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El concepto de liderazgo empresarial se fundamenta, en general, a partir de la capacidad que tiene un ser humano de influir positivamente en otros seres humanos para lograr una finalidad, cualquiera que sea. El manejo de toda empresa, así oferte productos o servicios, incluso en campos como la dirección hospitalaria, necesita de un líder capacitado. Los líderes son la piedra angular de las empresas: necesitan saber delegar, saber tomar decisiones oportunas y desarrollar ciertas propiedades que veremos en este artículo.
¿Qué es el liderazgo empresarial?
Se puede argumentar que el liderazgo empresarial consiste en la habilidad o proceso por medio del cual una organización empresarial es capaz de influir en su entorno para conseguir llevar a cabo sus objetivos, llegando a satisfacer al mismo tiempo las necesidades corporativas.
Este concepto de liderazgo empresarial lleva implícita, en primer lugar, la capacidad de la empresa para identificar una misión y una visión estratégica que le permita desarrollar esa capacidad de liderar en un entorno actual, cada vez más global a la vez que incierto. Asimismo, esta conceptualización del liderazgo en la empresa incluye la capacidad de la organización de desarrollar al máximo el potencial de la organización y de las personas que trabajan en la misma.
Lo anterior justifica la importancia y al mismo tiempo la necesidad del liderazgo en las empresas, y, por ende, de poder contar con líderes.
Propiedades que se deben desarrollar en el liderazgo empresarial
Siguiendo al profesor Javier Fernández Aguado, se identifican a continuación una serie de propiedades que todo líder directivo debería desarrollar y maximizar con motivo de sus responsabilidades en la empresa.
Sentido común
Quizás el menos utilizados de los sentidos del ser humano en la actualidad. Un directivo líder no tiene por qué saber mucho, ni siquiera debe destacar en todas las materias, pues lo importante es cómo gestiona adecuadamente sus propias cualidades y, a través de ellas, los recursos que tiene a su disposición.
En ocasiones, profesionales, científicos, políticos y/o mandatarios de referencia tienen casi todas las cualidades que se prevé que deben tener, salvo la de cómo saber gestionar dichas cualidades. En las empresas, aquellos líderes que consiguen el necesario equilibrio entre todas las capacidades y/o cualidades que tienen, en aplicación del sentido común, son los que tienen más éxito y los que consiguen ser incluso más felices.
Equilibrio armónico
En relación con lo anterior, cabe entender que la felicidad se convierte en un objetivo cada vez más utópico de alcanzar, sobre todo cuando se obsesiona por el futuro olvidando el presente. Muchas personas se obsesionan demasiado por conseguir objetivos a largo plazo, no dando valor y olvidando los éxitos que alcanzan en la consecución de objetivos a corto plazo.
Algunos se proyectan tanto en un futuro que no saben si llegará que van destrozando relaciones que deberían disfrutar hoy.
Humildad
De igual forma que la humildad, como actitud del espíritu humano, es poco valorada, en el ámbito de los directivos de las empresas, la humildad no se valora suficientemente como parte de las cualidades que estos deben tener. Es esencial, sin embargo, tener capacidad de autocrítica, de reconocimiento de las personas y de la profesionalidad ajena, así como incluso del sentido del humor, hasta ser capaces de reírse de sí mismo, relativizándose incluso uno mismo, para entender la importancia y el potencial que la humildad aporta al liderazgo, tanto a nivel personal como a nivel directivo.
Humanismo y orientación a las personas
Se trata de un término, inicialmente vinculado a la ética empresarial y luego a la Responsabilidad empresarial, y que hoy en día se enfoca por algunos autores como humanismo. En cualquier caso, se trata de una cualidad mediante la cual los líderes directivos entienden la importancia de poner en el centro de las decisiones a las personas.
Relativización del presente
En la sociedad actual, considerada como de la inmediatez, muchas personas han delegado la necesidad de pensar por cuenta propia y depositan en otros ese requerimiento. Esta evidencia justifica la importancia de entender la sabiduría de la paciencia como instrumento para encontrar soluciones viables a los problemas actuales.
Adaptabilidad
Todo directivo debe evitar en lo posible la rigidez. La excesiva burocracia o una normativa estricta lastran la capacidad del talento y del liderazgo. Es por tanto necesario que los líderes desarrollen la habilidad para reinventarse, pues como lo señala el profesor Aguado, “lo que ayer fue revolucionario, hoy probablemente quedó obsoleto y mañana será, sin más, añoso”.
Agilidad
Es trascendente entender cómo la velocidad a la que se genera el cambio es cada vez mayor. La adaptación al cambio, la capacidad de transformación y de reinvención, la flexibilidad y la agilidad en la toma de decisiones es un factor crítico para cualquier directivo.
Aprendizaje optimista
El optimismo y las ganas de aprender son términos que responden más a una actitud mental y un talante, a una forma de ser, que al factor cronológico. Eso explica por ejemplo que profesionales con mucha experiencia acumulada en tareas de responsabilidad y en toma de decisiones críticas para sus empresas, siguen mostrando un interés y una apertura envidiable, mientras que en otros casos profesionales de poca experiencia aparentan estar desganados y/o no mantienen ese interés y en ocasiones, incluso, se encuentran en el umbral de la depresión.
Visión estratégica global
Los líderes contemporáneos han de tener una visión, ser capaces de estimular a sus entornos y mantener un afán por alinear su liderazgo con la misión y con la visión estratégica de la empresa. Para ello, deben ser conscientes de la importancia de liderar sus equipos e impulsar proactivamente, con entusiasmo y motivación, su capacidad de liderazgo en un entorno de incertidumbre e inestabilidad creciente.
Ética
Mención aparte merece la ética como propiedad o característica que todo profesional con responsabilidades corporativas debe tener, como parte de su condición de líder. La actuación ética e íntegra de un directivo refuerza su autoridad moral y le identifica en la empresa como un referente y un líder en la organización.
Si la actuación del líder influye directamente en la formación de la cultura empresarial, la incorporación de una conducta ética a dicha actuación logrará forjar una cultura basada en la integridad, el rigor, la honestidad, la confianza, el sentido de la responsabilidad y el respeto hacia las demás personas, valores todos inherentes a la ética de un líder y su capacidad de influir en el entorno de la empresa. Se valora de esa forma una cultura ética en la que se premie el esfuerzo, el trabajo, el reconocimiento, la justicia y la integridad como valores inherentes a la cultura de la empresa.
Dirección de hospitales y servicios de salud
Como se puede concluir, el estudio del liderazgo empresarial para instituciones y organizaciones puede aportar calidad al trabajo de los directivos de servicios de salud, pues les da herramientas, orientaciones y capacitaciones interdisciplinares y humanas que necesita todo gerente para mejorar. En vista de lo anterior, TECH Universidad Tecnológica tiene para ti el Máster en Dirección de Hospitales y Servicios de Salud, un programa completo dotado de todas las claves particulares que se necesitan para dar el máximo desempeño liderando instituciones sanitarias.
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