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La historia del período científico de la medicina hiperbárica empieza con dos nombres Paul Bert y John Scott Haldane, cuando en el ambiente científico se estaba descubriendo la composición gaseosa del aire. Bert es conocido como científico. Su obra La pression barometrique (1878) que constituye la primera evidencia del comportamiento fisiológico del oxígeno relacionando la misma con el buceo y el ascenso.
Aspectos sobre el período científico de la medicina hiperbárica
Relacionando sus hallazgos y los del Dr. Gal (el primer médico que empezó a bucear para sentir la reacción del cuerpo en el medio subacuático); Bert llegó a la conclusión que la presión no realiza un efecto físico, sino químico por cambiarse la proporción de oxígeno en sangre.
La presión baja resulta en la privación de oxígeno, mientras que la presión alta produce la intoxicación por oxígeno. Esto descubriendo la toxicidad fatal del oxígeno sobre el sistema nervioso central llamada hoy “efecto Bert”. Al realizar experimentos con perros descubrió que la enfermedad descompresiva del buzo es referida a las burbujas de nitrógeno. Descubrio que la descompresión debe ser lenta y con velocidad “que diera tiempo para que el nitrógeno no solamente pueda escapar de la sangre; sino permitir al nitrógeno eliminarse de los tejidos, pasar la sangre y después eliminarse de la sangre”.
Asimismo demostró que, además de utilizar la terapia de recompresión, respirar oxígeno puro en la enfermedad descompresiva del buzo puede ser favorable; “La acción favorable del oxígeno es evidente. Después de unas inhalaciones (de oxígeno) los síntomas de distrés desaparecieron”.
John Scott Haldane es considerado el padre de la teoría de la descompresión moderna. Experimentando con cabras descubrió que “la formación de burbujas depende evidentemente de la presencia de un estado de sobresaturación de los líquidos del organismo con nitrógeno”. Demostró que la descompresión es más peligrosa cerca de la superficie, por lo que propuso una descompresión diferencial para cada profundidad. Esto con la consecuente publicación de las tablas prácticas de descompresión en el buceo en 1908.
La descompresión moderna
Haldane, graduado en la Universidad de Edimburgo y fisiólogo escocés, evitó con sus estudios numerosos casos de enfermedad descompresiva en trabajadores. Esto aplicado a mineros y sobre todo trabajadores de la construcción de los grandes puentes de la época, como el puente de Brooklyn. Estos cuyos pilares se encuentran a 30 m de profundidad bajo el lecho del río Hudson.
Los resultados de su investigación acerca de los efectos de la deficiencia de oxígeno y el ejercicio muscular en la respiración, desarrollados en colaboración con el Dr. John Gillies Priestley, son publicados en The Journal of Physiology en 1905. Concluyendo que el reflejo respiratorio se produce por exceso de CO2 que llega la sangre arterial al cerebro, más que por falta de oxígeno.
En ese mismo año, por encargo del Deep Diving Committe de la Royal Navy, descubre que el ascenso se debe realizar en la relación 2:1. Esto independientemente de la profundidad, y que los tejidos del cuerpo humano absorben y eliminan nitrógeno a distinta velocidad. Siendo los tejidos más perfundidos, como el cerebro, los más rápidos, y los menos perfundidos, como el hueso, los más lentos. En 1908 junto a Boycot AE y GCC Damant publica The Prevention of Compressed-air Illness que incluye las primeras tablas de descompresión de la historia, siendo adoptadas por Royal Navy.
Primeras cámaras hiperbáricas
Debido a que las cámaras de oxigenación hiperbárica se correlacionan con el descubrimiento e incorporación del oxígeno y de las leyes de gases ideales, en este artículo solo se mostrarán las características de las cámaras de oxigenación hiperbáricas de los científicos más relevantes del período científico de la medicina hiperbárica. En 1917 el sistema de compresión con oxígeno de Dräger fue el primer indicio de compresión con fuente de oxígeno y utilizado en la recompresión.
