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El concepto del arte se ha intentado definir a lo largo de los tiempos de numerosas y muy variadas maneras, sin que en ningún caso parezca haberse llegado a una conclusión definitiva. Es más, en los últimos tiempos lo que parece es que es prácticamente imposible definirlo y pocos se atreven a definirlo. Lo que, sin embargo, nadie parece negar, es que el arte corresponde a sensaciones que, de una u otra manera, alcanzan al espectador. Sensaciones de todo tipo, simplemente estéticas o simbólicas, argumentales o de atracción y de rechazo.

Sensaciones que conmueven, que impresionan o que provocan un determinado estado de ánimo. Si bien todas ellas requieren de un proceso intelectual para convertirse en una emoción, es igualmente verdad que no llegarían hasta nosotros sin el paso previo de su contemplación. Así que el arte es, al menos en primer término, un doble proceso de contemplación y de reflexión.

No obstante, ninguno de los dos resulta tan difícil de resolver como puede parecer a simple vista. Ambos requieren un proceso de formación, incluso el primero de ellos, que no consiste simplemente en mirar sin más la obra de arte. Hay que saber mirar, es decir, hay que saber leer y descifrar en las imágenes todos aquellos elementos con los que el autor quiere transmitir sus sensaciones.

El término arte proviene del latín ars, cuyo significado se refiere a la disposición, habilidad y virtud para realizar alguna cosa. Los renacentistas añadieron a las cualidades que denota la palabra arte el término de invenzione, que se refiere a la originalidad, cualidad indispensable de las creaciones artísticas. Se entenderá entonces que la palabra arte tiene una connotación que implica más que un bien hacer y que la liga a cualidades de algo que, por ser original, trasciende lo superfluo.

Características del arte

Estas características no permiten diferenciarlas de otras manifestaciones estético-comunicativas que coexisten en la cultura. Interesa destacar que la posición de las artes y la finalidad de sus valores en el proceso de la enseñanza aprendizaje son la expresión creativa o innovación. Además, las artes están relacionadas con su contexto histórico y también proponen un conocimiento singular del hombre, transformando su sensibilidad.

Según Juan Acha, en su libro Expresión y apreciación artísticas, se concibe al arte como un fenómeno sociocultural, cuya producción y apreciación son especializadas. Su producción se realiza en diferentes medios y requiere de diferentes materiales, técnicas y procedimientos. La práctica artística tiene como finalidad ejecutar profesionalmente imágenes, sonidos y movimientos que son capaces de producir efectos estéticos. Herbert Read lo define más como un modo de expresión en todas sus actividades esenciales, que intenta decir algo acerca del universo del hombre, del artista mismo.

El arte es una forma de conocimiento tan preciosa para el hombre como el mundo de la filosofía o de la ciencia. Desde luego, solamente cuando se reconoce claramente que el arte es una suerte de conocimiento paralela a otra, pero distinta de ella, por medio de la cual el hombre llega a comprender su ambiente, solo entonces se puede empezar a apreciar su importancia en la historia de la humanidad.

Wladislao Tatarkiewicz define el arte como una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas, construir formas o expresar una experiencia, siempre y cuando, el producto de esta reproducción, construcción o expresión pueda deleitar, emocionar o producir un choque. Para saber leer las imágenes será indispensable comenzar por aprender a mirar, porque mirar una obra pictórica o escultórica no se reduce a contemplarla y decir si gusta o no gusta según unos criterios subjetivos de belleza.

Valoración en el lenguaje

Valorar adecuadamente este lenguaje requiere un proceso de formación. Este supone básicamente tres fases o momentos determinantes:

  1. Saber interpretar, es decir, hay que saber leer las imágenes para poder descubrir sus mensajes y las intenciones de su autor.
  2. Conocer la morfología específica con la que se construyen estos lenguajes, esto es, los elementos son innatos a la expresión pictórica, escultórica, arquitectónica y de otras manifestaciones artísticas, de las que también se deben considerar como disciplinas de las artes plásticas, tales como fotografía, cine, cómic, etc.
  3. Valorar el momento histórico en el que se desarrolla la obra, porque no tiene mayor sentido fuera del ámbito de su época, con sus condiciones.

Todo ello va completando la formación del espectador, que una vez ha educado convenientemente su sensibilidad, está en disposición de convertirse en un adecuado receptor de la obra de arte, consiguiendo así que esta siga viva y transmitiendo sus mensajes a lo largo del tiempo. Otro aspecto a tratar, ligado a la parte de la comprensión sobre aquello que se mira, es la percepción.

Esta es un proceso fundamental a la hora de analizar una obra de arte, ya que es lo que nos permite delimitar todos los elementos formales de las obras. A través de una percepción, siempre adecuada, de la forma, no se completa un estudio artístico. Sin embargo, es incuestionable que en un campo como el del arte su aportación es primordial. A lo largo de la historia, algunos autores han exagerado la importancia de este concepto afirmando que es el único método de acercamiento a la obra de arte. Hoy en día, se conoce que es imprescindible considerar los significados de la obra de arte o las circunstancias socioculturales y económicas de cada época. Es decir, su contexto histórico.

Mensajes artísticos

El concepto de estilo resulta, por tanto, de incuestionable interés para facilitar la sistematización y el estudio de las obras de arte. Pero es igualmente cierto que resulta un concepto muy relativo y también ambiguo como la propia secuencia de los períodos históricos. Así pues, ha quedado claro que la expresión plástica es un modo de comunicación, una forma, en consecuencia, de transmitir mensajes al espectador.

Dichos mensajes pueden ser de múltiples tipos y concuerdan además con el contexto histórico y cultural de cada época. Se podrían diferenciar los siguientes mensajes e ideas:

  • Intelectual: se trata de transmitir conceptos abstractos, ideas, emociones íntimas, sugestiones, etc.
  • Sensorial: busca provocar una emoción o una sensación en el espectador a través precisamente de lo que los sentidos son capaces de captar de la realidad tal y como se ve.
  • Simbólico: la imagen tiene una segunda lectura de la simplemente visual y es representación de algo concreto que tiene en ella su referente universal. En este sentido tiene mucho que decir la iconografía, puesto que la mayoría de las representaciones conllevan un simbolismo implícito en su representación.
  • Historicista: se representa un hecho histórico, que a través de la imagen se quiere exaltar, propagar o simplemente divulgar.
  • Social: suele ir ligado a un sentido propagandístico de un determinado poder político, religioso, económico, etc. De esta forma, impacta también visualmente sobre la sociedad, demostrando no solo el énfasis de su poder, sino alguno de sus componentes ideológicos. Se puede decir que, en su gran mayoría, las obras de arte tienen un componente ideológico.
  • Espiritual o religioso: trata de provocar en el espectador un sentimiento de devoción y fervor religioso. Esto en consonancia con las creencias concretas de una religión determinada.

El arte como base histórica en la humanidad

La práctica artística ha sido trascendental y de gran peso en la humanidad. Podría decirse que la palabra patrimonio parte desde este punto y es allí donde se establece que el arte es una forma de dejar huella a través de los años. Por esta razón se hace completamente necesario que exista la consciencia de la importancia acerca de ello, tarea que muchas veces es dejada a cargo del educador. Sin embargo, para aplicar estos conocimientos se hace necesario el completo dominio del tema, mismo que es logrado mediante la especialización académica.

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