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El aumento de la demanda de productos fitoterápicos y plantas medicinales fuerza el crecimiento de la oferta. Para intentar controlar esta situación para evitar que se consolide un mercado que pueda afectar a la salud negativamente, la OMS recomienda la reglamentación que asegure la calidad de los productos de forma global.

El auge de la fitoterapia y del uso de productos naturales, mayoritariamente vegetales, ha provocado también un aumento del número de comunicaciones sobre pacientes que han sufrido efectos perjudiciales para la salud. Estos efectos negativos suelen ser producidos por medicamentos fitoterápicos expuestos a diversos problemas.

Una de las principales causas está directamente relacionada con la calidad de los productos, incluidas las materias primas vegetales. La propia OMS reconoce que no se ha prestado suficiente atención a la garantía y control de la calidad de los medicamentos herbarios y productos naturales en general.

De la naturaleza al laboratorio

Las materias primas de origen vegetal a partir de las cuales se elaboran productos naturales tienen su origen en la propia naturaleza. Se trata de plantas, su mayoría, u otros vegetales como algas u hongos. El proceso que permite disponer de estos organismos para elaborar preparados es el siguiente: tras la recolección (si proviene del medio silvestre) y el cosechado (si se da en el cultivo) del material vegetal, a continuación viene la selección, el procesado primario, el secado el procesado específico y, finalmente, el almacenamiento.

Recolección y cultivo

Las buenas prácticas agrícolas y de recolección de plantas medicinales son el primer paso hacia la seguridad de la calidad de los productos basados en plantas. Dependen directamente su inocuidad y eficacia. Además, desempeñan una función muy importante en la protección de los recursos naturales para que la explotación de las plantas medicinales sea sostenible.

Existen directrices de la OMS sobre buenas prácticas agrícolas y de recolección (BPAR) de plantas medicinales. En ellas se describe y orienta sobre las técnicas y medidas necesarias para un cultivo y una recolección de forma adecuada. Sin embargo, se comprueba que hay inconexión entre los conocimientos y la aplicación de los mismos. Es necesario la capacitación de los agricultores y de otros actores implicados como los productores, manipuladores y procesadores del material vegetal medicinal.

Hacer frente a esta necesidad es una tarea difícil. Por ende, las empresas farmacéuticas y los laboratorios de productos naturales herbarios se ven obligados a realizar controles de identificación o bien a confiar en el suministrador.

Recolección de planta silvestre

Las plantas medicinales utilizadas tradicionalmente son obtenidas mayoritariamente del campo (medio silvestre). En la actualidad, a pesar del aumento de la demanda, la producción de planta aromática y medicinal proviene en gran medida de la recolección de plantas silvestres. Solo ciertas especies de mayor consumo, como menta, melisa, adormidera, manzanilla, etc, son cultivadas de forma convencional o de forma ecológica.

La obtención de las plantas medicinales plantea diferentes problemas. La calidad del material, que es la variabilidad producida por la propia adaptación del vegetal al medio en el que crece, provoca diferencias fenotípicas, genotípicas y quimiotípicas. Así no se asegura la estabilidad del complejo químico responsable de la actividad medicinal. También la recolección indiscriminada afecta a especies en peligro, tampoco existe control en el crecimiento de las plantas y la dispersión geográfica del cultivo afecta con frecuencia a los productos.

Incluso habiendo más inconvenientes, la recolección de planta silvestre es una práctica habitual y se realiza normalmente las condiciones de la población natural son accesibles y abundantes.

Permisos de recolección

En algunos países, para recolectar plantas en el medio silvestre, es necesario obtener un permiso de recolección y otros documentos. Tienen que estar firmados por las autoridades gubernamentales o administraciones (normalmente locales), y por los propietarios del terreno en el que se lleva a cabo la recolección. Y si el material vegetal obtenido va a ser destinado a la exportación, deberán solicitarse permisos de exportación, certificados fitosanitarios, permisos de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres (CITES) y certificados CITES.

