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El psicodiagnóstico familiar se realiza mediante una perspectiva antropológica, histórica, sociológica y psicológica. La familia desempeña un papel decisivo en el proceso de socialización del individuo y en la transmisión de valores, conocimientos o creencias.

Hay dos libros que definen en sus títulos la dificultad que van a tener los padres del siglo XXI para realizar una adecuada educación a sus hijos. El primero, el del genial Bruno Bettelheim: “No existen padres perfectos”. El segundo, de la ingeniosa Nancy Samalin: “Con el cariño no basta”. Lo anterior se refiere a los padres del siglo XXI, ya que este artículo explica los problemas que existen en el momento actual.

Desarrollando programas de intervención adecuados a los tiempos y las necesidades con las que convivimos hoy, somos conscientes que los trastornos y las patologías que se encuentran en las consultas han sufrido trasformaciones y mutaciones. Además, aunque se sigan llamando de la misma forma, tienen comportamientos distintos. Asimismo deben ser tratadas con nuevos procedimientos ya que las personas que lo sufren tienen distinta información y también distinta disposición para el tratamiento.

Psicopatología infantil y adolescente

Si hacemos un repaso en la psicopatología infantil y del adolescente, se encauza dentro del marco familiar (bien por la ausencia de familia o por la dinámica de ella) la variable intrapersonal del individuo además del contexto en el que ha vivido y se ha forjado su personalidad. Es más, los cambios en el ámbito de la familia son fundamentales para comprender la nueva expresión de numerosos trastornos que se han visto modificados en elementos sustanciales.

La anorexia, que siempre ha existido, pero que había sido poco estudiada hasta finales del siglo XX, se encontraba en adolescentes y era difícil encontrarla en personas mayores de 22 años. Hoy, sin embargo, ya hay anorexia con todos los epígrafes de diagnóstico: en niños de seis años y en mujeres que han formado una familia con hijos. Además, la anorexia ha proliferado en el varón de una forma atípica. En 1990, el 99% de los casos de anorexia diagnosticados se daban en mujeres, mientras que en la actualidad el grupo de población femenina afectada es de un 87 %.

La educación y la socialización son los dos procedimientos naturales que previenen o provocan muchos de los trastornos que posteriormente vemos en consulta. Cualquier profesional que se dedique a la psicopatológica infantil (y sobre todo adolescente) sabe que la genética (salvo trastornos como la esquizofrenia y algunas depresiones que han sido denominadas “endógenas”) es menos intrusiva en la psicopatológica humana que la herencia. De nuestros padres heredamos sus genes y componemos con la combinación de ambas genéticas la nuestra. Pero sobretodo heredamos nuestro entramado de emociones, ideas, comportamientos, formas de ver el mundo y en ocasiones conflictos que surgieron incluso varias generaciones atrás, y que denominamos la herencia del conflicto.

Por lo tanto, es cierto que hay una carga hereditaria en muchos de nuestros trastornos mentales, pero no toda está determinada por el código genético. Hay otros códigos y otras estructuras mucho más influyentes en nuestra forma de proceder en la salud y en la enfermedad. El psicoterapeuta debe analizarlos y tenerlos en cuenta.

Relación de padres e hijos

Cuando los padres hacen una consulta sobre un hijo, hay dos elementos fundamentales para tener en cuenta:

  1. Saber qué esperan realmente los padres del adolescente, es decir, cuáles son sus expectativas respecto a la mejoría de su hijo.
  2. Qué sentimientos y necesidades hay detrás de los comportamientos del chico. En definitiva, de dónde provienen esos sentimientos que dan soporte a los comportamientos, pensamientos y demás correlatos que los padres comunican en el motivo de consulta.

En estos dos elementos se encuentran muchos de los frenos a la resolución del problema. En ocasiones los padres le piden al adolescente cambios en conductas y comportamientos, pero realmente lo que le están pidiendo es que cambie en su “manera de sentir” con respecto a ellos y que coloque sus necesidades por detrás de sus compromisos para asumir responsabilidades ante la familia. Lo que parece simplemente un cambio de conducta, es en realidad un cambio en los sentimientos del hijo.

A la par, los comportamientos y conductas del hijo están instalados en una serie de necesidades y sentimientos que le dan soporte. Muchos de ellos se han establecido en edades mucho más tempranas que las actuales. Se podría expresar el conflicto entre padres e hijos como una consecuencia de:

  • Las diferencias entre las formas de entender el funcionamiento del mundo que les rodea.
  • El modo como cada una de las partes se siente a sí misma en ese mundo.
  • La forma como se interesan por lo que al otro le interesa.

