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Los comportamientos relacionados con la alimentación, como elemento básico para la supervivencia, se encuentran regulados por mecanismos dopaminérgicos, esto hace que los estímulos ligados a la comida sean unos potentes reforzadores o generadores de aversión. Como establece Jane Odgen, “la elección de la comida no es solo producto del contenido nutricional del alimento de que se trate, la selección de los alimentos se produce dentro de una red de significados sociales”. Por ello, los trastornos alimenticios deben ser regulados
Estos significados se agregan tempranamente con la introducción de la alimentación complementaria y relacionan los hábitos alimentarios a estados de ánimo, normas sociales, identidad cultural, roles de género o estatus socioeconómico, entre otros. De esta manera, el comportamiento alimentario y los alimentos que se vayan probando irán asumiendo connotaciones que marcarán la relación con la comida y que, en ocasiones, llevarán a desarrollar un trastorno de la ingesta.
Trastornos de la ingesta de alimentos (dsm-5)
El DSM-5 (2) define los ‘Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos’ como una alteración persistente en la alimentación o en el comportamiento relacionado con la alimentación que lleva a una alteración en el consumo o en la absorción de los alimentos y que causa un deterioro significativo de la salud física o del funcionamiento psicosocial. A continuación, se presentará los trastornos de la ingesta recogidos actualmente por el manual diagnóstico de la APA (Asociación Americana de Psiquiatría).
Pica
Las personas que padecen Pica, presentan la ingestión persistente de sustancias no nutritivas y no alimentarias durante, al menos, un mes. Esta ingestión se considera inapropiada al grado de desarrollo del individuo (los niños a determinadas edades pueden ingerir tierra o arena como parte de la exploración del entorno sin constituir un trastorno) y no forma parte de una práctica culturalmente aceptada o socialmente normativa (algunas culturas presentan rituales en los que se ingieren sustancias no nutritivas como parte de un ceremonial).
Si este comportamiento alimentario se produce en el contexto de otro trastorno mental (p. ej., discapacidad intelectual, trastorno del espectro autista, esquizofrenia) o de una afección médica (incluido el embarazo), es suficientemente grave para justificar la atención clínica adicional.
Rumiación
En el trastorno por rumiación se produce una regurgitación repetida de alimentos que se pueden volverse a masticar, a tragar o ser escupidos. Esta regurgitación no se puede atribuir a una afección gastrointestinal u otra afección médica (p.ej., reflujo esofágico, estenosis pilórica). Para considerarse como tal, la rumiación no debe producirse exclusivamente en el curso de la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno de atracones o el trastorno de evitación/restricción de la ingesta de alimentos. Si los síntomas se producen en el contexto de otro trastorno mental (p. ej., discapacidad intelectual u otro trastorno del neurodesarrollo, son suficientemente graves para justificar atención clínica adicional.
Evitación/restricción de la ingesta de alimentos
Este trastorno de la conducta alimentaria y de la ingesta de alimentos consiste en una falta de interés aparente por comer o alimentarse. Además de la evitación de ciertos alimentos a causa de sus características organolépticas o una preocupación acerca de las consecuencias repulsivas de la acción de comer, que se pone de manifiesto por el fracaso persistente para satisfacer las necesidades nutricionales y/o energéticas de la persona.
Cursa con pérdida de peso significativa (o fracaso para alcanzar el aumento de peso esperado o crecimiento escaso en los niños). Además de deficiencia nutritiva significativa, dependencia de la alimentación enteral o de suplementos nutritivos por vía oral, interferencia importante en el funcionamiento psicosocial.
El trastorno no se explica mejor por la falta de alimentos disponibles o por una práctica asociada culturalmente aceptada. Este, no se produce exclusivamente en el curso de la anorexia nerviosa o la bulimia nerviosa. No hay pruebas de un trastorno en la forma en que uno mismo experimenta el propio peso o constitución; no se puede atribuir a una afección médica recurrente o no se explica mejor por otro trastorno mental.