Planificación técnica

Las expediciones al campo para llevar a cabo la recolección de planta silvestre no se realizan de forma aleatoria. Deben estar sujetas a una planificación técnica, a la cual se le exige garantizar la estabilidad de los hábitats naturales y el mantenimiento de poblaciones de las especies en la zona de recolección. Así:

  • Deben seleccionarse los lugares de recolección.
  • Debe disponerse de información sobre las especies que se desea recolectar (taxonomía, distribución, fenología, diversidad genética, biología de la reproducción y etnobotánica).
  • Debe tenerse en cuenta las condiciones medioambientales (topografía, la geología, el suelo, el clima y vegetación) de los lugares de recolección previstos.
  • Debe conocerse la morfología y la variabilidad de las poblaciones de la especie de planta medicinal.
  • Es importante contarcon las técnicas correctas de recolección, los medios de transporte, el manejo de los equipos y las herramientas.
Selección de las especies medicinales

La especie botánica seleccionada para su recolección debe ser la citada en documentos científicos tales como las farmacopeas, monografías oficiales, etc. En el caso de plantas medicinales de uso tradicional sin antecedentes científicos o de introducción reciente, debe identificarse la especie perfectamente antes de la recolección. Siempre que exista duda de confusión, debe recurrirse al especialista botánico.

Recolección en el medio silvestre

Para garantizar la supervivencia de las poblaciones de las especies y sus hábitats, la recolección en el medio silvestre debe ser sostenible. La OMS dicta una serie de recomendaciones para este fin:

  • Determinar la densidad de la población de la especie de interés en los lugares de recolección seleccionados.
  • Proyectar planes de gestión que se prevé recolectar, la cantidad de material y los métodos que se utilizarán para la recolección.
  • La recolección debe llevarse a cabo durante la temporada o período adecuado para asegurar la calidad óptima, tanto de las materias primas como de los productos fabricados.
  • Las técnicas de recolección deben ser siempre ecológicas y no agresivas.
  • Elegir zonas de recolección que no estén afectadas por productos tóxicos o de elevada actividad microbiana.
  • Evitar que el material recolectado presente restos del suelo (tierra).
  • Utilizar contenedores adecuados para depositar el material que se va recolectando.
  • Garantizar la aireación del material vegetal desde que es recolectado hasta que es transportado.
Cultivo y cosecha

El gran aumento que se ha producido de la demanda de algunas especies y drogas no puede ser cubierto únicamente con planta silvestre sino que hay que recurrir al cultivo. Además tiene grandes ventajas por el control que se puede ejercer sobre los especímenes y las condiciones de cultivo y recolección. Esto redunda en una mayor calidad del material vegetal.

De hecho, el control de calidad de las plantas medicinales y sus productos derivados se debe realizar desde el momento del cultivo. Es fundamental seleccionar el área, disponer de semilleros, conocer la densidad adecuada para el campo de cultivo y así conseguir el mejor desarrollo de las plántulas. Además, se conoce la época de siembra o plantación, naturaleza y estado del suelo, naturaleza del agua de riego, etc.

Identificación y autenticación

Es muy importante verificar la identidad botánica (nombre científico, género, especie, subespecie o variedad, autor y familia) de las especies medicinales que se cultiven. Esta información deberá acompañar al material que se produzca. En caso pertinente, se pueden suministrar otros datos de interés como el nombre del cultivar, el ecotipo, el quimiotipo, el fenotipo e incluso el genotipo.

Semillas y otros materiales de propagación

Para tener garantías sobre las plantas a cultivar, los materiales de propagación o plantación deben ser de la calidad apropiada y sin contaminantes ni enfermedades. Además, los proveedores de semillas y otros materiales de propagación deben facilitar información sobre la identidad, la calidad y el rendimiento de sus productos.

Cultivo

La OMS recomienda que el cultivo se realice atendiendo a los antecedentes que puedan existir sobre las especies y esta práctica. En caso de no haber datos científicos publicados o documentados sobre el cultivo, se deberían aplicar los métodos tradicionales de cultivo (si es viable) o bien desarrollar nuevos métodos mediante la investigación. En general, se deben aplicar principios agronómicos adecuados. Estos incluyen la rotación de cultivos y la labranza, que deben adaptarse al crecimiento y otras características de las plantas. Se recomienda la agricultura de conservación que salvaguarda la vegetación circundante y el suelo.

