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Dentro de la organización del sistema nervioso se presenta al cerebro racional, cognitivo, humano. Con el desarrollo de este cerebro se ha podido evolucionar el lenguaje hablado y escrito, la comunicación por internet, y ha descubierto leyes físicas, controlado plagas enfermizas. Se ha creado tecnología energética y de desarrollo que nos ha permitido entrar en la era cibernética. Se ha conseguido vivir en comunidad, desarrollar los derechos y los deberes de las personas, conseguir conceptos como el de libertad y democracia. Así, trasmitir de unas generaciones a otras, conocimientos y domesticar seres vivos para poder alimentarnos.

Pero a la vez, gracias a este cerebro multidisciplinar e integrador, se han desarrollado trastornos que hace años no sucedían. Mismos como son los trastornos por estrés o aquellos que se producen por la dificultad para hacer un buen balance entre este cerebro y los dos anteriores. Aritz Anasagasti dijo un día, que lo importante para que el ser humano consiga tener un perfecto grado de integración biopsicosocial era comprender las leyes. Esto por las que “El cerebro racional nos separó y nos alejó del comportamiento animal; pero eso sí, sin perder de vista que gracias a nuestras emociones nos alejamos y nos separamos de las máquinas”.

Este tercer cerebro surgió para poder mejorar la comunicación y el vínculo en la evolución de las especies, ya que los mamíferos, a pesar de tener capacidad de apego con sus crías, no tienen la capacidad de poder vivir anticipando el futuro, o poder imaginar y, por lo tanto, diseñar en su mente una vida virtual más allá de lo que está ocurriendo en este momento.

Partes del cerebro humano

En este cerebro cortical se puede distinguir varios centros diferenciables en su función, siguiendo a Joaquín Díaz Atienza (2010) está dividido en tres áreas:

  • Corteza cerebral premotora.
  • Córtex motor primario
  • Córtex prefrontal

Todas estas regiones están íntimamente conectadas entre ellas, con otras regiones corticales y subcorticales (cerebro mamífero y reptil). Sin embargo, cada una de ellas presenta funciones específicas. Este cerebro racional es la estructura que permite la conciencia. Para referirnos a nuestra especie hablamos de sapiens-sapiens, ya que se es capaz de pensar que se piensa, se sabe que sabe, se conoce que conoce, dando un paso hacia el dualismo, en el que una cosa ya es cerebro, y otra es la consciencia o mejor; la metaconsciencia de la consciencia.

Se puede con él, estudiar, y a la vez estar estudiando lo que se estudia. La memoria, la concentración incluso la resolución de problemas, es posible tenga un bagaje muy elevado aún de cerebro; pero la autoreflexión, el comportamiento adecuado, la relación con las emociones y sentimientos, eso ya tiene más que ver con lo que llamamos mente. En el neocórtex se integra las funciones de los sentidos, con la sensación corporal en relación con lo que rodea al ser humano. No obstante, aún han existido dentro de la evolución del neocórtex dos evoluciones más, de las que pocos hablan.

Cuarto momento evolutivo: especialización interhemisférica

Pocos tienen en cuenta la especialización hemisférica como una evolución más del desarrollo filogenético de nuestro cerebro. Sin embargo, es muy importante para nuestro trabajo en gestión emocional y por ello es fundamental para poder entender en su plenitud la salud y la enfermedad.

Si se realiza una división del cerebro por la mitad (método de investigación denominado cerebro partido), se encuentra con dos hemisferios aparentemente iguales en su morfología, pero esta aparente igualdad es solo a la vista del ojo humano, si se viera con más detalle (tecnología IRM, TEP, IMM etc.) se encuentra relevantes diferencias físicas entre ambos hemisferios. Cuando se estudia un hemisferio, encontramos dos tipos de materia:

Materia gris y blanca

Estos dos tipos de materia van a componer un tejido con profundas arrugas. Desde el exterior vamos a ver repliegues denominados sulcus o surcos, con prominencias entre los surcos que se llaman girus o giro. Estos surcos y los giros son distintos para cada sujeto, por lo que en realidad no hay dos neocortex idénticos; aunque todos tienen las mismas estructuras. Cada hemisferio podemos dividirlo en cuatro lóbulos, diferenciados por los pliegues. La parte trasera del cerebro lo compone el lóbulo occipital, la parte más cercana a los oídos el lóbulo temporal, la sección superior es el lóbulo parietal y la parte delantera la denominamos lóbulo frontal.

