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Se engloban bajo el concepto de dietas terapéuticas hospitalarias el conjunto de pautas y planes de alimentación prescritos y/o establecidos durante el periodo de recuperación de los pacientes en situaciones patológicas con necesidades específicas. Estas estrategias de nutrición clínica se dan en función de las características y especialidades de cada paciente, así como de cada centro sanitario.

Generalmente, estas dietas son derivadas del menú basal. Buscan una concordancia y unificación de los platos, además de adecuarse a la gastronomía de la zona. Lo anterior simplifica los procesos de elaboración y facilita el trabajo al servicio de cocina, al tiempo que consigue mejorar la organización del sistema de dietas. A continuación, se expone la relación de dietas que con mayor frecuencia están presentes en los servicios médicos hospitalarios.

Dietas de uso frecuente

Progresivas

Son dietas con las que se inicia la reintroducción de alimentos por vía oral tras un ayuno ≥ 72 horas. Progresivamente, se comprueba la tolerancia a diversos alimentos hasta incorporar consistencias más sólidas y llegar a normalizar la dieta. Esta reincorporación paulatina de los alimentos se hace en diferentes fases:

Primara fase: líquida

Nutricionalmente incompleta y de bajo aporte energético. Está compuesta de líquidos poco azucarados como caldos, zumos de fruta natural e infusiones. Debe mantenerse por corto espacio de tiempo, ya que puede comprometer el estado nutricional y de recuperación del paciente. Aporta exclusivamente hidratos de carbono con muy bajo contenido en grasas y proteínas. Se aplica para pacientes con alguno de los siguientes requisitos:

  • Postoperatorio tras dieta absoluta.
  • Preparación cirugía de colon.
  • Gastroenteritis.
  • Diarrea aguda de corta duración.
  • Disfagia o patologías de la cavidad bucal.

Segunda fase: semilíquida

Además de líquidos, se incorporan alimentos de consistencia pastosa (purés o cremas). No obstante, siguen siendo nutricionalmente incompletas. Evitan alimentos que estimulen el peristaltismo como pueden ser las legumbres, frutas, verduras crudas y cereales integrales. Se evitan proteínas de origen animal (carne, pescados, huevos), ya que requieren de digestiones más largas.

Incluye: leche y derivados, café descafeinado, miel, mermelada, pan, cremas de verduras y hortalizas, sopas y frutas en almíbar, compotas o asadas. Se da en pacientes que requieran:

  • Pruebas exploratorias.
  • Intermedia entre líquida y semiblanda en la progresión de postoperatorios.

Tercera fase: semiblanda

Sigue siendo nutricionalmente incompleta, de fácil digestión y de consistencia blanda. Se introducen proteínas de origen animal, pero evita alimentos crudos, técnicas culinarias grasas y fuerte condimentación de los platos. Por ende, son dietas con bajo contenido en grasas y fibra. Situaciones de aplicación:

  • Fase intermedia entre semilíquida y blanda en postoperatorios.
  • Función gastrointestinal alterada.
  • Dificultad para la masticación y/o deglución.

Cuarta fase: blanda o de admisión

Equilibrada, variada, saludable, normoproteica, normocalórica. Similar a la dieta basal, derivada de la misma formada por alimentos de fácil digestibilidad, bajo contenido en grasas y fibra. Se aplica en los siguientes casos:

  • Pauta dietética del paciente de reciente ingreso cuya patología se desconoce, previo a la indicación de una dieta específica en función de si se prolonga la estancia.
  • Última fase del postoperatorio tras dieta semiblanda.
  • Dificultad para la masticación y/o deglución.

Modificación de la textura

Dieta triturada o túrmix: de fácil masticación o mecánicamente blandas. Son dietas normocalóricas en las que se utilizan alimentos blandos, de fácil masticación, y se modifica la consistencia de los platos. Incluyen cremas o purés de verduras con carne, pescado o huevo, o cremas y sopas de legumbres como fuentes de proteína vegetal (si hay tolerancia). Frutas cocidas, en compota. Lácteos semidesnatados. Pan, arroz, pasta refinados (no integrales).

Macronutrientes

Pobre en grasas y colesterol

Indicadas en el tratamiento de pancreatitis, alteración de los niveles plasmáticos de triglicéridos y partículas de colesterol (LDL). Incluye alimentos frescos. Es decir, poco o nada procesados como verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, carne y pescado (no marisco) frescos, huevos, aceites y grasas saludables como el aceite de oliva, frutos secos crudos, aguacate, y lácteos desnatados, los cuales son naturalmente bajos en grasa. Evita comidas copiosas, condimentos y grasas fuertes.

