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La universidad resulta el lugar donde muchos de los mejores expertos nacen y se forman para alcanzar el éxito. Es el lugar donde suceden mezclas culturales de todo tipo, además de grandiosas lluvias de ideas que parecen no terminar. Por esta razón estas academias se han convertido en cruciales para el desarrollo, además de ser una base para nuestra sociedad. El concepto de universidad se construyó a partir de la Edad Media, hasta que se transformó a lo que conocemos hoy en día. En el presente artículo veremos un poco de su evolución.
Desarrollo de la universidad
Tal como se la conoce actualmente con profesores, estudiantes y grados académicos nació hacia la Alta Edad Media. Anteriormente, hacia los inicios de la Edad Media, el conocimiento y educación eran exclusivos de las escuelas de las catedrales y monasterios. Algunas de estas escuelas recibían alumnos y a ellos se les entregaban títulos por sus estudios con validez fuera de ellas.
A estas escuelas se las llamó Studium Generale. Hacia el siglo XII aparecen las primeras universidades como organizaciones entre maestros y discípulos. Se considera que la primera casa de altos estudios europea fue creada en Bolonia, Italia, al comienzo del siglo XI. Sus estudios fueron reconocidos internacionalmente y tenía estatutos propios. Se especializó en derecho, matemáticas, filosofía y astronomía, entre otras disciplinas.
Luego se abrieron las de Padua, Pavía, Módena, Roma y Nápoles. La Universidad llegó a París, aunque en realidad se lo denominó Colegio de Sorbona, en honor a Robert de Sorbon, amigo del rey Luis XI. Se formó a partir de la fusión de las escuelas de Nôtre Dame, San Víctor y Santa Genoveva. Este claustro universitario consiguió su autonomía hacia el año 1229.
Más tarde aparecerían las casas de altos estudios de Montpellier, Toulouse y Orleans. Hacia el 1208 se organizó la de Oxford, en Inglaterra, formada a partir del modelo de la de París. Y a su vez, una migración de académicos de Oxford en el año 1209, creó la de Cambridge.
En España, la primera fue la de Palencia (1208); para proseguir con la de Salamanca (1218); Valencia (1245); Sevilla (1254); Madrid (1293); Valladolid (1295); Lérida (1300), Barcelona (1430); Zaragoza (1474), entre otras. La de Salamanca fue famosa durante el siglo XIV en todo el mundo. Su biblioteca fue fundada por Alfonso el Sabio, y se destacaba por su colección especializada en humanismo.
Etimología del término universidad
En cuanto a la etimología de este término, proviene del latín. Se origina en universitas, universitatis con el significado de universalidad, totalidad. Este sustantivo está formado a su vez por universus, universa, universum cuyos componentes son: unus, una, unum que significa uno; por el verbo verto, vertis, vertere, verti, versum que significa doblar, desviar, hacer girar.
A esa base se le añade el sufijo -tat- que señala cualidad. Su concepto etimológico es, por lo tanto, la cualidad de desviar o girar sobre uno. En cuanto a la definición de este término, universidad es una institución que se dedica a la enseñanza superior y que está formada por distintas facultades de acuerdo a las especialidades de estudio que aquella ofrece, y que confiere los grados académicos correspondientes.
Además de las facultades, puede estar organizada en departamentos, institutos, colegios, centros de investigación, escuelas profesionales y otras entidades. También esta denominación se aplica al edificio o conjunto de edificios que se destina a este fin.
Universidad: misión y valores
Sin duda, la excelencia universitaria se consigue por una trayectoria de éxito, actuaciones y decisiones tomadas con el fin de favorecer una comunidad académica flexible, abierta y autónoma además de conectada a nivel internacional. Así se permite la libre investigación, la creatividad, competitividad y el pensamiento crítico. De acuerdo con estos parámetros, se puede considerar que una universidad de éxito y que ofrece una verdadera calidad educativa reúne los siguientes aspectos:
- Gran reputación en cuanto a la excelencia de sus investigaciones.
- Un ofrecimiento formativo de calidad e innovador.
Las bases de la universidad
En cuanto a los docentes, se considera que una universidad cumple con los parámetros institucionales de calidad, cuando cumpla con los siguientes criterios:
- Gran capacidad para atraer y retener a los mejores profesionales. Esto significa la excelencia en la concentración de talento. Es por eso que este tipo de instituciones saben seleccionar, atraer, cuidar y retener a los profesionales más cualificados sin importar su procedencia.
- Un número de importantes investigadores y científicos cuya trayectoria es avalada por un sobresaliente historial de investigaciones y reconocidas con premios y distinciones. Estas pueden ser desde el Premio Nobel o reconocimientos similares, así como otras no tan conocidas públicamente pero igualmente notables en el área correspondiente.
- Un conjunto de centros y departamentos dedicados a la investigación y cuyos resultados se consideran excelentes. No es muy común que una institución universitaria se destaque en todas las disciplinas. Sin embargo, las instituciones universitarias de renombre tienen muchos departamentos, instituciones y estructuras que permiten la investigación destacándose por presentar valores muy por encima de la media en las investigaciones realizadas en el campo de conocimiento respectivo.
- Un alto porcentaje de estudiantes en grado, pero sobre todo de posgrado y doctorado. Ya que se elige a este tipo de instituciones prestigiosas para la especialización.
Financiación
También es importante tener en cuenta otros aspectos, como son la financiación, los tipos de contratos que la universidad suele ofrecer a sus colaboradores (principalmente docentes), el número de estudiantes y las tasas que pagan por estudiar. Tener una base sólida de financiación supondrá unas grandes ventajas para la universidad en diferentes aspectos, como pueden ser:
- Poseer (construir o mejorar) mejores y novedosas instalaciones para que tanto la vida estudiantil como académica pueda sucederse de manera correcta, adaptada a las necesidades reales de todos los agentes involucrados y con los elementos necesarios.
- Importante nivel de autonomía desde el punto de vista académico, la gestión y el gobierno aspectos clave para situarse como una institución flexible y moderna, sin estrictos mecanismos burocráticos o normas impuestas externas que impidan que la gestión se realice de manera eficiente y ágil.
- Una dirección comprometida y competente que debe contar con personal que tenga una trayectoria académica y de gestión reconocida lo que le facilitará operar con autoridad.
- Una imagen de prestigio fuera del ámbito universitario. Esto es ser reconocida por los profesionales que han egresado de ella así como por las investigaciones u obras que se han llevado a cabo en sus claustros.
- Importante compromiso en apoyar y estar en conexión con el entorno social, nacional e inclusive internacional para lograr el bienestar a través de acciones y desarrollo de una cultura que se encarga de maximizar los beneficios a corto y largo plazo de las investigaciones que lleva a cabo.
Capacitación para el profesional
Para el educador profesional, la capacitación ha tomado tal importancia que un gran porcentaje que se cuenta como mayoría se especializa actualmente. Esto permite que el profesional ataque diversas áreas, pero desde el punto de vista de un experto, necesario en muchos casos. Por esta razón nacen diversas herramientas que permiten al experto mejorar su perfil y adquirir las habilidades necesarias para entrar en este contexto.
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