Cosecha

Para establecer la mejor época de cosecha, es prioritario saber la parte de la planta que vaya a usarse en la elaboración de productos fitoterápicos. Asimismo conocer el momento en el que estas drogas presentan el complejo químico adecuado tanto en cualidad como en calidad. Para que el material obtenido esté y permanezca en buenas condiciones, se debería tener en cuenta los siguientes consejos:

  • Evitar el exceso de humedad.
  • Los utensilios y herramientas deben estar limpios.
  • El material cosechado debe permanecer en un lugar seco.
  • Evitar el contacto con el suelo.
  • Tras la recolección, debe realizarse un primer control que permita separar drogas y partes extrañas.
  • Evitar el contacto con residuos, animales, etc, para prevenir una contaminación microbiana.
Cultivo de algas

Sin ser plantas en su mayoría, las algas son vegetales que cada vez se utilizan más tanto en el ámbito fitoterapéutico como en el alimenticio. De ahí que desde hace décadas se desarrolle la alguicultura. Esta práctica está resolviendo el problema de la sobre explotación que sufrían algunas poblaciones naturales de algas y facilitando la cosecha (sobretodo de las especies que viven en zonas de difícil acceso). Además, se asegura que la materia prima tenga características uniformes. Las zonas de cultivo se localizan en áreas protegidas y con características fisicoquímicas y biológicas adecuadas, según la especie a cultivar. Las áreas de cultivo deben estar protegidas de los depredadores y el manejo de los vegetales debe ser cuidadoso, en especial la recolección.

Procesado

El procesado tras la recolección o la cosecha incluye inspección del material, procesado primario, secado, procesado específico, envasado y etiquetado. Y todas estas fases deben realizarse de forma tal que garanticen el mantenimiento de las características fitoquímicas del material. Los anteriores son responsables de la actividad medicinal de la planta y/o droga.

  • Emplazamiento: debe ser adecuado para evitar contaminaciones e inundaciones.
  • Edificios: deben estar en perfectas condiciones de construcción y limpieza.
  • Suministro de agua: debe ser abundante y con presión adecuada para los procesos de lavado, congelación, etc.
  • Residuos y vertidos: debe existir un sistema que asegure la no interacción con los conductos de agua potable, ventilación, etc.
  • Se deberá disponer de recursos para la desinfección y desinsectación según el material.
  • La iluminación deberá ser óptima y adaptada a los distintos procesos.
  • Ventilación: deberá ser suficiente y se evitarán corrientes entre las zonas sucias y las limpias.

Inspección y selección

Se debe realizar una primera inspección visual para separar las plantas y partes de planta ajenas a la especie de la droga que se desea procesar.

Procesado primario

Dependiendo de los países, pueden existir normas y protocolos que deben cumplirse. En cualquier caso, se recomienda descargar y desenvasar las plantas cosechadas o recolectadas con prontitud. También se debe evitar al máximo la exposición a la luz, la humedad y a posibles agentes contaminantes. En caso de que el material vegetal se necesite fresco, este debe conservarse en refrigerador hasta su procesado definitivo.

Secado

El contenido de humedad de las materias vegetales medicinales preparadas para su uso en forma seca debe mantenerse lo más bajo posible. Esto evita la presencia de mohos y otros tipos de infestación por microbios, además de ralentizar o paralizar los procesos biológicos del propio material que llevarían al deterioro del mismo. Existen diversos métodos de secado:

  • Al aire libre.
  • En salas o edificios protegidos con malla metálica.
  • Por exposición directa al sol.
  • En hornos o salas de secado.
  • Mediante fuego indirecto, horneado, liofilización, microondas o dispositivos infrarrojos.
Procesado específico
  • Elimina partes extrañas de forma minuciosa.
  • Reduce la duración del secado.
  • Detecta e impide los daños ocasionados por microorganismos y/o insectos.
  • Reduce la toxicidad de los componentes tóxicos propios.
  • Potencia la eficacia terapéutica.

Las operaciones de procesado específico más habituales son:

  • La preselección.
  • El pelado de raíces y rizomas.
  • La ebullición en agua.
  • La cocción al vapor.
  • El remojo.
  • El encurtido.
  • La destilación.
  • La fumigación.
  • El tueste.
  • La fermentación natural.
  • El troceado.

Almacenamiento y transporte

Una vez finalizado el proceso de envasado y etiquetado, cabe destacar que el transporte y almacenamiento de las plantas medicinales debe hacerse de una determinada manera para evitar el posible deterioro o alteración. Así, los medios utilizados para su traslado deben estar limpios y ventilados. Incluso, según casos, se aplican tratamientos de fumigación realizados por parte de personal licenciado y autorizado.

Dependiendo del tipo de material, se debe almacenar y transportar de manera diferente. Las plantas medicinales de cultivo ecológico se deben transportar y almacenar por separado. En cuanto a las materias vegetales medicinales altamente tóxicas se les debe aplicar medidas de seguridad especiales. Por último, las plantas medicinales frescas y congeladas se deben almacenar a una temperatura de 2 a 8ºC y – 20ºC respectivamente.

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