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La ecografía cervical de tiroides es un procedimiento técnico sencillo que puede dar luces sobre el estado de esta glándula. Dado que la tiroides se encuentra a un nivel superficial, las técnicas ecográficas son suficientes para realizar un diagnóstico completo y bien estructurado de la glándula en entornos como la Atención Primaria. En este artículo se dará una introducción al uso clínico de la ecografía tiroidea.

Técnica ecográfica de la tiroides

La glándula tiroides es una estructura muy superficial, por lo que resulta fácilmente accesible al estudio ecográfico. Con los equipos actuales, la tiroides y el resto de las estructuras cervicales se visualizan sin dificultad. Se necesita un ecógrafo de gama media-alta que disponga, además, de Doppler (color, pulsado y power doppler). Disponer de Doppler Color y Doppler Espectral permitirá valorar la vascularización normal del tiroides y de sus alteraciones si las hubiera.

Se emplearán transductores lineales de alta frecuencia (7-12 Mhz). A veces será necesario utilizar Sondas Convex de frecuencias inferiores (3.5-5 Mhz) en tiroides de gran tamaño (Bocio difuso) o con extensión endotorácica. Es importante también disponer en el equipo de sistemas de registro para guardar las imágenes y hallazgos de la exploración ecográfica.

Preparación del paciente

  • Antes de comenzar la exploración conviene tener una historia clínica del paciente y disponer de estudios previos si los tuviera para poder comparar.
  • Conocer el motivo por el que se solicita la ecografía cervical: bultoma, alteraciones analíticas, síntomas compresivos.
  • El paciente no necesita una preparación previa (no hay que venir en ayunas ni con la vejiga llena como en los estudios abdominales).
  • Se recomienda ropa cómoda, fácil de quitar y no tener collares o accesorios sobre el cuello.
  • Se colocará al paciente sobre la camilla en posición de decúbito supino con la cabeza en hiperextensión. Para ello se puede colocar una toalla o almohada sobre los hombros. Tener cuidado en personas mayores, con cervicoartrosis o vértigos, en las que no se forzará tanto la posición del cuello.
  • Se explicará al paciente en qué consiste la prueba y se le indicará que no trague saliva durante el estudio salvo que se le indique expresamente (por ejemplo, para visualizar el esófago).

Técnica ecográfica

No es preciso realizar mucha presión con la sonda al tratarse el tiroides de una estructura superficial.  Se recomienda aplicar mucho gel sobre la piel para que el transductor se deslice suavemente sobre el cuello. De esta manera se visualizarán mejor los planos superficiales, pretiroideos y la piel.

Se inicia el estudio con frecuencias bajas (7 Mhz) y según las características del paciente se va aumentando la frecuencia hasta conseguir la mejor imagen de la tiroides. Se debe ajustar bien la ganancia global y la curva de ganancia por campos a posiciones de mínimo ruido para obtener una imagen más nítida y definida. Al igual que en otros estudios ecográficos, se realizarán barridos con el transductor en sentido transversal y longitudinal para recorrer toda la superficie de la glándula tiroidea. Inicialmente se empleará el Modo B en escala de grises, ajustando la profundidad y el tamaño de la pantalla. En ocasiones se tendrá que recurrir a la imagen trapezoidal para ampliar el campo de visión.

Para completar el estudio de la vascularización del tiroides y/o de sus posibles alteraciones se usará el Doppler en cualquiera de sus modalidades. Se manejan escalas / PRF (frecuencia de repetición de pulsos) de 0.5-1 Khz (500-1000 Hz) que permiten estudiar flujos de baja velocidad. Los parámetros para el Doppler Espectral son muy parecidos. Se emplea el índice de Resistencia (IR) o Índice de Pourcelot para valorar el patrón de flujo en los vasos sanguíneos.

Indicaciones de la ecografía cervical de tiroides

La ecografía cervical es un procedimiento sencillo, rápido de realizar, barato e indoloro para el paciente. Es una técnica no invasiva, que no presenta contraindicaciones ni complicaciones asociadas y que no precisa una preparación especial por parte del paciente. No obstante, es muy importante conocer bien sus posibilidades y limitaciones actuales a la hora de realizar una ecografía cervical de tiroides.

