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La historia del periodismo se ha visto marcada por cada evento de la humanidad desde su existencia. Esto se debe a que el mismo ha sido el responsable de difundir información relevante que concierne a toda la población, donde sea que la misma se encuentre. La expansión de la propaganda bélica hace parte de uno de los tiempos más oscuros y a su vez interesantes de la comunicación gráfica. En el presente artículo veremos un poco de ello.

Los temas de la propaganda de masas: el patriotismo como base

La propaganda es el comunicativo mediante el que se difunden y dan a conocer las ideas. Se trata de un proceso de persuasión que busca modificar la respuesta o la posición de un individuo acerca de un tema concreto. Específicamente, la propaganda moderna atiende algunos puntos racionales, pero se basa en emociones y sentimientos; sin embargo, no se realiza sin un proceso analítico. Se utiliza para conocer la dirección de la opinión pública, cómo modificarla y cómo controlar el flujo de esta.

De la misma forma que la persuasión humana es inherente a la naturaleza del hombre, el uso de la propaganda es inherente a la organización del estado. Todo ello dentro de una sociedad compleja por ser la manera como se distribuye el poder entre esos hombres. No obstante, pese a que toda propaganda tiene unas condiciones comunes, como el hecho que se transmite a través de múltiples canales con el fin de promover cambios de postura en los grupos e implica un proceso de información, cada autor la define resaltando unas características u otras.

Para Edward Bernays, es “la expresión de una opinión o una acción por individuos o grupos, deliberadamente orientada a influir opiniones o acciones de otros individuos o grupos con fines determinados” (2008); por otro lado, para Harold Lasswell sería:

“La manipulación, más o menos deliberada, mediante símbolos, palabras, gestos, banderas, imágenes, monumentos, música, etc. Del pensamiento o de las acciones de otras personas en lo que se refiere a creencias, valores y comportamientos”

En términos reales, el desarrollo de la I Guerra Mundial se considera el primer conflicto en el que no solo importaba lo decidido en el campo de batalla; sino que el papel jugado por la retaguardia cobró una relevancia suficiente como para decantar el resultado (Pizarroso, 1993).

Apoyo económico

La humanidad nunca había vivido un conflicto de tal magnitud como la I Guerra Mundial, por tanto, comenzaron a presenciarse acontecimientos desconocidos para los gobiernos. Este es el caso de, por ejemplo, las consecuencias económicas. Durante la guerra es necesario que el flujo monetario mantenido por los ejércitos no deje de correr; mientras que la actividad económica de los países no puede detenerse (pese a que muchos trabajadores se alistaban para ir al frente).

Por ello, las autoridades, principalmente las de Inglaterra y EE. UU. tras 1917, entran de lleno con la propaganda de apoyo en este sentido mediante tres vías: venta de bonos de guerra, moderación de bienes de consumo e incorporación de la mujer al trabajo. Para empezar, probablemente la venta de bonos de guerra es el factor más importante de esta serie. Consistía en inversiones que, tanto pequeños comerciantes como grandes empresarios, podían realizar para financiar la campaña bélica de su país.

En la mayor parte de los casos, las peticiones gubernamentales para la realización de estos pagos se basaban en la idea patriótica de que al comprarlos ayudaban a ganar las batallas y a vencer al enemigo. De hecho, es común ver mensajes de compra de bonos de guerra insertados en cartelerías que tenían otro tipo de intención; es posible extraer que esas necesidades económicas no solo estarían restringidas a recursos claros y específicos. También tratarían de precisarse en otros ámbitos para hacer crecer los ingresos de manera exponencial.

Después, la moderación de bienes de consumo resulta crucial, principalmente para los países europeos. La falta de trabajadores que produzcan lo suficiente para un abastecimiento normal genera escasez en muchos casos.

La difusión de la propaganda bélica

Por tanto, no fue extraño comenzar a ver mensajes en radio y prensa que invitaban a un consumo más moderado de casi todos los bienes y los alimentos, apelando a la responsabilidad ciudadana. Además, se experimentó la creación de cartillas de racionamiento para que el Estado ejerciese un mayor control en este aspecto.

