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La llegada de la nueva era tecnológica ya está aquí, y con ella aparecen nuevos estilos de vida. En la actualidad podemos encontrar que muchos objetos han cambiado exponencialmente a cómo eran hace 10 años. Este proceso evolutivo y de desarrollo tecnológico hace más fácil la vida del ser humano, brindándole facilidades en cada acción de su vida cotidiana. Las ciudades y edificios inteligentes hacen parte de esta revolución tecnológica, donde cada una de sus partes actúan con respecto al usuario que se encuentre en ellas.

Concepto de ciudades inteligentes

La denominación de ciudades inteligentes (o smart cities, por su adaptación al inglés) tuvo su origen en el concepto de ciudades digitales, que en su día fue también un concepto nuevo. Este término se desarrolló durante un proyecto vinculado al Ministerio de Industria de España en el año 2004; dicho trabajo abordaba el primer estudio de ciudades digitales que se hacía en el mundo.

En su evolución, este concepto derivó al calificativo «inteligente», con base a la idea de que una ciudad oriente su mejora hacia un ámbito más sostenible con el uso de las nuevas tecnologías. Este desarrollo y crecimiento urbano, basado en la sostenibilidad, no se centra únicamente en la introducción de aplicaciones de gestión electrónica; combina perfectamente otras operaciones de eficiencia, inversión, comunicaciones, infraestructura y, por supuesto, economía.

Como resultado, una ciudad inteligente conlleva a la mejora de la calidad de vida en todos los niveles, una óptima gestión de los recursos naturales y el resto de aspectos ambientales (como la gestión de residuos o la calidad del agua). Hay que precisar que la adaptación al nuevo concepto de ciudad requiere el compromiso y la participación de todos los ciudadanos que residen en ella.

Así pues, la apuesta por la promoción del capital humano es una inversión positiva, dado que la adaptación a sistemas inteligentes es un proceso dinámico y constante. También es necesario que esté siempre presente en la educación y la enseñanza tanto en aspectos socioculturales como en infraestructuras, en gestión energética, en electrónica y tecnologías de la comunicación, y en el resto de aspectos de una ciudad, como el transporte.

Sistemas inteligentes aplicados

Conocer los nuevos aspectos que puede llegar a ofrecer la ciudad inteligente permite su correcta utilización y su gestión de forma prudente, esto favorecerá el concepto de eficiencia trasladado al aprovechamiento del tiempo de las personas. La introducción de sistemas inteligentes en las ciudades es necesaria para superar las limitaciones, que en muchos aspectos conlleva la aglomeración de habitantes; por eso, no es tan necesario en localizaciones de inferior demografía.

Aun así, se han visto ejemplos de adaptación de ciertos aspectos pensados para ciudades inicialmente y que son instalados en poblaciones menores. Un ejemplo de ello puede ser la identificación de personal para temas sanitarios o el control de acceso o gestión interna, por ejemplo en bibliotecas. La ciudad inteligente ofrece la respuesta o la solución a las cambiantes necesidades de todos los colectivos que desarrollan su actividad en ellas.

Para las empresas, familias, administración pública, etc., la adaptación a las nuevas tecnologías significa una mejor calidad en los servicios y una administración más accesible y transparente. En los últimos años, uno de los motivos del crecimiento demográfico ha sido la atracción del talento; personas con renovada formación atraída por las nuevas oportunidades.

Es por ello que las ciudades se están viendo obligadas a competir por este talento, por esta generación de profesionales que aportan un nivel diferente de ideas. Así, las ciudades requieren de una fuerte transformación, creando entornos tecnológicos e innovadores, a su vez, alineados con el desarrollo sostenible. Esta es la base sobre la que se erige el concepto de ciudad inteligente que significa una nueva visión de ciudad.

¿Qué es una ciudad inteligente?

