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A pesar de que la ancianidad es una etapa ineludible en el desarrollo humano, las personas han encontrado la manera de evadirla de múltiples maneras a través de diversas especializaciones medicinales. Por medio del estudio de la medicina estética y otros énfasis en el área de la salud, la sociedad le ha dado una enorme importancia a la belleza y al cuidado de la piel en la actualidad.
Teoría molecular y estrés oxidativo
Los antioxidantes son sustancias químicas que se caracterizan por impedir o retrasar la oxidación en el organismo humano. Esta reacción puede provocar alteraciones fisiológicas importantes, los cuales llegan a ser desencadenantes de diversas enfermedades.
Otra de las funciones de los antioxidantes es facilitar el uso fisiológico del oxígeno por parte de las mitocondrias celulares. Lo anterior ayuda a reducir los efectos del estrés oxidativo y la falta de oxígeno. De esta manera se forman complejos que mitigan las reacciones productoras de radicales oxidantes. También son conocidos como radicales libres (moléculas inestables de alta energía con electrones desapareados en sus órbitas exteriores que tienden a reaccionar con otros compuestos). Por consiguiente, desempeñan una función fundamental en la prevención de enfermedades crónicas.
En muchos casos se ha documentado científicamente que los antioxidantes son potenciadores de la salud. Asimismo, su utilización supone la prevención de enfermedades crónicas y no transmisibles como algunos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, etc. De ahí la importancia del consumo de alimentos con un alto contenido de sustancias antioxidantes, tales como las frutas y los vegetales.
Definición de antioxidante
Los antioxidantes son compuestos químicos que interactúan con los radicales libres y los neutralizan. Les impide causar daños en el organismo. Existen dos tipos de antioxidantes: endógenos (producidos por el cuerpo) y exógenos (provenientes del exterior).
Los antioxidantes exógenos provienen de la alimentación, de la cual frutas, verduras y cereales son fuente de ellos. Existen, a su vez, antioxidantes alimenticios que se encuentran como complementos alimenticios. Un ejemplo es el betacaroteno, el licopeno y las vitaminas A, C y E (alfatocoferol). El selenio, el zinc y el cobre forman parte de la estructura molecular de algunas de las enzimas antioxidantes. Además, los polifenoles (flavonoides), la quercetina y el resveratrol son otros importantes antioxidantes.
Radicales libres y salud
Los radicales libres son moléculas inestables de alta energía con electrones desapareados en sus órbitas exteriores. Éstos tienden a reaccionar con otros compuestos, en especial con los ácidos grasos poliinsaturados). Todo debido a que las moléculas estables tienen electrones en parejas. Sin embargo, si un electrón no se encuentra en pareja con otro, este se vuelve muy reactivo e inestable. Por esta razón buscará a otro para emparejarse con él.
Aunque los radicales libres son de vida muy corta (del orden de una milésima de segundo), estos también son tremendamente reactivos. Por ejemplo, un radical libre puede dañar un millón de moléculas mediante este proceso de autoperpetuación.
Pueden encontrarse en el interior o el exterior de las células. Incluso pueden ser diseminados por todo el organismo, donde mantienen la actividad biológica al oxidarse. Así llegan a dañar, principalmente, tejido conjuntivo, proteínas, enzimas, lípidos, membranas celulares, fibras de colágeno, ADN y ARN, etc. Su acción también la pueden ejercer sobre los leucocitos al favorecer su activación anómala. Están implicados en la producción de enfermedades degenerativas tales como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares.
Teorías conjuntas
Se han propuesto varias teorías para intentar explicar el progresivo proceso de envejecimiento. La genética, el envejecimiento celular, el acortamiento de los telómeros, el estrés oxidativo, las mutaciones del ADN mitocondrial y la disminución de los niveles de varias hormonas, están implicados en estas teorías del envejecimiento.
Envejecimiento intrínseco o biológico
No se debe a factores ambientales modificables, pero se asocia al avance de la edad con el que se producen cambios clínicos, histológicos y fisiológicos. Incluso en la piel protegida del sol.
Las manifestaciones incluyen adelgazamiento de la piel, xerosis, laxitud, arrugas y atrofia. Dan lugar a la prominencia de los vasos sanguíneos, la pérdida de elasticidad y una mayor fragilidad cutánea. Otros factores que contribuyen a la formación de arrugas incluyen cambios en los músculos, la pérdida de grasa del tejido subcutáneo, las fuerzas gravitacionales y la pérdida de sustancia de los huesos faciales y del cartílago.
En pocas palabras, el envejecimiento intrínseco o biológico trata del avance de la edad. Es un proceso continuo universal e irreversible que no tiene relación con factores ambientales modificables.
