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El decursar de la bioética y datos personales y su desarrollo plantean dudas en cuanto al momento preciso en que se comienza a emplear el término. En las últimas décadas, se ha utilizado con múltiples significados y en relaciones amplias y variadas. La Encyclopedia of Bioethics afirma que dicho campo se ocupa del «estudio temático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención en salud, en la medida en que esta conducta examine la luz de valores y principios morales».
El término ‘bioética’ conjuga dos términos griegos (bios, vida, y ethos, carácter). El objetivo es señalar que aplicar los conocimientos científicos requiere además la forja de un carácter bueno, de tal forma que el propio conocimiento y posibilidades de acción sobre la vida se usen siempre para producir un bien y nunca un perjuicio (Pérez, 2019). Otros autores han comentado que la bioética no es más que la ética médica tradicional (Rodríguez, 2002).
Sin embargo, ello es del todo refutable, dado que la bioética, a pesar de la relación que guarda con la ética, se desarrolla por otro camino, estando vinculada con el crecimiento de la ciencia y la tecnología y con las perspectivas que la modernidad en la salud y en la investigación ofrecen, con independencia de la relación que guardan ambas, de la misma manera que sucede con el derecho, pero sobre las peculiaridades de cada rama del saber, hablándose indistintamente de derecho sanitario, derecho médico y más recientemente de bioderecho (Romeo, s.f.).
Como advierte la doctrina: Su objeto de estudio trasciende el de la ética médica tradicional y se vincula más al concepto actual de salud, con su enfoque socio-psico-biológico. Su campo de acción está dirigido a influir sobre la conciencia moral y la moralidad, de manera orientadora, educadora y normativa”.
Bioética
Puntualizando en algunas cuestiones, señala Diego Gracia (s.f.) que; Durante las últimas décadas del siglo XX la parte de la Bioética que ha cobrado mayor relieve ha sido, sin duda, la relacionada con la Medicina. Esto se ha debido a la urgencia de las cuestiones planteadas por las nuevas tecnologías y la necesidad de respuestas perentorias. El ejemplo paradigmático lo constituye la introducción durante los años sesenta y setenta de las llamadas técnicas de soporte vital y la aparición de las unidades de cuidados intensivos.
La medicalización de las fases finales de la vida de las personas hizo cada vez más infrecuente la clásica «muerte natural» . Propició que el proceso de morir estuviera condicionado por decisiones tomadas por los profesionales. Esto planteó inmediatamente cuestiones como la de quién debe tomar esas decisiones, cuándo hacerlo, cómo, etc.
Si a esto se añade que tal proceso coincidió en el tiempo con el movimiento llamado de emancipación de los pacientes, que a partir de los años setenta reivindicaron cada vez con más fuerza su derecho a decidir en todas aquellas cuestiones relacionadas con la gestión de su propio cuerpo, se comprende que el panorama cambiara drásticamente respecto al de épocas anteriores.
Así pues, se concibe la bioética como: “una nueva disciplina que combina el conocimiento biológico con un conocimiento de los sistemas de valores humanos” (Poter, 2004, p. 383), así como la reflexión sobre la vida en sus distintas manifestaciones: “humana, animal y vegetal” (Pérez, Op. cit.). Sobre la aparición del término, puntualiza la doctrina que el mismo. Es un neologismo introducido en el siglo XX para designar una característica de su cultura que nunca antes había tenido gran relevancia moral. Se trata de la relación del ser humano con los seres vivos no humanos y con la naturaleza en general.
Contenido de la bioética
La bioética contempla muchas disciplinas y campos de actuación, de ahí que sea interdisciplinar y universal. Esto ya que, es necesario precisar, a futuro irá incorporando distintas problemáticas en correspondencia con el desarrollo de la ciencia, de las tecnologías y de la salud.
Téngase en cuenta que, como se ha señalado, la materia de salud no se escapa de la evolución, no solo en referencia al concepto. Esto por la inclusión de nuevas enfermedades, sino por su nota de multidisciplinariedad vinculada con el derecho, con los profesionales de la medicina; además de con el paciente y sus derechos, con la atención sanitaria, con los servicios de salud en general y con otros conceptos como el consentimiento informado; el derecho tanto a ser informado como a no serlo, la privacidad, la intimidad, la libertad de elegir, el derecho a la confidencialidad, la protección de las personas vulnerables, de los menores, todos ellos dentro del marco de los derechos del paciente y la conformación en definitiva del llamado derecho médico o, si se pretende ser más modernos, el bioderecho (Cobas, 2020). La bioética se ocupa, entre diversas cuestiones, de:
- Los conflictos relacionados con los principios morales y éticos de las profesiones y profesionales vinculados con la salud y disciplinas afines.
- Las problemáticas en torno a la investigación, la biomedicina, experimentación con seres humanos, ensayos clínicos, etc.
- Las problemáticas en relación con los animales y plantas. Además de los conflictos que se plantean en orden a los experimentos con animales, al igual que los problemas en la conservación del medioambiente.
- Cuestiones sociales en torno a la salud pública, la salud ocupacional, ética del control de natalidad, etc.
- Conflictos relacionados con la fecundación in vitro, clonación de seres humanos, maternidad subrogada, eutanasia, investigación en seres humanos, vacunación, entre muchas otras cuestiones.
Niveles de actuación de la bioética
La bioética tiene dos niveles de actuación según plantea la doctrina (Pérez, Op. cit.). En primer lugar, se hace referencia a la macrobioética, que se ocupa del conjunto de la vida amenazada; tanto de las generaciones humanas presentes y futuras como del conjunto de los seres vivos. Esta es la ética ecológica o ecoética, que se ocupa de temas como el respeto al medio ambiente y si es ético devastar todos los recursos. Además de no dejar nada a las generaciones futuras, porque ni existen ni se sabe si existirán si hay una guerra atómica.
En segundo punto, se encuentra la microbioética; esta se ocupa de los problemas éticos relacionados con las ciencias de la salud (bioética clínica o ética de la atención sanitaria), las biotecnologías (genética) y la neuroética. Algunos ejemplos más clásicos se centran en la relación médico-paciente (eutanasia, aborto, testigos de Jehová). Además de la manipulación genética y los límites éticos de los progresos científicos cuando van más allá de lo terapéutico (curar). Esto, hacia el mejoramiento (por ejemplo, si sería ético crear e implantar chips para aprobar oposiciones que solo podrían emplear unos pocos individuos, y no dedicar ese dinero a curar enfermedades).
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