Ante el descontento de la población, en algunos casos se recurrió a acusaciones frontales contra el enemigo por haberles abocado a esta situación (normalmente, esto sucedía dentro de países como Francia o Inglaterra, quienes dirigían sus mensajes contra Alemania, considerada la principal instigadora del conflicto, por tanto, causante del mal que afecta a sus ciudadanos).

También se incentivó el incorporar a la mujer al trabajo, para empezar, en tareas médicas, cuidando enfermos en la retaguardia que volvían del frente; pero también en fábricas y comercios cuando se constató que gran parte de la población masculina se encontraba enrolada en las filas del ejército. Este suceso, experimentado en gran parte de los países que tomaron parte en el conflicto, hizo que muchos acudieran a la radio, principalmente, para solicitar y animar a las mujeres a que se incorporasen a nuevos puestos, añadiendo que sería lo mejor para el país y sus familias.

Esa apelación patriótica, así como emocional, logró sacar a muchas de ellas de sus casas y adaptarlas en las factorías, incluso, produciendo material de guerra para los propios soldados. En cuanto al panorama médico, la difusión de los mensajes fue clave en el formato de los carteles, imprimiéndose multitud de ellos para solicitar a las enfermeras que dejaran los hospitales tradicionales para acudir a los de campaña, con la intención de reforzar los equipos sanitarios que se encontraban en las trincheras.

Apoyo civil

Otro de los factores determinantes dentro del desarrollo de la guerra fue la moral de la retaguardia y el apoyo que los civiles podían prestar al frente. Si el pueblo estaba satisfecho con la actuación de su país en la guerra, era un frente menos que tener en cuenta. De todos los países, tras su entrada en el conflicto en 1917, EE. UU. tuvo mayor fuerza que aportar en su propaganda a sus ciudadanos, pues debía justificar su participación en un enfrentamiento que, casi en su totalidad, era europeo.

Para mantener controlada a la población, el presidente Woodrow Wilson ordenó la creación del Committee on Public Information, comisión dirigida por el periodista George Creel, la cual tuvo el objetivo principal de convencer a los civiles de que EE. UU. se jugaba mucho en esa guerra; además, que al triunfar el beneficio sería mayúsculo.

De esta manera, jugaba la carta de la obligación, aludiendo al hecho que: “no desean estar en la guerra, pero deben hacerlo”. Así, el conocido “Comité Creel” aprovechó todos los recursos disponibles (prensa, cine, teatro, cartelería, conferencias e, incluso, misas en iglesias) para obtener un apoyo mayoritario hacia la acción bélica.

Uno de los procesos más conocidos fue la coordinación de una multitud de conferenciantes a favor de la guerra, a quienes únicamente se les permitió dar discursos de cuatro minutos de duración, por lo que se les conoció como Four Minute Men); a lo largo de varias jornadas se produjeron un total de 750.000 ponencias (Requeijo Rey, et al., 2013).

El periodista en la política

Para el periodista no existen campos a los que no pueda llegar. El cubrimiento de la información y la difusión de la misma hace parte de sus tareas y labores en su día a día. Sin embargo, un periodista debe enfocar sus esfuerzos y conocimientos a un campo en específico, de esta manera puede convertirse en un sabio del campo. Para ello, el profesional toma como alternativa la capacitación constante.

Esta capacitación se ha convertido en una necesidad, y allí es donde nace TECH Universidad Tecnológica. Mediante programas educativos de alta calidad forma a los mejores profesionales en más de 20 países. En su Facultad de Periodismo y Comunicación es posible hallar especializaciones tales como el Máster en Investigación Periodística y Reporterismo en Televisión y el Máster en Redes Sociales y Community Management. Sin embargo, para el profesional enfocado en temas políticos y sus relacionados, su mejor elección para complementar su carrera será el Máster en Periodismo Político.

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