En cuanto a sus indicaciones se pueden enumerar las siguientes:

  • Estudio de pacientes con síntomas sugestivos de patología tiroidea (palpitaciones, disfonia, ganancia de peso, etc.).
  • Presencia de masa o bultoma cervical.
  • Estudio de patología tiroidea detectada por otras pruebas (Rx, RNM, TAC).
  • Monitorización de la respuesta a tratamientos tiroideos previos.
  • Guía para realizar punciones (PAAF, BAG).
  • Seguimiento de pacientes con cirugía previa de tiroides.
  • Estudios poblacionales de carácter epidemiológico.

Tiroides normal

El estudio ecográfico de la tiroides permite visualizar con claridad la anatomía del tiroides y de las estructuras vecinas que lo rodean. Por ello es imprescindible conocer al detalle la anatomía normal de los órganos cervicales, así como la imagen ecográfica que da esa anatomía (ecoanatomía).

Como ya se ha indicado, la exploración ecográfica se realiza con barridos transversales y longitudinales a todo lo largo de la tiroides. En el corte transversal del cuello se observarán las siguientes estructuras:

  • De superficial a profundo se verá la piel, los músculos pretiroideos (esternohioideo, omohioideo y más profundo el esternotiroideo), los lóbulos tiroideos derecho e izquierdo y el istmo, y finalmente los músculos largos del cuello, situados por detrás y a ambos lados de los lóbulos tiroideos.
  • De central a lateral se observará la tráquea, los lóbulos tiroideos (en su eje corto o transversal), el istmo, el esófago (habitualmente en el lado izquierdo), y más lateral los grandes vasos (arteria carótida y vena yugular interna) en una sección transversal.

En el corte longitudinal y siguiendo el mismo esquema se puede apreciar:

  • De superficial a profundo: la piel, los músculos pretiroideos, lóbulos tiroideos e istmo, músculos largos del cuello.
  • De central a lateral se visualizará el istmo, tráquea y anillos traqueales, lóbulos tiroideos (en su eje largo longitudinal), esófago en el lado izquierdo, y los grades vasos (carótida y yugular) en su eje largo longitudinal.

Ecoanatomía

La tiroides tiene una forma de mariposa con dos alas que corresponden a los lóbulos tiroideos y un cuerpo que se corresponde con el Istmo, rodeados por una cápsula fibrosa que puede ser visible por ecografía. Cada lóbulo mide 2-2.5 cm de ancho, 5-6 cm de largo y unos 2 cm de grueso. Estas medidas son aproximadas y varían en función de muchos factores: edad, sexo, peso corporal, estado hormonal, aporte de yodo, etc. Parece ser que el mayor determinante del tamaño de la tiroides son la superficie y la masa corporal del individuo.

Un lóbulo suele ser mayor que el otro, habitualmente el derecho. En el 10-40 % de los individuos puede existir el lóbulo piramidal que aparece como una proyección del tejido tiroideo desde el istmo y que representa un vestigio del conducto tirogloso. Los lóbulos se sitúan a ambos lados de la tráquea y el istmo por delante de ella. Su ecogenicidad es homogénea media-alta con un granulado fino, muy similar al de las glándulas salivares o el testículo. Resaltan respecto a la ecoestructura de la musculatura pretiroidea por lo que resulta muy fácil su identificación. 

Técnicas ecográficas en Atención Primaria

La ecografía cervical de tiroides es uno de los tantos exámenes preventivos y diagnósticos que se realizan cotidianamente en Atención Primaria. La técnica ecográfica utilizada tiene gran relevancia para la asistencia médica, pues se utiliza no solo en servicios de radiodiagnóstico, sino en todos los ambientes asistenciales. En este contexto, desde TECH Universidad Tecnológica hemos preparado el Máster en Ecografía Clínica para Atención Primaria, un programa de primer nivel con el que dominarás las técnicas ecográficas en tu día a día.

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