Bajo contenido en proteínas

Indicadas en el tratamiento de pacientes con insuficiencia/enfermedad renal. Son dietas normocalóricas, con control en el aporte de proteínas. Aportan alrededor de 60g/día, representando <10% VCT. En estos casos, también están controlados el contenido en potasio y fósforo de la dieta.

Aporte genético

Hipercalóricas

Recomendadas para pacientes con desnutrición y patologías con factores de estrés asociados (fiebre, traumas y quemados). También en personas con Diabetes Mellitus (I y II) y que requieran control de peso.

Hipocalóricas: Dietas saludables, equilibradas, variadas y normoproteicas, con control del aporte de hidratos de carbono simples (azúcar, y cereales refinados). Requieren de un ajuste de raciones a cantidades más pequeñas, repartidas en varias tomas a lo largo del día para conseguir una mejora en el control de la glucemia. Alto contenido en fibra a partir de verduras, frutas, legumbres y cereales preferentemente integrales.

Control de electrolitos o minerales

Dietas indicadas en pacientes con insuficiencia o enfermedad renal avanzada (ERC). Con control de los aportes de minerales que comprometen el metabolismo fosfocálcico renal, como calcio, fósforo, magnesio, hierro, potasio.

Patologías gastrointestinales

Protección gástrica y biliar

Indicada en situaciones donde la mucosa del tracto digestivo está dañada. No obstante, varía en función de los síntomas y la evolución clínica de la patología gástrica presente. Debe ser de fácil digestibilidad, restringiendo alimentos irritantes, tanto mecánicamente (alto contenido en fibra: frutas, verduras, legumbres e integrales) como químicamente (ácidos) que aumenten la secreción de ácido estomacal. Se evitan platos muy condimentados, salados o con alto contenido en grasa. Es recomendable repartir las ingestas de alimentos en varias tomas de pequeño volumen para mejorar la tolerancia y digestión.

Se aplica en pacientes con gastritis (aguda o crónica), úlcera péptica y/o dispepsia.

Sin residuos

Derivada de la dieta basal con modificación en el contenido en fibra principalmente. Dieta normocalórica y normoproteica. Sin embargo, por su carácter restrictivo no se recomienda prolongar más de lo necesario. Puede comprometer un déficit de algunos nutrientes que en ciertos casos hace necesaria la suplementación de vitaminas y minerales o fórmulas especiales de nutrición artificial.

  • Es previa a la intervención a cirugía de colon.
  • Preparación de exploraciones del tracto digestivo bajo.
  • Estenosis (riesgo de oclusión/ suboclusión).

Astringente

Indicaciones dietéticas orientadas en reducir el peristaltismo intestinal. Evitar temperaturas extremas: alimentos ácidos, café y condimentos fuertes, alimentos ricos en fibra (verduras crudas o cocidas, algunas frutas, legumbres, frutos y frutas secas y los integrales). Bajo aporte de grasas. Conviene individualizar las pautas para evitar restricciones innecesarias. Se recomienda en:

  • Cuadro diarreico.
  • Disminución de la función absortiva del tubo digestivo.
  • Aumento de la secreción y motilidad en el intestino.

Otras dietas

  • Alergias o intolerancias alimentarias: supresión y sustitución de alimentos o grupos de alimentos susceptibles de causar sensibilidad. Sin gluten, lactosa, fructosa, pescado, huevo, etc.
  • Culturales: ovolactovegetarianas/veganas, grupos étnicos (p.ej. musulmanes: NO cerdo en todas sus elaboraciones).
  • Dietas personalizadas.

Todo lo que debes saber sobre nutrición

La nutrición es un área muy importante de la medicina. En algunas ocasiones suele usarse como parte del tratamiento. Los pacientes que necesitan este tipo de atención pueden presentar diversas condiciones o patologías, por lo que es importante diferenciar el abordaje en cada uno de los casos.

El Máster en Nutrición Clínica en Pediatría para Nutricionistas y el Máster en Nutrición Deportiva cubren las necesidades nutricionales de diferentes poblaciones, con el fin de brindarles un mayor bienestar y hacerlos propensos a la recuperación. Por su parte, el Máster en Nutrición Clínica está centrado en capacitar profesionales para evaluar y calcular los requerimientos alimentarios que promuevan la salud de los pacientes.

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