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Desde el inicio de nuestra vida, los seres humanos nos encontramos en un constante proceso de desarrollo y crecimiento. Esto no cesa en ningún momento, ya que sería decir que dejaríamos de aprender en algún punto de nuestras vidas. Sin embargo, la formación del cerebro se hace mucho más evidente en edades tempranas. Los cambios en el cerebro del infante se ven marcados por sus vivencias y experiencias desde su inicio de la vida.

La formación del cerebro del bebé

La propagación activa de la señal eléctrica se realiza desde el cono axónico hasta los botones terminales. En dicha dirección gracias al período refractario (absoluto y relativo) que únicamente permite avanzar a la señal. Las neuronas pueden clasificarse en función de si sus axones están mielinizados o no, lo que va a influir decisivamente en la transmisión de señales eléctricas.

En los axones amielínicos la señal eléctrica se va regenerando punto por punto de la membrana axonal. En cambio, en los axones mielínicos o mielinizados el potencial de acción solo se produce en los nódulos de Ranvier (zonas sin mielina ricas en canales de sodio). Esto describiendo así la conducción saltatoria de nódulo a nódulo. La mielina es una lipoproteína en forma de bicapa fosfolipídica sintetizada por las células de Schwann.

La mielinización permite una conducción de potencial más rápido. Aumenta la velocidad de la respuesta, sumado a un ahorro de energía, ya que el potencial de acción únicamente se genera en los nódulos. Enfermedades como la esclerosis múltiple, involucran directamente un deterioro de la mielina en la sustancia blanca, sobre todo en regiones periventriculares. Además del nervio óptico, el tallo cerebral, el cerebelo y la médula espinal, provocando una mala comunicación con una transmisión lenta. Incluso impidiendo el paso de la señal eléctrica, lo que se expresa inicialmente, con pérdida de sensibilidad, visión, fuerza o equilibrio.

Aunque hay que tener en cuenta, que el diagnóstico debe ser diferenciado de otras patologías y enfermedades, con sintomatología similar. Como es el caso de la enfermedad de Wilson, la cual es provocada por una intoxicación del organismo por una deficiencia en la eliminación del cobre. Esto hace que este se vaya acumulando, lo que tiene importantes consecuencias, tanto físicas como neurológicas.

Enfermedades en el desarrollo

Además si esta enfermedad se presente en las primeras etapas de desarrollo, va a afectar al normal desarrollo. Esto provocando que se produzcan “retrasos” que luego no van a ser fáciles de “compensar”. Esto incluso cuando se establezca el tratamiento adecuado para esta enfermedad. Esta enfermedad que a nivel cognitivo puede afectar a la memoria, la atención, con una menor velocidad de procesamiento, de control de los impulsos, cuando afecta a áreas prefrontales; y con problemas de tipo motor, especialmente en las extremidades. Todo ello cuando afecta al cerebelo, pudiéndose confundir por ello el diagnóstico con una ataxia cerebelosa o con la esclerosis múltiple.

Actualmente se ha desarrollado, para controlar el nivel de cobre en el organismo, un tratamiento que ha de acompañar toda la vida del paciente. Esto para evitar que se eleven dichos niveles, pero ¿Existen problemas de procesamiento auditivo en el Síndrome de Wilson? Esto es lo que se ha tratado de averiguar con una investigación realizada desde la U.N.E.D y la Universidad Autónoma de Madrid (España); sus resultados han sido publicados en el 2014 en la revista científica Brain Sciences. En el estudio participaron cuarenta menores, con edades comprendidas entre los 8 a 16 años, de los cuales doce eran chicas.

De entre los participantes catorce estaban diagnosticados con el Síndrome de Wilson y el resto actuaría como grupo control. A todos los participantes se les administraron distintas tonalidades de sonido, para evaluar las habilidades musicales, y distintas duraciones y volúmenes para evaluar la prosodia. Los resultados informan de un desempeño significativamente menor tanto en las habilidades musicales, como en la prosodia. Esto significa que estos participantes van a tener problemas añadidos para mantener relaciones sociales adecuadas.

