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Existen diversas vías de infección por las cuales una persona puede contagiarse de alguna enfermedad sexual. A pesar de lo que se cree de forma superficial, las relaciones sexuales no son el único mecanismo de contagio. Y, con el fin de prevenir cualquier enfermedad innecesaria en el organismo, es fundamental conocer cuáles son esas formas de infección.

Contacto sexual

La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente en el mundo. El VPH puede infectar la piel (VPH cutáneos) y las mucosas (VPH mucosales), actualmente se conocen más de 200 tipos virales. Aproximadamente 40 pueden infectar la mucosa genital y anal de ambos sexos. Los VPH mucosales se clasifican según su patogenia oncológica en tipos de alto y de bajo riesgo oncológico.

Algunos tipos de VPH pueden causar verrugas o condilomas, mientras que otros pueden generar infecciones subclínicas que pueden, en una minoría de casos, dar lugar a cáncer cervical, de vulva, vagina y ano en mujeres o cáncer del ano y pene en hombres. La mayor parte de la gente infectada por VPH desconoce que lo está. Todos los VPH se transmiten por el contacto de la piel o mucosas. El VPH se transmite mediante las relaciones sexuales, aunque no es necesario que se complete el acto sexual. Puede contagiarse por simple contacto genital. Además, el preservativo no ofrece una protección completa, hombres y mujeres pueden ser portadores asintomáticos del virus.

La principal vía de contagio es la sexual (penetración vaginal y/o anal). En menor medida por contacto piel con piel de zona genital y por el sexo oral. El sexo anal ha mostrado estar estrechamente asociado al desarrollo de condilomas en el canal anal en varones homosexuales, bisexuales y en menor medida en mujeres. Algunas lesiones anales y perineales pueden producirse por excreción viral a través del flujo vaginal y no por sexo anal. La infección VPH se considera una infección de campo, pudiendo afectar cualquier tramo del tracto genital inferior. Ante la aparición de condilomas acuminados en la infancia, sería conveniente descartar la posibilidad de abusos sexuales.

Objetos

Otras vías de transmisión genital en ausencia de penetración son infrecuentes. Se acepta la infección oral y digital de tipos de VPH genitales, pero el riesgo de transmisión por contacto digital-genital u oral-genital parece ser mínimo. No existe evidencia firme de la transmisión de los condilomas acuminados a través de fómites.

En la consulta médica

Es importante en la consulta médica proporcionar a la paciente una adecuada información. Se explicará que se estima que aproximadamente un 75% de las mujeres sexualmente activas y alrededor del 85% de los hombres se infectan por el VPH a lo largo de su vida. La mayor parte de las infecciones en ambos sexos se relacionan con el inicio de la actividad sexual. Por ello, la mayor prevalencia de la infección por el VPH se observa en mujeres menores de 30 años (25-30%).

Tanto la mujer como el hombre pueden ser portadores asintomáticos y transmisores de la infección por contacto sexual. La persistencia del VPH ocurre sólo en el 10% de las mujeres infectadas. De estas, sólo un 1% desarrollará lesiones neoplásicas asociadas al VPH. En el hombre, a pesar de que la tasa de incidencia de infección es parecida a la de la mujer, la duración y persistencia es más corta. Los principales determinantes del riesgo de persistencia de la infección por el VPH y desarrollo de lesiones premalignas y malignas son:

  1. El genotipo viral, siendo el 16 el más agresivo.
  2. La carga viral.
  3. La inmunodepresión, especialmente la debida a la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
  4. El tabaco.
  5. La utilización prolongada de anticonceptivos orales.
  6. La elevada paridad.
  7. La co-infección con algunos microorganismos de transmisión sexual como la Chlamydia trachomatis o el herpes genital (VHS-2).

Papel del preservativo

Se ha evidenciado el efecto protector en la mujer de la circuncisión masculina. El posible papel del preservativo como profiláctico de la transmisión del VPH es controvertido, si bien estudios recientes admiten que el uso correcto del preservativo puede proteger de la infección por VPH en un 70% de los casos. El 30 % restante donde no protege se debe a la existencia de lesiones en zonas no cubiertas por el preservativo y el mal uso del mismo.

El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos afirma que “aunque no se conoce exactamente el efecto de los preservativos en la prevención de la infección por VPH, el uso de preservativo se ha asociado con una tasa más baja de cáncer de cérvix, enfermedad en directa relación con el VPH”. Otros estudios han sugerido que el uso regular del condón puede limitar efectivamente la insistencia y propagación del VPH hacia otras áreas genitales en individuos ya infectados. El uso del condón puede reducir el riesgo de que los individuos infectados tengan lesiones cervicales e incluso su progresión hacia cáncer cervical.

Transmisión vertical

El riesgo de transmisión vertical en el periodo perinatal o de infección persistente en el recién nacido es muy bajo. La vía de transmisión puede ser intraútero, a través del canal del parto e incluso postnatal. El mayor riesgo de transmisión para el recién nacido es el antecedente materno de condilomatosis genital durante el embarazo y no su paso a través del canal del parto. Por ello, no se considera indicada la cesárea para finalizar la gestación en una mujer con condilomatosis genital, salvo si el canal del parto está obstruido por las lesiones o si el parto por vía vaginal puede provocar un sangrado excesivo.

Aunque los tipos genitales de VPH son a veces transmitidos de madre a hijo durante el nacimiento, la aparición del VPH genital relacionado con enfermedades en recién nacidos es rara. La transmisión perinatal de tipos de VPH 6 y 11 pueden resultar en el desarrollo de papilomatosis respiratoria recurrente juvenil (JORRP).

Protección médica

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