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La enfermedad tromboembólica venosa (ETEV), más conocida como trombosis, es una enfermedad que comprende la trombosis venosa profunda y la tromboembolia pulmonar. Se produce con la coagulación de la sangre en el interior de las venas y por su morbimortalidad y su incidencia constituye un importante problema de salud. Además, es la tercera causa de muerte cardiovascular. No obstante, en los últimos años se han dado avances científicos desde la genómica para su diagnosis y tratamiento. En este artículo veremos los tipos de trombosis y sus factores de riesgo.
Trombosis espontánea y secundaria
Las circunstancias en las que se produce una trombosis venosa tienen una gran importancia para entender parcialmente el porqué del evento, para decidir la duración del tratamiento y para estimar el riesgo de que se repita en el futuro una vez se suspenda el tratamiento. Se distinguen dos tipos de trombosis, las espontáneas (no provocadas) y las secundarias (provocadas).
ETEV secundaria
La ETEV secundaria o provocada es la asociada a un factor de riesgo que puede ser transitorio o permanente. Los casos asociados a factores permanentes (cáncer metastásico, enfermedad autoinmune crónica, parálisis de extremidades, etc.) serán los de mayor riesgo de recidiva, mientras que los producidos por un factor intenso adquirido, pero transitorio (cirugía reciente), tienen un riesgo bajo o muy bajo de recurrencia.
La ETEV secundaria o provocada es la asociada a un factor de riesgo que puede ser transitorio o permanente. Los casos asociados a factores permanentes (cáncer metastásico, enfermedad autoinmune crónica, parálisis de extremidades, etc.) serán los de mayor riesgo de recidiva, mientras que los producidos por un factor intenso adquirido, pero transitorio (cirugía reciente), tienen un riesgo bajo o muy bajo de recurrencia.
Por definición, un factor transitorio es aquel que se resuelve o desaparece después de haber provocado la trombosis (como una cirugía o la suspensión de tratamiento con estrógenos). Sin embargo, en otros factores la desaparición del riesgo no es completa (por ejemplo, tras un ictus con secuelas de paresia), o puede quedar un riesgo fluctuante (por ejemplo, en caso de nuevos brotes de reagudización de una enfermedad inflamatoria). En estas situaciones es difícil decidir si el factor de riesgo es transitorio, persistente o una combinación de ambos. Por lo tanto, tras un evento provocado por un factor transitorio, el riesgo de recidiva se considera bajo, pero será variable según la magnitud y la reversibilidad del factor.
ETEV espontánea
La ETEV espontánea o no provocada es la que aparece en ausencia de factores desencadenantes, al menos, los claramente asociados con el riesgo. Su riesgo de recidiva se sitúa entre los casos provocados por un factor intenso transitorio y los provocados por factores permanentes.
Muchos episodios de ETEV pueden categorizarse fácilmente como provocados por un factor transitorio o, alternativamente, como no provocados (ausencia de factores de riesgo ambiental). No obstante, cuando el episodio sucede tras un factor de riesgo transitorio, pero débil o muchos meses después de un factor intenso, es más difícil establecer la relación, por lo que clasificar como “provocado” es algo arbitrario. Otra dificultad para establecer la naturaleza del evento se encuentra en presencia de comorbilidades que son factores de riesgo moderado o débil (por ejemplo, HTA o diabetes mellitus), o asociado al consumo de ciertos fármacos, tal vez con poca influencia en el riesgo de recidiva.
Factores de riesgo ambientales
Los factores de riesgo adquiridos o ambientales son todas aquellas circunstancias extrínsecas al paciente y que se asocian con una mayor probabilidad de sufrir trombosis venosa, que son consideradas por definición de tipo provocado. Por razones prácticas, se considerará en este apartado a las variables edad, raza y sexo, pese a ser propias del paciente (intrínsecas). La intensidad del riesgo se mide en términos epidemiológicos como riesgo relativo (RR), u otras medidas análogas como odds ratio (OR), hazard ratio (HR), etc. Se interpreta como la probabilidad de ETEV cuando el factor de riesgo está presente comparada con su ausencia. Para simplificar y bajo un punto de vista práctico, se clasificará en tres categorías, según el riesgo. En la primera, con riesgo superior a 10, existe un consenso general para justificar de manera sistemática la profilaxis antitrombótica (generalmente con heparinas de bajo peso molecular o con anticoagulantes orales de acción directa).
