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La articulación metacarpo-falángica es una articulación de gran movimiento (flexión, extensión y torsión), por lo tanto, está sujeta a muchas fuerzas e impacto. Las lesiones pueden estar producidas por una fuerza única, lo que da lugar a un episodio agudo, más propio de las disciplinas con mayor velocidad y fuerzas de impacto, como en salto o por daño acumulativo, y crónico, más propio de las disciplinas donde los ejercicios repetitivos son más frecuentes, como en la doma clásica.
Para el manejo de las lesiones hay que tener en cuenta que existe un cartílago de pequeño grosor, pero de gran importancia clínica; parte de este es visible ecográficamente en su porción dorsal, debajo se encuentra el hueso subcondral. Esto con una porción más densa y una porción más porosa que posee gran capacidad de absorción de impacto. Ambos cartílagos y el subcondral forman una unidad funcional y el daño de uno puede afectar al otro.
La articulación posee varios recesos: dorsal, palmaromedial y palmaro lateral, estos últimos en amplio contacto con las ramas del suspensor y con gran cantidad de proliferaciones sinoviales. Esta articulación está estabilizada por dos fuertes ligamentos colaterales. Estos poseen una porción superficial y otra profunda con diferentes orientaciones, que se insertan en el epicóndilo del tercer metacarpiano.
El aparato suspensor con la presencia de las ramas extensoras también favorecen a la estabilidad de la articulación metacarpofalángica. La incidencia de patologías en esta región es alta en caballos de deporte y con creciente incidencia de patologías juveniles en caballos centroeuropeos. Esto sucede por una mayor presión durante el periodo adaptativo, por selección o animales con mayor amplitud de movimientos o selección genética de patologías de forma no intencionada.
Clínica general y bloqueos regionales e intraarticulares
En la mayoría de los casos las flexiones distales suelen ser positivas, la distensión articular puede ser variable; en algunos casos de daño en el subcondral del tercer metacarpiano no hay distensión asociada. Para algunos casos, en caso de artrosis avanzadas se pueden palpar irregularidades en el margen dorso-medial del menudillo donde la articulación está más expuesta. Con base en la experiencia, la mayoría de las cojeras localizadas en esta región aumentan el grado con la mano afectada por el exterior del círculo.
En cuanto a los bloqueos, en general el bloqueo a nivel abaxial suele producir una mejoría parcial. Hay casos descritos de mejoría tras un palmar digital por difusión proximal. El bloqueo en cuatro puntos ha de ser positivo, se debe tener cierta precaución con este bloqueo. Lo anterior, dado que la entrada en la articulación es posible por la cercanía de los nervios metacarpianos con los recesos.
Uno de los mejores accesos para el intraarticular es el palmaro lateral en flexión. Este tiene menos riesgo de daño iatrogénico con la aguja, que es frecuente en el acceso dorsal en estación. El efecto del bloqueo en el caso de daño subcondral puede ser reducido. Esto suele ocurrir en casos con flexión distal muy positiva y sin distensión articular asociada.
Diagnóstico por imagen
Una vez localizada la cojera a esta región normalmente se procede al examen radiográfico con obtención de las cuatro vistas convencionales: LM, DPa, DLPaMO y PaLDMO. En la vista DP es absolutamente necesario angular para elevar los sesamoideos y evaluar el subcondral del tercer metacarpiano. Un exceso de angulación hace difícil su evaluación por superposición de la primera falange. En la vista LM hay que prestar especial atención al borde dorsoproximal de la primera falange, a la opacidad de subcondral del tercer metacarpiano, a la forma del ápex y base de ambos sesamoideos y a la cresta sagital.
La ecografía en esta región suele estar limitada por la accesibilidad parcial, ya que se puede examinar la porción dorsal fácilmente en estación y se puede aumentar el campo en flexión y ambos lados, medial y lateral, así como los sesamoideos y ramas. Dorsalmente, el cartílago es delgado e hipoecogénico (menor 2 mm) y es frecuente encontrar irregularidades en el hueso subcondral, especialmente en el cóndilo medial del tercer metacarpiano.
La ecografía posee mayor sensibilidad que la radiología a la hora de detectar osteofitosis y es especialmente útil en esta zona. El examen ecográfico de los sesamoideos también es más sensible que la radiología a la hora de detectar lesiones. La técnica de Doppler poder es útil para evaluar las ramas y actividad de lesiones del suspensor.
El uso de la resonancia ha desvelado la importancia del hueso subcondral en esta articulación y es altamente recomendable para la detección de zonas de líquido en el hueso y así determinar el manejo de las lesiones. Las secuencias frontales son las más útiles en su examen. El TAC es más útil en la detección de fracturas incompletas y su configuración, así como defectos subcondrales.
Osteocondrosis y fragmentos osteocondrales
La osteocondrosis es una alteración de la osificación endocondral, que da como resultado alteraciones en la forma normal del hueso o bien fragmentos osteocondrales (ostecondritis dissecans). Su incidencia es alta tanto en caballos centroeuropeos como en el español. Con base en la experiencia, puede estar asociado al uso de un determinado semental, por lo que la sospecha de la parte genética es alta en esta localización. Entre las lesiones frecuentes se encuentran las siguientes.
- Concavidades de la cresta sagital del tercer metacarpiano, lesiones tipo 1 – 2
- Fragmentos de la cresta sagital del tercer metacarpiano (dorsales y palmares), lesiones tipo 3 – 4
Es recomendable obtener vistas LM en flexión, para lo cual se debe exponer la parte más distal de la cresta, ya que en algunos casos puede estar localizada en esta porción. Por otro lado, de un origen más traumático durante los primeros años de vida se encuentran los fragmentos dorso-proximales de la primera falange, así como los fragmentos plantares.
Suelen ser más frecuentes en la zona medial y en los pies son más frecuentes que en las manos en animales jóvenes. Son variables en cuanto a tamaño y forma, pero todos suelen estar asociados a sinovitis local con proliferaciones sinoviales alrededor del fragmento y erosiones en el cartílago. Sin importar la causa el tratamiento recomendado va a ser el mismo.
La presencia de un fragmento en una articulación promoverá la liberación de factores inflamatorios, erosiones del cartílago adyacente y, como resultado, la aparición de una artrosis precoz; por tanto, el tratamiento recomendado será la extracción mediante artroscopia. El pronóstico y la rehabilitación ha de adaptarse a cada caso, localización y grado de daño articular, por lo que para la rehabilitación es necesaria una buena comunicación con el cirujano.
Artrosis juvenil
Su prevalencia está aumentando en los últimos años en determinadas razas de centroeuropeos, posiblemente está relacionado con la presencia previa de fragmentos, por un fallo en la adaptación del hueso subcondral o por alteraciones en el cartílago. Son frecuentes las lesiones a nivel del hueso subcondral del cóndilo medial del tercer metacarpiano con consiguiente esclerosis y edema óseo. Suelen ser cojeras muy positivas a la flexión distal que suele producir cojeras severas y suelen ser bilaterales. El bloqueo intraarticular no será tan eficaz como el cuatro puntos bajo. En radiología se suele observar esclerosis del cóndilo o en la primera falange.
El cuidado y conocimiento del equino
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