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Un concepto que reúne la eficiencia energética de un edificio con el óptimo desarrollo de las actividades en su interior es el término de habitabilidad energética. La construcción sostenible, el uso sostenible de los recursos, la disponibilidad de energía y su correcta utilización son todos factores con los que cuenta una edificación o construcción. Esto para cumplir con las exigencias de habitabilidad energética en su interior que ofrecerá un edificio para su uso. Estas condiciones de habitabilidad energética son aquellos factores que reúne un edificio para que en él se den las condiciones óptimas de confort energético.
Se desarrollarán en el presente tema aspectos energéticos tan fundamentales como los relacionados con el alcance del bienestar térmico y lumínico, entre otros. Una de las partes importantes en las que se centra el contenido de este artículo son los diferentes documentos básicos del Código técnico de la edificación. Estos muestran los aspectos claves condicionantes de la calidad del ofrecimiento energético de los edificios.
La energía en la construcción
Se conoce como habitabilidad energética al conjunto de factores que permiten alcanzar unas determinadas condiciones de confort energético en el interior de los edificios. No se debe confundir nunca este término con el de la cédula de habitabilidad. En el ámbito de la arquitectura se habla de habitabilidad en relación con la ocupación de un espacio interior, directamente enfocado hacia el hogar o vivienda.
En cuanto a energía se refiere, esta habitabilidad adquiere la condición de ser la calidad energética que ofrece la vivienda o edificio para alcanzar. Como se ha dicho, las condiciones de confort. La historia de la habitabilidad energética en el interior de viviendas y de oficinas se remonta al momento en que se compartían rudimentarios sistemas de climatización e iluminación mediante gas. También, la ventilación de las estancias es otro factor importante en la habitabilidad interior, que antiguamente se realizaba mediante túneles subterráneos.
A menudo, fallos en estos sistemas afectaban seriamente a la salud de las personas. El manejo técnico de la época (siglo XVIII) evolucionó a los sistemas de calefacción, mediante el calentamiento de superficies metálicas por radiación o convección. Aquellos todavía eran los inicios de numerosos intentos por mejorar la calidad de vida en el interior de los edificios.
En el siglo XIX, en plena Revolución Industrial y sobre todo a partir del año 1880, fue cuando la electricidad tomó el protagonismo energético. El trabajo propio de interior comenzó a crecer y con él las necesidades de mejora energética. Con anterioridad las profesiones mayoritarias eran las propias del campo y del mar, y no eran tantas las personas que hacían uso del interior de las construcciones.
Energía en la actualidad
El avance de las metodologías que agilizaron el trabajo debido al aumento de trabajo administrativo llevó a la trasformación de la escritura manual, a las máquinas de escribir y, posteriormente, a los ordenadores; por tanto, esto ha ido avanzando a un ritmo elevado, a un ritmo que no asemejaba el acondicionamiento de los espacios dedicados a ello. Durante años, no se ha priorizado el bienestar en el interior, sobre todo de viviendas. Pero tampoco en el interior de lugares de trabajo, pues el crecimiento económico estaba en sus mejores años y la producción en el trabajo era primordial.
El ritmo de vida actual ha cambiado radicalmente, ahora el estilo de vida se centra en el ocio y el bienestar. Este, está relacionado con las actividades fuera de las viviendas; por tanto, a menudo se obvia la sensación de confort en ellas, puesto que cada vez se pasan menos horas en el hogar. Incluso en el caso de oficinas o puestos de trabajo tampoco es del todo una prioridad el bienestar del trabajador.
Ya se ha citado anteriormente la poca eficiencia en la climatización de la mayoría de edificios de oficinas. Al día de hoy, cuando las prioridades energéticas están tomando un creciente protagonismo, se comprueba que esto es consecuencia en gran medida de las deficiencias energéticas de las actuales construcciones. El estudio de los precedentes se ha comprobado que el ritmo de vida actual no acompaña a la toma de decisiones en materia de energía.
