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En este texto se estudiará el tiempo en el relato audiovisual. Se hará principalmente a partir de Michel Chion y su libro “Cómo se escribe un guion”, y Robert McKee y su obra “El guion. Sustancia, estructura, estilo y principios de la escritura de guiones”. “Una historia es una metáfora de la vida y la vida la vivimos en el tiempo. Por consiguiente, el cine es un arte temporal y no plástico. Su familia no está formada por los medios espaciales de la pintura, la escultura, la arquitectura o la fotografía, sino por las formas temporales de la música, la danza, la poesía y la canción. Y el primer mandamiento de todas las artes temporales es: guardarás lo mejor para el final.

El movimiento final de un ballet, la coda de una sinfonía, el pareado de un soneto, el último acto y su clímax narrativo, esos momentos culminantes deben representar las experiencias más gratificantes, importantes y significativas de todas.” (McKee, 2009, p.84) McKee subraya el hecho de que el cine es un arte vinculado fuertemente al tiempo, como lo es, por ejemplo, la música y la danza. Por ello se debe reservar para el final lo más significativo del relato.

Historia y narración

Una distinción necesaria es la que existe entre la historia propiamente dicha (es decir, una cosa tan tonta como «lo que ocurre» cuando se expone un guion en extensión, según el orden cronológico), y el otro plano, que se puede llamar narración, pero que otros llaman: relato, discurso, construcción dramática, etc., y que remite al modo en que es contada la historia. Entre otras cosas, la manera en que los acontecimientos y los datos de la historia se dan a conocer al público (modos del relato, informaciones ocultas, luego reveladas, utilización de los tiempos, elipsis, reiteraciones, etc.).

Este arte de la narración puede, por sí solo, dar cierto interés a una historia carente de sorpresas. A la inversa, una mala narración estropea el interés por una buena historia, cosa que puede experimentar cualquiera cuando se esfuerza por alcanzar el éxito con una «historia divertida» (?). Es lo que hace que un film pueda ser realizado a partir de una leyenda, de una ópera, de un suceso, etc. Mismo del que recoge la historia, a menudo simplificada (adaptaciones de novelas), pero a veces sustanciosa y desarrollada de igual modo (leyendas, relatos bíblicos), al tiempo que le aplica su modo propio de narración.” (Chion, 2009, p. 48).

Para Chion, lo prioritario en relación con el tiempo narrativo es distinguir entre historia y narración. La historia es todo lo que sucede respecto a un suceso en orden cronológico. La narración es la construcción dramática, la manera en la que se cuenta esa historia. El tiempo narrativo, por tanto, no tiene por qué coincidir, y de hecho rara vez coincide, con el tiempo de la historia. El tiempo del relato es la materia prima que se utilizará para organizar el resto de los elementos, sobre todo la información y las abstracciones.

Alteración

La alteración de la temporalidad es lo primero que se debe saber que ocurrirá cuando se elabore un guion. “Elipsis y narración. Si se cuenta de manera lineal una historia como la de Psicosis, de Alfred Hitchcock, «confesando» lo que ocurre (un hombre, al volverse loco, cree que es su madre, a la que mató hace tiempo, y asesina disfrazado de ella a los viajeros que se alojan en el hotel que regenta), el film ya no tiene sentido.

El modo del relato —y en este film, precisamente, la manera en que se utilizan los procedimientos de disimulación y de semi-revelación propios de la narración cinematográfica (fuera de campo), contiene toda la fuerza de la obra. La novela de Robert Bloch de donde está sacado el guion ya usaba, para que el lector piense en la existencia de la madre, ciertos procedimientos equívocos y engañosos.

Muy a menudo, como en este caso, la narración está construida sobre una elipsis, una paralipsis, que oculta al espectador una información de capital importancia. Entre nuestras cuatro películas, la importancia de la narración cinematográfica en relación con la historia aparece con mayor evidencia en Mabuse con el montaje paralelo de escenas cortas, la utilización de personajes y datos ocultos para los espectadores.