Sin embargo, por alguna razón desconocida, el sistema de Dräger nunca entró en producción. No fue sino hasta 1937, el mismo año en que se demolió el hotel de la «cámara de aire» de Cunningham, que Behnke y Shaw realmente utilizaron oxígeno hiperbárico para el tratamiento de la enfermedad por descompresión. La era de la oxigenoterapia hiperbárica había comenzado finalmente.
Para la misma época en que era desmantelado el hospital “bola de acero” de Cunningham en Kansas, el doctor Álvaro Osório de Almeida empezó otro capítulo en la historia de la medicina hiperbárica en Brasil. Esto al iniciar sus investigaciones sobre la oxigenación hiperbárica propiamente dicha utilizándola en pacientes con lepra. Fue el primer médico hiperbárico en Latinoamérica. Realizó una investigación revolucionaria para su época, iniciando tratamientos que solo se adoptaron 10 años después en los EE. UU. y Europa.
Esto fue en 1938 en el entonces recientemente inaugurado Hospital Gaffrée e Guinle. Trató con éxito la lepra y la gangrena en una cámara hiperbárica, cuando no había otra opción de tratamiento en el mundo. Sus obras fueron publicadas en portugués, inglés, francés y alemán y son una referencia hoy, trató a muchas personas, hasta su muerte en 1952.
La experimentación como primer paso
Trabajar en animales y en seres humanos lo llevó a concluir que los efectos de la terapia combinada de oxígeno hiperbárico y radioterapia son «mayores que los efectos de uno resumido con los efectos del otro”. Para sus estudios Madame Curie pudo poner a disposición el radio. Este fue llevado a Río de Janeiro en el equipaje de mano de sus amigos, colegas y familiares.
Era necesario llevar a cabo toda esta investigación en el sótano de su casa para evitar el estigma de ser etiquetado como «médico canino». Comúnmente se dirigía a los académicos durante este período. A pesar de publicar su trabajo en tres idiomas diferentes, la aplicación pionera de la terapia de oxígeno hiperbárico de Almeida pasa desapercibida en la actualidad. Almeida fue el primero en evidenciar el efecto de la radiosensibilización con oxígeno hiperbárico.
Sin embargo, se lo reconoce por su estudio en los efectos del oxígeno hiperbárico en la lepra y la gangrena gaseosa. En los años 50, el oxígeno hiperbárico fue estudiado por los cardiocirujanos para aumentar la oxigenación en sangre. Esto en la intervención de los pacientes con valvulopatías adquiridas o congénitas, o tratar la enfermedad coronaria.
El Dr. Barnard en Sídney fue un prestigioso cardiocirujano que hizo construir una cámara hiperbárica que se encuentra en el hospital del Príncipe Wales. El uso científico moderno de la cámara hiperbárica en medicina reinicia con los trabajos del Dr. Ite Boerema, un cirujano holandés que consideraba a la cirugía como “ingeniería en medicina”, y precursor de la cirugía hiperbárica. Inició sus estudios experimentales en 1948, aumentando el aporte de oxígeno en la interrupción de la circulación cardíaca.
El profesional en la medicina hiperbárica
La medicina en el deporte resulta crucial debido a la cantidad de lesiones que pueden presentarse en esta área. Por esta razón, los profesionales de este extenso campo se especializan en esta área, dando así respuesta a esta necesidad constante. En TECH Universidad Tecnológica se imparte educación enfocada en el éxito profesional. Este es el caso de su Facultad de Ciencias del Deporte, donde pueden hallarse especializaciones tales como la Maestría en Nutrición Clínica en la Actividad Física y en el Deporte y la Maestría en Nutrición Deportiva para Poblaciones Especiales.
Sin embargo, y a pesar de estar muy relacionadas con la salud, ninguna de ellas se acerca tanto a la temática central de este artículo, tanto como la Maestría en Medicina Hiperbárica en la Actividad Física y en el Deporte. En este programa el profesional pasará a ser un especialista en el área en tan solo un año, con 10 completos módulos de información.