidad cognitiva se encuentran en el cíngulo anterior y en la corteza prefrontal dorso lateral, ambos del hemisferio izquierdo. Todo ello permite acceder a un mayor nivel de creatividad en la resolución de tareas, empleando para ello dos tipos de modelos de pensamient; el convergente y el divergente. El primero más relacionado con la memoria de trabajo, mientras que el segundo requiere una mayor medida de la inhibición y la flexibilidad de pensamiento.

A partir de la década de los 60, se empieza a prestar mayor atención a la especialización hemisférica. Esto desde el desarrollo de la técnica de la Comisurotomía, donde se realizaba una incisión con el bisturí, para cortar las conexiones entre ambos hemisferios. Era aplicada para aminorar los efectos de los ataques convulsivos epilépticos, seccionando, parcial o completamente, las fibras a nivel del cuerpo calloso; evidenciando así asimetría funcional hemisférica.

A partir de entonces sugirieron numerosas investigaciones que trataban de dar cuenta de la especificación funcional de cada hemisferio. Así se llegó a afirmar, que el hemisferio izquierdo, procesa la información verbal y controla la parte derecha del cuerpo. Allí es donde las personas que lo tienen más desarrollado, se muestran más analíticos, abstractos, lógicos, secuenciales, voluntariosos, racionales, planificadores, realistas, deductivos y verbales.

En cambio, el mayor desarrollo del hemisferio derecho. Este controla el lado izquierdo del cuerpo y procesa diversas informaciones de forma simultánea; quien tiene más desarrollado este hemisferio se muestra, sintético, holístico, intuitivo, analógico, manipulativo, subjetivo, impulsivo, imaginativo y no verbal.

Las funciones cerebrales

En otros casos las funciones implican a distintas áreas, como en el caso de la atención, que permite seleccionar y focalizar la información relevante de la irrelevante. Concentrando así los recursos al procesamiento de eventos significativos; proceso que se puede dividir en la capacidad de atender, concentrarse y mantener el estado de alerta. Con respecto a las vías de la atención y siguiendo las aportaciones de Posner, hay que distinguir entre:

  • La atención como estado general de alerta del organismo, en las que estaría implicado el locuscoeruleus, donde participan también áreas frontales y parietales del hemisferio derecho.
  • El sistema atencional posterior, donde se orienta la atención y conciencia a la información sensorial, lo que involucra a los lóbulos parietales posteriores y el tálamo, junto con los colículos superiores mesencefálicos
  • El sistema atencional anterior, implicado en tareas complejas cognitivas, empleando para ello tanto, información sensorial, como la memoria, donde se ven implicadas las áreas mediales frontales de la corteza, el área cingulada anterior, la motora suplementaria y los ganglios basales.

Pero si bien esta sería la distribución “normal” de las funciones basado en la distinción hemisférica, se ha podido constatar como determinadas afectaciones en dicha especialización pueden estar en la base de determinados trastornos y patologías, tal y como sucede con la esquizofrenia, sabiendo de las muchas consecuencias a nivel conductual y de pensamiento que conlleva, considerado por algunos profesionales como la psicopatología más complicada de tratar, actualmente quedan muchos aspectos por resolverse.

Con respecto al origen de la enfermedad de esquizofrenia, no está todavía claro; existiendo aproximaciones de tipo ambientalista que señalan sobre una desorganización a nivel familiar que “desestructura” la psique del pequeño en formación.

Antecedentes de investigación

Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde el Centro de Neurociencia Cognitiva y Desórdenes del Comportamiento, Facultad de Medicina, Duke-NUS; junto con el Instituto de Salud Mental, Hospital Woodbridge; el Departamento de Neurorradiología, Instituto Nacional de Neurociencia; el Centro de Investigación de Imágenes Clínicas, Agencia Nacional para la Ciencia, Tecnología e Investigación, Universidad de Singapur (Singapur) cuyos resultados han sido publicados en el 2017 en la revista científica Journal of Psychiatry Neuroscience.

En el estudio participaron ciento cincuenta pacientes con esquizofrenia, treinta y cinco con trastorno bipolar y setenta y siete adultos, sin ninguna psicopatología que actuaron como controles, con edades comprendidas entre los 22 a 40 años, de los cuales el 37,5% eran mujeres.

Para corroborar los diagnósticos anteriores se empleó el Positiva and Negative Syndrome Scale (PANSS) para evaluar la severidad de los síntomas psicóticos; el Young Mania Rating Scale (YMRS) para conocer la presencia de sintomatología maníaca; el Global Assement of functioning scale (GAF) para determinar el nivel de desempeño funcional; el World Health Organization Quality of Life Assessment – Brief Form scale (QOL) para evaluar la calidad de vida de la persona tanto a nivel vida psicológico como social.

Igualmente se empleó mediante resonancia magnética ponderada por difusión (DTI) a través de la cual se permite determinar la tractografía a nivel cerebral, donde se tuvieron en cuenta dos índices, la anisotropía factorial y la difusividad media. Los resultados informan de diferencias al comparar entre pacientes con trastorno bipolar y esquizofrenia a nivel del péndulo cerebral y de la extremidad posterior de la cápsula interna, con mayor afectación en los pacientes con trastorno bipolar.

La importancia de la educación cerebral

Ciertamente, el entrenamiento físico resulta una de las áreas más relevantes en algunas etapas de nuestra vida. Sin embargo, esto va mucho más allá de solamente el desarrollar habilidades como fuerza o agilidad; el cerebro es otro de los músculos que son desarrollados en la actividad física constante. Esto permite que el aprendizaje sea aplicado de otras maneras, bien conocidas por el profesional en educación física.

TECH Universidad Tecnológica hace parte de las mejores instituciones del mundo que imparten educación en modalidades virtuales. Dentro de su amplio portafolio educativo es posible encontrar programas tales como el Máster en Entrenamiento de Fuerza para el Rendimiento Deportivo y el Máster en Entrenamiento Personal Terapéutico. Por otra parte, para aquellos profesionales que buscan especializarse en el campo de la educación y el aprendizaje desde el cerebro, no cabe duda que su mejore elección será el Máster en Neuroeducación y Educación Física.

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