Tras numerosos estudios de diferentes expertos, se ha considerado que una ciudad inteligente se basa principalmente en una serie de subsistemas:

  • Generación distribuida de energía eléctrica: se basa en el abastecimiento energético individualizado (también llamado micro-generación).
  • Smart metering: medición inteligente de los datos energéticos. Lectura de datos a distancia y en tiempo real.
  • Smart buildings: edificios inteligentes, eficientes, prevaleciendo el uso de domótica y con sistemas de generación de energía renovable.
  • Smart sensors, smart grids y TIC: redes de sensores inteligentes para la circulación bidireccional de datos necesarios para el funcionamiento de una ciudad. Una ciudad informada y conectada.
  • Movilidad eléctrica: implantación de sistemas y puestos de recarga de vehículos eléctricos.
  • Smart citizen: participación ciudadana de forma activa.

A un nivel más popular, el concepto de ciudad inteligente ha ido evolucionando y ahora este modelo de ciudad se concibe como una ciudad de filosofía más comprometida con el entorno. Se entenderá como una comunidad que facilita la interacción de los ciudadanos con los diferentes elementos urbanos (parques, museos, ocio, trabajo, instituciones, etc.).

También, es una visión que acoge la inclusión de elementos arquitectónicos de vanguardia que orientan las infraestructuras a la solución de problemas previos. Esto se estudiará más adelante en los temas destinados a la arquitectura bioclimática. Con la evolución y comparación de diferentes ideas, el concepto de smart city se desarrolla partiendo de las siguientes ideas de base:

  • Energía y medio ambiente.
  • Comunicación entre todos los actores (personas, empresas, instituciones, etc.).
  • Integración de nuevas tecnologías.
  • Uso compartido de bienes y servicios.

Inteligencia de los edificios

Los llamados edificios inteligentes (en inglés, smart buildings) son aquellas construcciones que incluyen diferentes sistemas de tecnología integrada. Los ejemplos más extendidos en cuanto a inteligencia de edificios son los diferentes elementos de domótica, como el encendido y apagado de luces u otros dispositivos (audiovisuales, puertas y ventanas, etc.) y también los sistemas de control de acceso, muy extendidos estos en los centros destinados a oficinas o en banca.

De este modo, elementos de seguridad, equipos multimedia, ascensores e incluso aparcamientos robotizados convierten a cada edificio en una plataforma multigestión. Trabajar o residir en un edificio con tecnología inteligente aporta positivos valores a los usuarios, como el aumento de la seguridad, la eficiencia energética en sus numerosas formas y el confort en general.

El avance en la tecnología que se emplea en tipologías inteligentes, unido al aumento de la especialización científica de todos los sectores, hace posible que la introducción de sistemas inteligentes pueda abarcar todo tipo de edificaciones como hospitales, comercios, hoteles, edificios de restauración o instalaciones deportivas. De esta forma, los beneficiarios de esta nueva modalidad de construcciones son todos los usuarios.

El desarrollo y la mayor implantación de esta tecnología conllevan, igualmente, al beneficio de numerosos sectores profesionales. Por tanto, esta nueva era hace patente la necesidad de especialización de profesionales, como arquitectos, ingenieros, profesionales del sector de la mecánica para operaciones de puesta en marcha y mantenimiento, así como una nueva visión para comerciales y divulgadores de la materia.

El profesional como pilar de las ciudades inteligentes

La capacitación del profesional en ingeniería se ha convertido en una necesidad. La amplitud de esta área genera que estos especialistas tengan un amplio campo de acción y, posteriormente, un enfoque que resulta en la respuesta a una necesidad social. En áreas como las ciudades inteligentes, los ingenieros resultan cruciales para el desarrollo de cada uno de los factores que conforman la misma.

TECH Universidad Tecnológica brinda las herramientas necesarias para hacer, del profesional, un especialista en tiempo récord. Dentro de su Facultad de Ingeniería existen diversos programas educativos enfocados en el éxito laboral. Casos ejemplo son la Maestría en Ingeniería Mecánica y la Maestría en Ingeniería Naval y Oceánica. Sin embargo, aquellos profesionales enfocados en el área tecnológica y el desarrollo de la nueva era deberían inclinarse por la Maestría en Ahorro Energético y Sostenibilidad en la Edificación.

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