Diferencia morfológica entre hemisferios

El hombre de Cromañón no tenía el mismo hemisferio izquierdo que el ser humano tiene en la actualidad, es más, cuando los bebes nacen; tampoco lo tienen tal cual, es a través de la maduración cerebral como se consigue el refinamiento y la diferenciación de ambos hemisferios. Esta diferencia se debe a que las estructuras en el hemisferio izquierdo son mucho más específicas y concretas, en sus funciones. Mucho más que las estructuras del hemisferio derecho. Hablamos de especialización en el detalle, en lo concreto del hemisferio izquierdo y de especialización en lo holístico, en lo global del hemisferio derecho.

En el hemisferio izquierdo se observa menos sustancia blanca, ya que las estructuras están conectadas entre sí teniendo en cuenta funciones especializadas, y por ello no hay muchas conexiones entre estructuras alejadas. Mientras que en el hemisferio derecho ocurre todo lo contrario, se encuentra más sustancia blanca que gris, por la cantidad de interconexiones que tienen estructuras muy alejadas, consiguiendo un gran desarrollo en el análisis global, holístico, total, de las situaciones analizadas. Es tradicional la adjudicación al hemisferio izquierdo de las funciones cognitivas relacionadas con el lenguaje, en tanto que en el hemisferio derecho se adjudica el procesamiento de las funciones visoespaciales.

Esta forma de plantear estas diferencias sabemos que es muy simplista, siendo más cercano a la realidad neurológica, que el hemisferio derecho está especializado en resolver cognitivamente las situaciones novedosas, en tanto que el izquierdo en la rutinización de las representaciones y estrategias, incluyendo el lenguaje (Podell y cols, 2001). Hoy se entiende esta diferencia interhemisférica más de manera vertical que horizontal, es decir, teniendo en cuenta de manera permanente los circuitos de conectividad de ambos hemisferios por separado con estructuras subcorticales.

Área del “Yo”

Tal como explica magistralmente el profesor Francisco J. Rubia, en el lóbulo parietal inferior, sobre todo el izquierdo, está el área asociativa de las áreas asociativas, lugar del cerebro al que se atribuye la capacidad de controlar nuestra vida mental. Ahora bien, esta capacidad de control es una falacia, ya que realmente lo que hace este módulo es interpretar, es decir, es un especialista qué explica aquello que no está bajo control, en definitiva, da sentido comprensible al mundo interior, a muchos procesos inconscientes o no advertidos. Esta capacidad de retener una identidad y un sentido es fundamental, pero también es fundamental que se retenga información, y además que se retenga de forma que no dañe el ecosistema, así como la retención de afectos y sentimientos, cuando no de propiedades que rellenen las carencias en todo lo demás.

Estudio neurológico para la salud

El profesional en la salud debe tener en cuenta los diversos factores que pueden resultar de afección en el bienestar de los pacientes. Uno de los campos que mayor atención requieren es el de la salud mental, siendo este la base del adecuado proceso y desarrollo de muchas funciones fisiológicas. Por ello, deben existir profesionales que cuenten con la adecuada capacitación académica que le permita complementar sus acciones dentro y fuera del área de servicio.

TECH Universidad Tecnológica se posiciona actualmente como la mayor universidad digital del mundo. En el caso de su Facultad de Enfermería, se encuentran posgrados tales como el Máster en Medicina y Salud Integrativa para Enfermería y el Máster en Enfermería en el Servicio de Traumatología. Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan dominar el campo de la neurología desde la enfermería, no cabe duda que su mejor decisión será tomar el Máster en Neuropsicología Clínica en Enfermería.

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