Anorexia nerviosa
Las personas que padecen anorexia nerviosa presentan una restricción de la ingesta energética en relación con sus necesidades. Mismas que conducen a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso del desarrollo y la salud física. Se experimenta un miedo intenso a ganar peso o engordar mostrando un comportamiento persistente. Este interfiere en el aumento de peso, incluso con un peso significativamente bajo.
Se encuentra alterada la forma en que uno mismo percibe su propio peso o constitución. Así, otorgando al peso o la constitución corporal una significación impropia en la autoevaluación. No suele haber reconocimiento de la gravedad del problema. Existen dos subtipos:
- Restrictivo: La pérdida de peso es debida, sobre todo a la dieta, el ayuno y/o el ejercicio excesivo.
- Con atracones/purgas: Presenta episodios de pérdida de control con atracones seguidos de purgas (es decir, vómito autoprovocado o utilización incorrecta de laxantes, diuréticos o enemas).
Bulimia nerviosa
En la bulimia nerviosa aparecen episodios recurrentes (al menos una vez a la semana durante tres meses) de atracones caracterizados por la ingestión de una cantidad de alimentos claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un periodo similar de tiempo y en circunstancias parecidas. Durante los atracones se experimenta sensación de falta de control sobre lo que se ingiere.
Tras el atracón se producen comportamientos compensatorios inapropiados dirigidos a evitar el aumento de peso. Sean estos como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio excesivo. En las personas que padecen bulimia la autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el peso corporal. Para poder diagnosticar bulimia, estas alteraciones no deben producirse exclusivamente durante los episodios de anorexia nerviosa.
Trastorno por atracón
Como su propio nombre indica en este trastorno suceden episodios recurrentes de atracones. Estos con las mismas características que en la bulimia, pero sin un comportamiento compensatorio inapropiado. Los episodios de atracones se asocian a comer mucho más rápidamente de lo normal, comer hasta sentirse desagradablemente lleno, comer grandes cantidades de alimentos cuando no se siente hambre físicamente, comer solo debido a la vergüenza que se siente por la cantidad que se ingiere, sentirse luego a disgusto con uno mismo, deprimido o muy avergonzado.
Otro trastorno de la conducta alimentaria especificado
Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno de la conducta alimentaria. Estos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento; pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de las categorías diagnósticas mencionadas en los anteriores apartados. Algunos ejemplos que se pueden especificar utilizando la designación «otro especificado» son los siguientes:
- Anorexia nerviosa atípica: A pesar de la pérdida de peso significativa, la persona está dentro o por encima del intervalo normal.
- Bulimia nerviosa (de frecuencia de baja y/o duración limitada): Los atracones y los comportamientos compensatorios inapropiados se producen menos de una vez a la semana y/o durante menos de tres meses.
- Trastorno de atracón (de frecuencia baja y/o duración limitada): Los atracones se producen menos de una vez a la semana y/o durante menos de tres meses.
- Trastorno por purgas: Comportamientos de purgativas recurrentes para influir en el peso o la constitución en ausencia de atracones.
- Síndrome de ingesta nocturna de alimentos: Ingesta de alimentos por la noche, al despertar del sueño o después de cenar. Existe consciencia y recuerdo de la ingesta. No se explica mejor por cambios en el ciclo de sueño-vigilia o por normas sociales locales. Causa malestar significativo y/o problemas del funcionamiento.
Trastornos alimenticios
En la actualidad existen gran diversidad de enfermedades que afectan los hábitos alimenticios en el ser humano. Las mismas tenido un gran impacto en su bienestar, modificando diferentes sistemas de manera negativa y a su vez haciendo daño en otras zonas. Debido a la alta importancia y relevancia de la nutrición en el ser humano han debido desarrollarse diferentes estrategias por parte de los profesionales que permitan tratar y eliminar estas afecciones a la salud.
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