La habitabilidad energética como aspecto clave
Se ha podido comprobar la importancia de la calidad energética de un edificio; esta calidad está directamente relacionada con la llamada habitabilidad energética. Esta habitabilidad es la condición que ofrece el edificio al mantenimiento de las condiciones energéticas idóneas. Esto para el desarrollo de las actividades propias en el interior. Independientemente del uso del edificio (residencial o terciario), los términos clave en materia energética son aquellas equipaciones que permitan el bienestar térmico; así como el bienestar lumínico del inmueble.
En un edificio es fundamental alcanzar el equilibrio entre la habitabilidad energética y el correcto uso de la energía. De hecho, con la mentalidad actual tendente a la construcción sostenible, son dos conceptos que no pueden avanzar de forma independiente. Es muy posible que durante las próximas décadas, en muchos aspectos, las rutinas puedan cambiar los actuales hábitos de desplazamiento. Esto orientando estos a la estabilización de ciertas actividades en los hogares, como una opción de vida más sostenible. Acciones como el teletrabajo o la educación a distancia se verán implantadas en el día a día.
Por tanto, es fundamental al día de hoy que la habitabilidad energética avance unida a la eficiencia en el uso de la energía. Aunque un edificio ofrezca las condiciones de habitabilidad energética como consecuencia de un mayor gasto energético, este no cumpliría con las exigencias de eficiencia energética actuales.
Factores que afectan a la habitabilidad energética de un edificio
En el Código técnico de la edificación se incluyen numerosos documentos que hacen referencia a las condiciones de habitabilidad. Mismos que se deben cumplir en la construcción de nuevas edificaciones. En una primera instancia se podría pensar que el documento a seguir para su cumplimiento sería el Documento básico de ahorro energético (DBHE). Pero se mostrará a continuación una extracción de todos aquellos documentos en él incluidos que hacen referencia a las afecciones de la habitabilidad energética.
Ventilación o calidad del aire interior (Documento básico de salubridad HS3)
- Los edificios dispondrán de medios para que sus recintos se puedan ventilar adecuadamente. Esto eliminando los contaminantes que se produzcan de forma habitual durante el uso normal de los edificios, de forma que se aporte un caudal suficiente de aire exterior y se garantice la extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes.
- Para limitar el riesgo de contaminación del aire interior de los edificios y del entorno exterior en fachadas y patios, la evacuación de productos de combustión de las instalaciones térmicas se producirá, con carácter general, por la cubierta del edificio, con independencia del tipo de combustible y del aparato que se utilice, de acuerdo con la reglamentación específica sobre instalaciones térmicas.
La calidad del aire en el interior de estancias es un condicionante clave para la carga energética del edificio, ya que una mala calidad de dicho aire o un ambiente cargado condicionan en gran medida el correcto empleo del sistema de climatización. Las operaciones de ventilación o free cooling ayudan a reducir los ambientes cargados y, sobre todo, son empleados durante todo el año en edificios y locales donde se acostumbra a concentrar a grandes grupos de gente, como restaurantes o salas de fiestas. En dicho documento se especifican los parámetros a cumplir en cuanto a concentración media anual de CO₂ y al caudal de aire exterior aportado, diferenciados según los metros cuadrados y según el tipo de uso de los espacios.
El profesional en la construcción y la energía
Para el profesional en ingeniería es de vital importancia conocer la mayor cantidad de información posible en su ámbito. Cuando hablamos de edificación, el mismo debe conocer todos los aspectos que harán de una vivienda habitable y cómoda para el usuario. Tener en cuenta las diversas características que reúnen estos parámetros puede resultar complejo, y es por ello que los profesionales de este campo buscan la especialización como una opción para complementar sus conocimientos.
En TECH Universidad Tecnológica a diario se desarrollan algunos de los mejores programas con mayor demanda en el mundo laboral. Por esta razón su Facultad de Ingeniería oferta especializaciones tales como el Máster en Ingeniería Mecánica y el Máster en Infraestructuras Portuarias. Por otra parte, para aquellos profesionales que buscan dominar el campo de la edificación sostenible, una de sus mejores opciones educativas es el Máster en Ahorro Energético y Sostenibilidad en la Edificación.