Envejecimiento extrínseco
Es un proceso de evolución distinta causado por factores ambientales. Este se produce como resultado de la exposición diaria a una variedad de fuentes que incrementan la producción de radicales libres. Estos, a su vez, dañan lípidos, proteínas y ADN. Conducen al estrés oxidativo con la posterior incapacidad de las células para mantener su integridad y función.
De todas las causas extrínsecas, la que tiene más efectos negativos documentados sobre la piel es la exposición a la radiación ultravioleta. El 80% del envejecimiento de la piel de la cara se atribuye a exposición solar. Otros factores relevantes son la exposición al humo del tabaco y la contaminación.
- Fotoenvejecimiento
Es el término utilizado para definir los cambios de la piel causados por la exposición crónica a la RUV. En la dermis provoca una reacción molecular en cadena que promueve la expresión de metaloproteinasas de la matriz. Estimula la producción de colagenasa en fibroblastos y queratinocitos, con lo cual disminuye la síntesis de procolágeno. Como respuesta a la agresión externa, el organismo desarrolla defensas antioxidantes enzimáticas y no enzimáticas. Así activa los procesos de reparación y la eliminación de las células dañadas con el fin de mantener la estabilidad del genoma.
En la piel fotoenvejecida, la producción de colágeno se reduce cerca de un 40% en comparación con la piel no expuesta. Además, es probable que dichos cambios en los precursores del colágeno puedan conducir a niveles reducidos y/o alteración de la organización de colágeno fibrilar. Por lo tanto, contribuye a la aparición de arrugas en la piel fotodañada. La severidad del fotoenvejecimiento es proporcional a la exposición solar acumulada e inversamente relacionada con el grado de la pigmentación de la piel.
- Tabaco
El consumo de tabaco puede causar o exacerbar una serie de enfermedades y acortar la esperanza de vida. El tabaquismo está fuertemente asociado al envejecimiento prematuro de la piel y numerosas enfermedades dermatológicas. Por ejemplo la cicatrización deficiente de las heridas, psoriasis, lupus, carcinomas orales, etc.
El tabaquismo es un factor de riesgo independiente para la aparición prematura de arrugas faciales. Incluso sin tener en cuenta la exposición al sol, la edad, el sexo y la pigmentación de la piel.
- Otros factores exógenos
Aunque la exposición a los RUV y al humo del tabaco son los principales factores de riesgo del envejecimiento extrínseco, se tienen que considerar otros factores exógenos como la contaminación y la ingesta de calorías. Estas también son responsables de acelerar el proceso de envejecimiento prematuro de la piel, aunque en una escala menor.
Se ha demostrado que la contaminación tiene efectos negativos en órganos internos tales como el corazón, los pulmones y la piel. Otro factor exógeno implicado en el envejecimiento es el consumo diario de calorías. Investigaciones realizadas durante los últimos años en roedores muestran claramente que la reducción de la ingesta calórica disminuye los niveles de daño oxidativo celular a largo plazo.
Acortamiento telomérico
Genes asociados a la longevidad y el envejecimiento
Los cromosomas son estructuras condensadas de ácido desoxirribonucleico (ADN) que contienen la información básica sobre la que se construye y organiza la vida. Los telómeros son los extremos de los cromosomas que desempeñan una función fundamental en la protección de su integridad.
La longitud de los telómeros, a una determinada edad, es uno de los mejores marcadores moleculares (biomarcadores) del grado de envejecimiento del organismo. Por ende, puede utilizarse para estimar la edad biológica del mismo. La longitud de las repeticiones teloméricas se erosiona progresivamente con el incremento de la edad del organismo como consecuencia de la multiplicación celular necesaria para regenerar los tejidos. Los telómeros parecen servir como reloj biológico determinante de la vida proliferativa de la célula.
La hipótesis más aceptada de por qué se envejece es la acumulación de daño en el material genético (DNA). Este se produciría asociado al proceso mismo de la vida. Sin embargo, la naturaleza del daño causante de envejecimiento es aún motivo de intenso debate científico. Trabajos recientes con ratones modificados genéticamente sugieren que los “radicales libres”, teoría popular de envejecimiento, no parecen ser los causantes del envejecimiento del organismo.
El envejecimiento del organismo
En un reciente estudio se ha visto que el daño producido por telómeros cortos genera cambios globales en la expresión de los genes consistentes con la activación de una respuesta al «estrés celular». Este descubrimiento sugiere que el acortamiento progresivo de los telómeros y la acumulación de telómeros disfuncionales constituyen la principal fuente de daño. Eso es suficiente para provocar el envejecimiento de organismo.
Cuanto más largos son los telómeros, más puede multiplicarse una célula (incluyendo las células madre que regeneran los tejidos). En resultado, el organismo se mantiene joven durante más tiempo.
Envejecimiento en medicina estética
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