El riesgo individual debido a factores adquiridos aumenta notablemente con la coincidencia de varios factores, por ejemplo, en un caso hipotético de paciente obeso, con cáncer sometido a cirugía oncológica mayor.
Factores de riesgo intenso (riesgo mayor que 10)
- Fractura de cadera o huesos largos.
- Cirugía de prótesis de cadera o rodilla.
- Cirugía general mayor.
- Traumatismo grave.
- Lesión de médula espinal.
- Escayolamiento.
Factores de riesgo moderado (riesgo entre 2 – 10
- Cirugía artroscópica de rodilla.
- Catéteres venosos centrales.
- Quimioterapia.
- Cáncer.
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
- Enfermedades inflamatorias autoinmunes.
- Ictus con secuelas de parálisis.
- Puerperio.
- Trombofilia (no adquirido).
- Antecedente de ETEV.
Factores de riesgo débil (riesgo entre 1–2)
- Reposo en cama más de 3 días.
- Viaje prolongado en avión o automóvil.
- Cirugía laparoscópica.
- Obesidad.
- Embarazo.
- Tratamiento hormonal sustitutivo.
- Anticonceptivos orales.
- Venas varicosas.
Papel de sexo, raza y edad
La raza y el sexo son constantes en los individuos y son considerados en este apartado de factores de riesgo adquiridos por razones prácticas, pese a que su naturaleza es distinta de las otras circunstancias, habitualmente sobrevenidas y muchas veces transitorias. En cuanto a la edad, cambiante continuamente por definición, se trata de uno de los factores de riesgo más determinantes de ETEV.
El riesgo de la primera trombosis venosa es muy levemente superior en mujeres que en hombres. En una gran cohorte reclutada en Reino Unido, de 29.000 casos con un primer episodio de trombosis no asociada a cáncer se observa una incidencia en mujeres de 1.18 /1000 personas-año y en hombres de 0.96/1000 personas-año. A efectos prácticos, es posible considerar que el riesgo es el mismo en ambos sexos. Sin embargo, y por razones todavía no conocidas, el riesgo de recidiva trombótica es 2-3 veces mayor en los hombres que en las mujeres, sobre todo en pacientes jóvenes, aunque resultados globales de algunos metaanálisis rebaja esta diferencia hasta 1.6 veces, considerando todas las edades.
Las distintas razas tienen diferente riesgo de sufrir un primer episodio de ETEV. En la gran cohorte citada, se ha estimado que la población asiática presenta la menor incidencia anual (1.2/1000 personas-año), seguida de la población caucásica (1.9/1000 personas-año) siendo la raza negra la de mayor riesgo (2.1/1000 personas-año)3. Datos de otros estudios de menor tamaño sugieren que la incidencia en población nativa sudamericana (hispanos) se encuentra entre la de asiáticos y la de blancos caucásicos.
La edad se relaciona de manera muy intensa y progresiva con el riesgo de trombosis. La incidencia aumenta de manera dramática a partir de los 60 años. En menores de 18 años, la incidencia es inferior al 0.05/1000 personas-año, aumenta progresivamente hasta los 60 años, donde es de un 1.0/1000 personas-año y se dispara desde esa edad, llegando a ser entre 6-8/1000 personas-año a los 90 años.
Avances en hematología
La hematología ha evolucionado y ha logrado alcanzar índices favorables de prevención y tratamiento para los tipos de trombosis. Especialmente, la genómica aplicada a la ETEV es el último avance que logra fortalecer el diagnóstico de la enfermedad y de este modo realizar una detección precoz. En TECH Universidad Tecnológica hemos preparado para los especialistas biomédicos el Máster en Medicina Genómica y de Precisión en Hematología: Trombosis, con el cual adquirirán los conocimientos en los tratamientos más precisos y actualizados de la enfermedad para elevar el nivel de su actuación profesional.
También contamos con otros programas para profesionales de la salud como el Máster en Avances en Hematología y Hemoterapia, que abarca las posibilidades inmunoterapéuticas para tratar enfermedades como cánceres hematológicos, o el Máster en Análisis Clínicos, que contiene los últimos avances científicos y tecnológicos en el campo de la bioingeniería, la informática y la estadística aplicada al trabajo en laboratorio.