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La vejez es una de las etapas mas bellas y más delicadas en cuestión de salud en la vida de un ser humano. En esta etapa el ser humano debe ser cuidado rigurosamente tanto por sus familiares como por un profesional de la salud con conocimientos en psicogeriatría en enfermería. Las enfermeras juegan un papel importante en la vida de las personas de avanzada edad, ya que son ellas quienes se encuentran mayormente capacitadas para realizar el cuidado de la tercera edad. La complejidad de la vejez se encuentra conformada por todos los factores de salud que afectan a esta población.

No se puede entender el envejecimiento, sino que es como un proceso de individualización. En este es evidente que hay cambios, pérdidas, abandonos, y también no ganancias, ya que detrás hay toda una vida. El envejecimiento humano es todo un proceso que tiene una complejidad altísima. Sobre todo es un proyecto que comienza mucho antes, incluso cuando está lejos de la elección de la persona, si en algún momento se puede elegir.

Complejidad de la vejez

El envejecimiento se puede analizar como un proceso de toma de conciencia. La evolución humana está relacionada con el desarrollo de la capacidad de darse cuenta del ser, que le permite ir integrando realidades cada vez más complejas.

Es también es un gran proceso de diferenciación e individualización. Cada ser humano es único e irrepetible, pero si hay algo que diferencia más, es la vejez. El paso de los años da la oportunidad de descubrir y expresar la propia individualidad. El envejecimiento es un proceso de aprendizaje, que dura toda la vida, ya que es lo que permite adaptase, sobrevivir y avanzar.

Desde la posición positiva de que la vida es una continuidad de crecimiento permanente, la vejez sin duda es una de las etapas de mayor crecimiento personal. Las anteriores etapas se están supeditando a otras personas de manera casi completa. Tal como ocurre en los primeros quince años de vida, posteriormente en la adolescencia la relación con los demás es fundamental. Aunque de alguna manera ya se toman decisiones y se elige con quien pasar las horas.

No obstante, en la adolescencia, instintos y deseos como el de reproducir y tener la propia familia, determinan el crecimiento propio. Si no se va cumpliendo con una serie de normas, la sociedad deja de alguna forma su censura y cuando no su chantaje. En el momento de la vejez todo es más natural, ya que no hay tanta presión biológica y socialmente son muchas las miradas que se retiran de uno.

Si en ese momento de la vida sigue existiendo una necesidad de mantener el crecimiento personal, la vejez puede ser una de las etapas menos estresantes. Es donde se puede observar la vida con mucha tranquilidad.

El comienzo de la vejez

Solo la muerte puede evitar el envejecimiento. Actualmente la esperanza de vida se ha alargado notablemente, y aunque en otros apartados se irá viendo lo bueno y lo malo de este alargamiento. El comienzo de la vejez empieza cuando se toma consciencia del tiempo. Comenzando a querer recuperar el pasado y comparando siendo consciente de que el cuerpo ha cambiado y la mirada del otro también. Reclamando la atención ya que se cree que no se puede.

En un principio aparece una negación, como en todos los duelos, es una defensa. Es posible que la persona comience a realizar actividades que hace tiempo no hacía y que de cara a la realidad le dejan en una posición de estar fuera de tiempo. Las fotografías, el espejo, sin nombrar la televisión, que bombardea con juventud pletórica, como único camino de vida.

En esos anuncios o programas los jóvenes esbeltos, hermosos y exitosos son los modelos que desempeñan el rol del éxito. Aquel que no tenga esos atributos esta fuera, son desechables. Cuando ante estas imágenes suceden las emociones de rabia, incluso asco, y aparecen sentimientos como la impotencia, la fragilidad o la frustración, es un momento para poder decir que se sienten viejos.