El proceso de la mielogénesis

La mielogénesis es el proceso de mielinización neuronal, el cual consiste en recubrir los axones neuronales. Es la parte encargada de conectarse con otras neuronas, lo que facilita la interconexión entre ellas. Este proceso se lleva a cabo en momentos diferentes según la región donde se produzca. Así se inicia en las áreas primarias sensoriales y motoras, concluyendo aproximadamente en la pubertad con la mielinización de las áreas de asociación frontales y parietales.

La mielina se va extendiendo hasta encontrarse en las neuronas del cerebro y la médula espinal y está compuesta de proteína y sustancia grasas que le otorga un característico color blanquecino, componente principal de la sustancia blanca. El incremento de las conexiones neuronales, facilitado precisamente por la mielinización, y que tiene mucho que ver con las experiencias que va viviendo el bebé, y que van a conformar su cerebro.

La expresión “Los niños son como esponjas”, pues lo absorben todo, habla precisamente de esta capacidad de aprendizaje de un cerebro en formación, que se nutre de todo tipo de información proveniente de su entorno. Existiendo una correlación entre el nivel de desarrollo lingüístico y motor y el grado de mielinización a nivel cerebral; así al año de vida, la mielinización del tracto piramidal, permite el desarrollo de conductas motrices en el niño, como caminar, o agarrar objetos. A los cinco años con la mielinización de las áreas de asociación de la corteza cerebral, permite el desarrollo del comportamiento motor fino.

Pero este proceso de mielinización no se produce adecuadamente o se puede ver afectado por alguna enfermedad que lo deteriore, para lo cual hay que distinguir entre las enfermedades desmielinizantes y las desmielinización.

El desarrollo cerebral

El desarrollo cerebral viene genéticamente determinado, de forma que la estructura neuronal se “repite” de humano a humano, casi de forma idéntica, lo que permite una identificación morfológica, eso no quiere decir que los cerebros sean iguales, pero sí la distribución en lóbulos, áreas y regiones, y también los surcos, tractos o ventrículos neuronales.

De hecho, los primeros estudios anatómicos del cerebro, realizados post-morten, se fijaban precisamente en las semejanzas y diferencias de los cerebros de personas que habían sufrido alguna psicopatología, para compararlo con los cerebros sanos, y de esta forma intentar comprender las implicaciones neuronales de dicha psicopatología. En algunos casos tan evidentes como los provocados por la enfermedad de Alzheimer, tanto desde la anatomía macroscópica (con la pérdida de tejido cerebral y agrandamiento de los ventrículos) y la microscópica (presencia de ovillos neurofibrilares y de placas seniles).

En el desarrollo del cerebro existen dos etapas claramente diferenciadas, antes y después de nacer. A diferencias de otras especies, el cerebro humano está todavía sin terminar de formar en el momento del nacimiento, lo que conlleva que sea menos independiente, y que requiera de cuidados y protección durante más tiempo. El desarrollo neuronal ya puede ser observable desde las cuatro semanas de gestación, a partir de ahí empieza un proceso acelerado de formación de nuevas células, migración de las mismas, diferenciación y especialización, para con posterioridad establecer las interconexiones axónicas entre ellas.

Con tres meses de gestación, el sistema nervioso ya está lo suficientemente formado para expresar los primeros reflejos básicos, como mover las articulaciones. Con cuatro meses, ya están formados los ojos y oídos, pudiendo reaccionar el bebé a las luces y sonidos externos. En cinco meses, ya empiezan los primeros movimientos controlados.

El profesional como actor principal del desarrollo cerebral

Para el profesional es de vital importancia conocer como se desarrolla el cerebro desde edades tempranas. Esto produce que el mismo tenga una conceptualización adecuada para desarrollar su labor. Por esta razón se hace necesario que el profesional, independiente de su profesión, siempre que tenga un proceso de transmisión del conocimiento en su labor, se capacite en ello.

TECH Universidad Tecnológica desarrolla a diario los mejores programas educativos enfocados en el éxito del profesional. Tal es el caso de su Facultad de Ciencias del Deporte, donde pueden hallarse programas educativos tales como la Maestría en Entrenamiento y Programación de la Fuerza para el Rendimiento Deportivo y la Maestría en Entrenamiento Personal Terapéutico. Sin embargo, para el profesional enfocado en el área neuronal y el desarrollo de la misma, su mejor elección para complementar su carrera profesional es la Maestría en Neuroeducación y Educación Física.

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