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El cerebro está “diseñado” para aprender, de hecho es lo que “mejor” hace. Esta es la razón por la cual está implicado en ello diversas estructuras neuronales, aunque no existe un “centro del aprendizaje” por así decirlo. Son las funciones y habilidades que desarrolla la persona y que tienen su correlato en el cerebro, los que se van modificando y adaptando a los nuevos aprendizajes. Así la información relacionada con la visión va a implicar una serie de estructuras cerebrales. Estas a medida que la persona va teniendo experiencia va cambiando y alterando su funcionamiento adecuándose al aprendizaje. Ello bien se pueden conformar desde la relación entre el aprendizaje y la neuroeducación.
Y todo ello partiendo de un cerebro “en blanco”, que ha sido estructurado y guiado genéticamente. Esto sin necesidad de la intervención del medio ambiente, pero que con posterioridad tiene que ser “moldeado”; todo ello según vaya adquiriendo la persona nuevos conocimientos y experiencias. Le ayudará a desarrollar sus habilidades y a ser funcional en el contexto social donde vive.
Hay que tener en cuenta que el cerebro no está en blanco, ya que el bebé incluso desde el vientre materno puede oír, ver y sentir. Además el cerebro poco a poco va adquiriendo la capacidad del control muscular; a lo que hay que añadir los movimientos reflejos que van a mostrar durante los primeros meses de vida.
Neurohormonas
Hay que tener en cuenta que las neurohormonas van a jugar papel destacado en el aprendizaje facilitando o interfiriendo en el mismo:
- La dopamina, participa en el estado de alerta y por tanto de la atención. Esto es imprescindible como paso previo para los nuevos aprendizajes, basados en el deseo por conseguir el refuerzo. Es allí donde altos niveles mejoran la motivación y el buen humor lo cual se ha comprobado que favorece el aprendizaje; mientras que bajos niveles producen desmotivación e indecisión, perjudicando de esta forma el aprendizaje.
- La noradrenalina, implicado también en procesos atencionales y de aprendizaje. Altos niveles generan hipervigilancia y facilitan el aprendizaje, bajos niveles falta de concentración y desmotivación, lo que interfiere en la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos.
- La acetilcolina, que afecta directamente a la capacidad de retención de la memoria a corto plaz; por tanto a la consolidación de las huellas de memoria y con ello del aprendizaje. Altos niveles altos facilitan la memoria y el aprendizaje, bajos niveles están asociados con problemas de memoria, lo que impide el establecimiento de nuevos aprendizajes. Además de los anteriores, de forma indirecta otros neurotransmisores van a jugar un papel destacado en el aprendizaje.
- El GABA, ácido gamma-aminobutírico, el cual favorece la relajación y calma siendo necesario para el normal desempeño de la memoria. Altos niveles provocan sedación y sueño y con ello perjudica la atención y el aprendizaje. Bajos niveles favorece los estados de alerta, pero pueden desencadenar estados de ansiedad contraproducentes para el aprendizaje.
- La adrenalina, que prepara al organismo en un estado defensivo y de alerta, lo que favorece la atención y aprendizaje. Altos niveles van asociados con fatiga, falta de atención, y bajos niveles favorecen el decaimiento
Aprendizaje en el aula
En el aprendizaje intervienen diversos procesos cognitivos, pero si bien se habla de aprendizaje se debe hacer de memoria, ya que sin este último no es posible el aprendizaje. La memoria está estrechamente relacionada con el aprendizaje, de hecho, no existiría el uno sin el otro; así al memorizar “algo” se aprende ese “algo”, que con posterioridad se podrá recuperar, igualmente cuando se “desaprende” algo, se olvida y con ello se pierde la huella de memoria.
Pero el aprendizaje, no es simplemente una acumulación de huellas de memoria, sin ninguna conexión entre sí, a modo de libro en una biblioteca, al contrario, cada vez que se forma una huella de memoria a corto plazo, esta se compara con huellas similares, para comprobar si se trata de una “novedad” o no, con respecto a dichas huellas. De no proporcionar ninguna información novedosa, de forma automática se considera información irrelevante, y suele “perderse”, cuando llega nueva información sensorial.
Es por ello que resulta fácil saber con certeza lo que hizo hace un mes si se lleva siempre la misma rutina, se puede deducir sin miedo a equivocarse, que estaba en el sitio “de siempre”, haciendo lo “de siempre”, pero no será capaz de recordarlo, porque no se llegó a formar una huella de memoria a largo plazo.
En cambio, si la información de la huella de memoria a corto plazo, comparada con la información registrada previamente, supone algún tipo de aportación nueva, o cambio sobre la que ya había, se realizará un aprendizaje, modificando las huellas de memoria a largo plazo, con la nueva información relevante, y en caso de ser un tema “nuevo”, se consolidará en una huella de memoria a largo plazo nueva.
Memoria y aprendizaje
Aunque hay autores, que equiparan el aprendizaje a las huellas de memoria a corto plazo, e incluso sensoriales, estimando que mientras está esa información activa, existe la posibilidad de consolidarse, de no ser así, se trataría de aprendizajes “fugaces”, que en unos minutos se olvidarán. Basado en lo comentado en el punto anterior, sobre la recuperación, hay que tener en cuenta que porque un alumno no sea capaz de “evocar” un determinado nombre, dato o fecha, no quiere decir que no lo sepa, pues puede identificarlo correctamente de entre una lista de posibles nombres, datos o fechas.
Uno de los factores fundamentales en la educación, es el aprendizaje, y por lo tanto memorizar, aunque esto no se circunscribe a cifras, fechas y datos, sino que incluye también el aprendizaje de las habilidades motoras, por ejemplo. Todo ello va a ir siendo poco a poco valorado y evaluado, por el docente, para conocer si el nivel de desempeño del alumno, se corresponde con el del resto de sus compañeros o existe algún retraso. Como cualquier otra capacidad, la memoria se puede desarrollar, extendiendo sus posibilidades con el entrenamiento adecuado.
Dicho lo cual los problemas más comunes entre los menores no son precisamente de memoria, sino con respecto a los sentidos, la percepción o la atención, incluso a problemas motivacionales, todos los cuales van a tener una incidencia directa negativa en las huellas de memoria y por tanto va a dificultar la recuperación posterior.
El proceso de aprendizaje en el deporte
A diario, el ser humano debe enfrentarse con ciertas situaciones que pueden convertirse en un reto para cada individuo. Es por esta razón que el proceso de aprendizaje es constante y a lo largo de nuestra vida difícilmente llega a terminar. De esta misma manera sucede en el ámbito del entrenamiento físico y la práctica deportiva, donde el actor principal de la misma debe estar en un proceso de cambio frecuentemente, con respecto a su evolución física.
TECH Universidad Tecnológica, desde su fundación, se ha centrado en que cada uno de sus egresados sea el mejor en su ámbito de aplicación. Por esta razón, cada uno de sus programas ha sido diseñado cuidadosamente, además de que cada uno cuenta con acompañamiento por parte de un experto. Caso tal de ello es su Facultad de Ciencias del Deporte, donde se desarrollan programas como el Máster en Entrenamiento de Fuerza para el Rendimiento Deportivo y el Máster en Entrenamiento Personal Terapéutico. Sin embargo, para aquellos profesionales que se interesan por el área del aprendizaje en el deporte, su mejor elección educativa será el Máster en Neuroeducación y Educación Física.