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Los conceptos de política y sociedad han evolucionado con el paso de los siglos. Desde tiempos remotos antes de Cristo se comenzaron a generar estos conceptos como una clara necesidad al desarrollo. Se da forma así a lo que hoy damos por entendido en este conjunto de definiciones que engloba la construcción de nuestro estilo de vida. En el presente artículo veremos un poco de ello.

La política y sociedad ideal de Aristóteles

Aristóteles – que nació en el año 384 a.C. y murió el 322 a.C.- quedó huérfano desde joven y fue enviado a Atenas. Allí entró en la Academia y conoció a Platón. Cuando murió Platón, se fue a viajar por el Egeo y años más tarde volvió a Atenas para fundar el Liceo. Impartió clases allí el resto de su vida hasta que tuvo que exiliarse a causa de la acusación de colaboración con el régimen macedonio.

Aristóteles, al ser discípulo de Platón, negó el mundo de las ideas. Decía que estas no se encontraban separadas del mundo terrenal, sino que formaban parte de cada objeto o ser. Estas ideas se conseguían mediante la abstracción -que es la operación mental para separar la esencia de la materia-; lo que permite que se formen conceptos sobre la esencia -que es lo que hace que las cosas sean lo que sean-.

Al adentrarse en su pensamiento sobre la sociedad y la política, se encuentra la polis o ciudad-Estado de Aristóteles. Este concepto que según él, era la forma de organización política ideal. Para Aristóteles la unidad básica en un inicio fue la familia, que no solamente estaba formada por descendentes y ascendentes. Allí también se incluían los esclavos. Esta unidad familiar básica aportaba la satisfacción de las necesidades básicas, como el refugio, el afecto, la compañía.

El conjunto de todas las familias de un lugar en concreto conformaba la aldea. Aparte de ofrecerse las necesidades básicas, escala un nivel más en la pirámide de las necesidades y atiende a las necesidades sociales. A las necesidades culturales o a las que tienen que ver con la organización de la aldea, su gestión y administración y la política que en ella se lleva a cabo.

Sociedad – Estado

Estas aldeas no son suficiente y se transforman más tarde en ciudades-estado. Allí se tiene la capacidad de satisfacer todas las necesidades de la población -materiales, sociales, alimenticias, culturales. -. El Estado aparece con la evolución económica, donde se han desarrollado relaciones mercantiles y otra forma de producción que producirá conflictos de clase.

Cuando se habla de ciudad-Estado, se menciona una polis que es autosuficiente. Aunque conseguirá satisfacer la necesidad suprema de los humanos, la felicidad, también será fuente de muchos conflictos. Además hay que tener en cuenta que Aristóteles no considera a todos ciudadanos, pues el ciudadano es aquel que es mantenido por el trabajo ajeno. Se puede dedicar a la filosofía y a la política, excluyendo así a la población trabajadora -obreros, artesanos, mercaderes, -.

También excluye a los niños, las mujeres y a los esclavos. Aristóteles crea clases sociales que se dividen según el papel que tiene cada ciudadano en la sociedad, distinguiendo entre siete funciones distintas; El labrador, el artesano, el comerciante, el mercenario, el guerrero, el sacerdote y el magistrado y juez. Los cuatro primeros oficios no requieren virtud, pues estos son manuales y viles. Quienes tengan esas funciones no se considerarán parte de la categoría de ciudadano.

En cambio, el resto de trabajos requieren de la virtud y son nobles porque pertenecen a la categoría política, así que quien los ostente formarán parte de la categoría de ciudadanos y por tanto, tendrán acceso a la dirección política. Ahora bien, en la sociedad de Aristóteles, al contrario de la de Platón, hay más de una forma de gobierno, o como él decía, hay distintas maneras de conseguir el bien común, y hace una clasificación a partir de regímenes justos y regímenes injustos.

La república de Platón

La República de Platón es un remedio para la sociedad enferma, para que aquellos Estados que se consideran enfermos puedan recobrar su salud a partir de pequeños cambios, aparte de que Platón considera que todos los Estados están enfermos, en mayor o menor medida. Platón imagina una sociedad en que se preceden cuatro regímenes, cada uno la degeneración del régimen anterior. Estos regímenes son la timarquía -que nace de la corrupción de la aristocracia, que es el mejor régimen según Platón-, la oligarquía, la democracia y la tiranía.

Platón había podido observar todos estos regímenes desde cerca, pero el que más había vivido fue la democracia de Atenas -su ciudad-, pero, siendo hoy en día la democracia el mejor régimen al que se puede aspirar, ¿por qué Platón estaba en contra?. Primero, no hay que obviar que la democracia de hoy en día no es la misma democracia que existía en la época de Platón, para empezar, esa no era una democracia representativa, sino una democracia directa.

Es decir, la ciudadanía era la que creaba las leyes y tomaba las decisiones políticas directamente, en unas asambleas que se convocaban varias veces al año. Aunque otra vez, cuando se habla de ciudadanía en la época de Platón, no se refiere a la totalidad de la población, sino a los hombres mayores de edad esta población -excluyendo así a mujeres, niños, esclavos y a extranjeros-.

Platón argumentaba este rechazo a la democracia con razonamientos como que cualquiera podía dirigir el Estado, sin importar sus capacidades intelectuales, su preparación o su virtud, de manera que llegan al poder personas frecuentemente poco preparadas y no virtuosas, que formaban parte de una sociedad manipulada e ignorante.

Platón y la democracia

Además, de que la opinión pública, al ser mayormente ignorante, votaba por esos malos gobernantes, que en su generalidad eran demagogos que gozaban de una oratoria envolvente. Así pues, para Platón, la democracia no conforma el poder que es ejercido por el pueblo, sino que es el intento de predominio de las distintas clases -eventualmente no preparadas – para llegar a él hasta que uno de ellos se impone entre los otros, de modo que hay iguales facilidades para que la bondad como la maldad lleguen al poder, y cuando una de las clases se impone, la democracia desaparece.

Según platón, el gobierno de la aristocracia era el ideal, pues este era el gobierno de los mejores, pero no se refiere a este gobierno como el gobierno de los ricos o de una clase superior, sino como el gobierno de los filósofos –hay que recordar el concepto de filósoforey-, porque son personas sabias y con virtud que llegan al gobierno a costa de sus propios méritos y que tienen la capacidad suficiente para gobernar.

El Estado ideal para Platón era pues aquel donde cada ciudadano tenía un papel asignado, es decir, donde cada uno pertenecía a una clase social dependiendo del tipo del alma que predominaba en su cuerpo, pero, ¿qué tipo de almas existían en la concepción de Platón?. Para empezar, para Platón era el alma la que poseía el cuerpo y no el revés. El alma era inmortal, así que esta existía antes del nacimiento y después de la muerte, por lo que cuando el alma entraba en un nuevo cuerpo recordaba su experiencia anterior -reminiscencia-, eso quiere decir que no tenía que aprender nada nuevo porque ya contaba con los conocimientos que había adquirido previamente.

La política y sociedad en la actualidad

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