Pero, en Tener y no tener, El Intendente Sansho y Pauline, el guion también recurre constantemente a procedimientos narrativos destinados a crear sorpresas, incertidumbres, «pequeños misterios», etc.” (Chion, 2009, p.49). Una manera simple de entender con claridad esa alteración es el uso de la elipsis en una narración. En palabras de Chion, una elipsis es cuando al narrar no se muestra deliberadamente un periodo de tiempo en el que sucede algo.

Desorden

Una forma de alteración del tiempo es romper el orden cronológico y organizar el tiempo del relato de manera no lineal. “El tiempo lineal frente al tiempo no lineal. La arquitrama comienza en un momento dado del tiempo, se mueve de manera elíptica a lo largo de un tiempo más o menos continuo, y termina en una fecha posterior. Si se utilizan flashbacks, se han de manejar de tal manera que el público pueda ubicar los acontecimientos de la historia dentro de su orden temporal.

Por otro lado, la antitrama a menudo resulta disyuntiva, mezcla o fragmenta el tiempo para que resulte difícil, si no imposible, averiguar qué ocurrió en qué momento dentro de una secuencia lineal. Godard comentó una vez que, dentro de su concepto estético, toda película debía contar con un principio, un desarrollo y un final… aunque no necesariamente en ese orden. Toda historia, incluya o no flashbacks, cuyos acontecimientos se desarrolle en un orden temporal de tal forma que el público los pueda seguir, estará narrada dentro de un TIEMPO LINEAL.

Toda historia que reproduzca un caso temporal o enturbie de tal manera la continuidad temporal que el público no consiga averiguar qué ocurre antes y qué después estará narrada dentro de un TIEMPO NO LINEAL. En la antitrama tan adecuadamente titulada Contratiempo, un psicoanalista (Art Garfunkel) conoce a una mujer (Theresa Russell) mientras está de vacaciones en Austria. La primera parte de la película contiene escenas que parecen remontarse a los primeros momentos de la relación, aunque, entre ellas, hay saltos al futuro que muestran el desarrollo de las últimas fases de la relación.

Fragmentación

La fragmentación es muy difícil de evitar en una narración audiovisual por la naturaleza limitada y cerrada del tiempo del producto final. “Los plazos de tiempo- Un problema particular del cine, en relación con el teatro, es el que establece la medida del tiempo transcurrido entre las 12, 20, 30, 60 escenas o más, que puede tener el film (time lapses). (…) Entre las convenciones propuestas por el cine para responder a esta cuestión, algunas señalan cierto número de clichés ya experimentados, que se desaconseja utilizar: el reloj que da vueltas; el calendario que se deshoja, el cenicero que se llena o la botella que se vacía, etc.

Convenciones muy prácticas, sin embargo, de las que sería erróneo prescindir. Como dice Vale.71: «El tiempo, por esencia abstracto e invisible, solo puede ser representado por sus manifestaciones concretas». En consecuencia, hay que inventar o manejar materializaciones del tiempo. También se puede emplear lo que Hermán llama los «diálogos time lapses»l31, en los que una réplica discreta establece, de antemano o a posteriori, el tiempo transcurrido.

«Te veo esta noche», dice uno de los personajes de Pauline a otro; de tal modo que cuando veamos a los personajes volverse a encontrar, pensemos que es el día siguiente —salvo, evidentemente, si con esa réplica, se ha querido engañar la previsión del espectador.

Construcción del relato

Dentro de las múltiples funciones que desarrolla el comunicador profesional, el campo del arte resulta uno de los más importantes. El entretenimiento evoluciona con la humanidad, y de esta manera el profesional debe hacerlo con sus conocimientos. Sin embargo, esto requiere de un proceso de preparación académica donde el mismo busque y domine las habilidades necesarias para ello, complementando adecuadamente su educación base.

TECH Universidad Tecnológica actualmente desarrolla un amplio portafolio educativo enfocado en el éxito del profesional. En el caso de su Facultad de Comunicación y Periodismo, se encuentran posgrados tales como el Máster en Investigación Periodística y Reporterismo en Televisión y el Máster en Periodismo Cultural. A pesar de ser excelentes alternativas para cualquiera que busque dedicar sus esfuerzos a este campo, no cabe duda que si su interés se centra en el desarrollo de relatos, su mejor elección será tomar el Máster en Guion Audiovisual.

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