La negación es el primer escalón del duelo y el segundo tener rabia o enfrentarse a la realidad que no soportan. Por lo tanto ante la vejez o se es capaz de no ser consciente de ella, ya que se sigue disfrutando con lo que representa la juventud, o cuando se llega a esta tesitura de ponerse tristes, rabiosos ante la imagen de los jóvenes, se comienza a elaborar nuevos mecanismos donde aceptando que se es viejo se puede sacar provecho de serlo.

El proceso de envejecimiento

En el proceso complejo del envejecimiento, como ya se habló, las diferencias individuales se expresan con mucha intensidad. Josep M. Tous en un trabajo publicado en anuario de psicología. En concreto en el número 73, indica las diferencias que encontraron en 1997, curiosamente estas diferencias se mantienen al día de hoy. El estudio de las diferencias individuales en la vejez aporta los siguientes conocimientos sobre esta etapa evolutiva.

En relación con las diferencias entre individuos, existen cinco variables que han manifestado diferencias considerables: a) el género masculino/femenino, b) la edad, c) la profesión ejercida, d) la salud auto percibida y e) los rasgos de personalidad.

Variables de la vejez

  • La mujer siente mayor bienestar psíquico en el proceso de envejecer que el hombre. Este bienestar tiene que ver con la capacidad que tiene la mujer en incluirse en la red social, y no es debida a una mejor correlación con la salud física. Es decir, los hombres están tan sanos como las mujeres en la vejez, pero son más hipocondriacos y se enrolan peor en la red social, entendida como hijos, amigos o instituciones.
  • La variable edad determinó diferencias entre las denominadas primera vejez (hasta los 75 años aproximadamente) y segunda vejez (de los 75 en adelante).
  • En relación con la profesión ejercida, debe hacerse constar el solapamiento existente entre la evaluación de inteligencia realizada mediante el test de Raven (1987) y la variable estatus psico-socioeconómico (rx, y=0,4215, p=0,01). En general, las personas que ejercieron profesiones liberales, algunas de las cuales aún se mantienen activo hasta los 75 o más años, manifiestan un mayor bienestar psicológico en la vejez, que se acompaña de mejor salud física y mental. Las personas con mejores autopercepciones de su estado de salud eran las personas más optimistas, sociables, extravertidas y con las puntuaciones más bajas en neuroticismo.
  • Los rasgos de personalidad extraversión y neuroticismo en la vejez, al medir básicamente el componente de sociabilidad, sin la impulsividad, en la variable extraversión y el componente de estabilidad emocional sin los componentes de ansiedad y agresividad, pusieron de manifiesto que las personas extravertidas disponían de mayor estabilidad emocional, es decir, mejores autopercepciones en todas las áreas estudiadas, realizaban más actividades y ejercicio físico, estaban más comunicadas con otras personas, de la familia y de fuera, tenían más aficiones y ocupaciones cotidianamente, mantenían más relaciones y más agradables, sintiéndose más estimadas y valoradas por los demás.

El profesional como apoyo en la vejez

Son tiempos en los que la salud juega el papel más importante en nuestras vidas. Por lo tanto, el buscar la prevención y control de algo tan delicado se debe delegar al personal profesional capacitado para realizar los cuidados necesarios. Cuando hablamos de personas de la tercera edad aún con más razón debemos tomar las medidas de cuidado necesarias. Esto ha causado un crecimiento exponencial en la demanda de los profesionales especializados en el cuidado de esta población.

TECH Universidad Tecnológica, posicionada como la mayor universidad virtual del mundo, pensó en esta necesidad, y es por ello que destinó gran parte de sus recursos a crear la Facultad de Enfermería. Dentro de la misma es posible encontrar especializaciones de alta calidad tales como la Maestría en Dirección y Monitorización de Ensayos Clínicos y la Maestría en Avances en Fitoterapia Aplicada para Enfermería.

Si el profesional está enfocado puntualmente en dominar por completo el cuidado de las personas de la tercera edad, una de las especializaciones más certeras para ello es la Maestría en Psicogeriatría en Enfermería.

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