Antropolgía de la familia

La antropología social según Geetz (1975) creyó que en cada pueblo hay una historia dependiendo del concepto de familia que se tenga. Así, en las sociedades modernas, encontró que la familia había dirigido su esencia hacia la emoción, el individualismo y lo privado. Era el paso de una permeabilidad social de la familia a un aislamiento social. Todo a partir de un supuesto pasado en que la unidad conyugal estaba ligada a una densa red de relaciones sociales. El uso del parentesco es la verdadera diferencia que existe entre las sociedades más avanzadas o primitivas, de tal manera que en las más simples el parentesco es el único elemento que ejerce de lazo social y por ello de socialización de las clases. En las sociedades complejas, la economía, las instituciones académicas, industriales y demás son más importantes que el parentesco.

Es habitual que se tenga una relación de convivencia y por ello se asemeje al concepto de familia, estructuras de relación que tienen lazos de consanguinidad. El eje de unión es la residencia o lo que se ha denominado «unidad doméstica». En esta línea, podemos denominar unidad doméstica a situaciones de convivencia basadas en la crianza, familias formadas por parejas homosexuales o familias formadas por personas adultas sin hijos.

La familia, por lo tanto, ha pasado de ser definida como un grupo social que tiene unas características comunes, una cooperación económica y una reproducción (Murdock, 1949), a un grupo de personas que tienen otros elementos de unión diferentes a los lazos biológicos. Según plantea Schneider (1984), no puede darse por sobreentendido que el parentesco se basa en la biología o que la reproducción sexual crea vínculos sociales entre las personas. Tampoco que la procreación establece nexos consecuenciales entre madres e hijos y que los vínculos genéticos posean significado invariable o cualidades distintas de los atributos sociales y culturales que le son asociados.

Sociología de la familia

No se pretende comparar la psicopatología (y por lo tanto el respectivo tratamiento de los trastornos mentales) con la educación en la vida cotidiana y lo difícil de esta tarea para padres y tutores. Al contrario, se espera aclarar que la mayoría de los trastornos psíquicos en la infancia y la adolescencia son consecuencia de las carencias afectivas que los pacientes han tenido con sus personajes referenciales básicos.

La trama psíquica del niño es el terreno donde sucederán los acontecimientos que constituyen la enfermedad. Terreno difícil por lo cambiante de las estructuras que aparecen y se disipan con facilidad.

El niño aprende a vivir, aprendiendo de sus errores y de sus aciertos. La psicopatología del niño y del adolescente solamente puede ser entendida con plenitud desde esta visión integral y evolutiva. Las raíces de la psicopatología infantil nacen y crecen en un terreno móvil: la personalidad en desarrollo del niño. Por eso es tan importante conocer el tipo de organización que se va haciendo, el “cómo” de la constitución del yo y el estilo de la configuración del aparato mental.

Construcción de la personalidad

Sin lugar a dudas, la personalidad es un “constructo” mental que se caracteriza por el mantenimiento de estructuras a lo largo del tiempo. En ellas, el núcleo experiencial será parte de esa trama y, a la vez, la palanca que moviliza las reacciones normales y patológicas. La adaptación está vinculada a la emoción y a la comprensión de todo ello mediante el raciocinio. Sabemos que la “emoción decide y la razón justifica”, pero también sabemos citando a Freud que: “La voz de la razón es suave, pero insistente”.

La intervención en la psicopatológica del niño y del adolescente puede realizarse con eficacia y, además, se puede realizar en un tiempo limitado. Para ello se tiene que tener en cuenta toda la dinámica y toda la estructuración vincular en el núcleo familiar.

Terapia familiar

La familia moderna es todavía una entidad viva y fundamental que está en el centro de nuestras preocupaciones individuales, profesionales y sociales, y constituye un elemento de capital importancia en el desarrollo y maduración de cada persona.

En TECH Universidad Tecnológica se han organizado diversos programas de educación excepcional, dispuestos a cubrir las diferentes áreas de especialización en el área medicinal. En el caso del bienestar psicológico y las distintas psicoterapias, ahora están disponibles el Máster en Actualización Profesional para Atención al Paciente Infantil en Primaria y el Máster en Tratamiento Cognitivo-Conductual de las Adicciones para Médicos.

En este sentido, tradicionalmente se ha puesto de relieve el efecto protector de las relaciones familiares ante determinadas situaciones adversas tan dispares como los problemas laborales, las dificultades económicas o la pérdida de personas queridas. Así la institución también ofrece el Máster en Terapia Familiar y Estrés para Médicos, especial enfocado en lo mencionado anteriormente.

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