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¿Qué es el poder? Es un concepto que se ha tratado de definir a lo largo de la historia. Esta evolución de su desarrollo en la sociedad nos ayuda a conocer las principales formas de poder que existen, así como la relación que tiene con las influencias comunicacionales que determinan el comportamiento de las personas en un contexto específico.

El poder en la sociedad

Concepto y evolución

El poder es la capacidad de un individuo para imponer su propia voluntad sobre los demás. Representa su dominio hegemónico. La definición etimológica del término no impide que se hayan generado otras muchas enunciaciones, dada su amplitud y generalización.

Friedrich Nietzsche fue uno de los primeros autores en hacer referencia al poder. Afirmó la voluntad de poder como una ambición humana. En ella intenta la continua superación, el continuo crecimiento como fórmula para conservar aquello que tiene. Su planteamiento es que lo conquistado no se puede mantener si tan solo se quiere conservar. En la continua conquista para aumentar lo que tiene un individuo, se afirma la necesidad de ejercer y utilizar el poder para aumentar su fortaleza y someter otras voluntades en el proceso.

Sin embargo, sus tesis sobre el poder se enmarcan en la concepción del individuo y su vida. Nace a partir de los tratados sobre la voluntad de vivir, desarrollados por Schopenhauer, y no en una concepción social.

Pocos años después, Max Weber realizó una de las definiciones del concepto de poder más conocidas y aceptadas. Afirmó que “Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de esa probabilidad”. En esta definición, el poder se identifica como una fuerza que se ejerce para lograr un objetivo.

Tipos de poder legítimo

A partir de este concepto, Weber desarrolló la noción de dominación. Se trata de una forma de poder más preciso y especializado para imponer la voluntad mediante la obediencia a una autoridad considerada legítima por los subordinados. Así se diferencian tres tipos de poder legítimo:

  1. Carismática: es la que se produce por el encanto personal o la fuerza de la personalidad de un individuo. Representa la mayor expresión del liderazgo. En este tipo de dominación, las cualidades y capacidades del líder pueden ser irrelevantes, puesto que son los seguidores quienes legitiman su poder ante su creencia en el líder.
  2. Tradicional: es la que deriva de la tradición o la costumbre. Se identificó como la fuente de autoridad de las monarquías, donde los derechos tradicionales de un individuo o grupo son aceptados, o al menos no son desafiados, por sus subordinados. Este tipo de dominación ha sido el tipo de gobierno más común durante la historia.
  3. Racional-legal: en este tipo, la autoridad se produce en virtud del puesto ocupado en la administración del poder. Supone que la obediencia no se otorga a la persona, sino al cargo que representa. Por ende, una vez deja el cargo, su autoridad se pierde.

Otras concepciones

Otro de los destacados autores que trataron la temática del poder es Michel Foucault. Él rompe con las concepciones clásicas del término para afirmar que el poder es una relación de fuerzas. Se trata de una situación estratégica que se produce en una sociedad y en un momento determinado. Por ello, el poder está en todas partes y las relaciones de poder son una constante en cualquier individuo que no puede desprenderse de sus efectos.

En este contexto, Foucault describe el poder como una relación que se produce entre partes en todos los estamentos de la sociedad. Señaló que ha sido y es la principal fuerza que estructura el orden social. También indicó que la naturaleza de las relaciones de poder se ha transformado de forma considerable desde el ejercicio de la fuerza para su consecución y mantenimiento a sistemas de control basados en la disciplina. En ello se vigilan los comportamientos y se castiga a los transgresores, estableciendo mecanismos para garantizar un comportamiento conforme al deseado.

Normas sociales

Las normas sociales han sustituido los violentos métodos del pasado. No se imponen a la fuerza ni hay una autoridad que obligue a un determinado comportamiento o prohíba un distinto modo de comportarse. El sistema de creencias de la sociedad es un poder colectivo que controla actitudes, opiniones y prácticas de las personas. Orienta el comportamiento de los individuos, donde cada sujeto es parte interesada de un complejo sistema de relaciones de poder que regula la conducta de sus miembros. Estos sistemas evolucionan a medida que se van aceptando ciertas actitudes hasta que se integran en la sociedad. Esta última es la que decide lo que está bien y lo que está mal.

Por lo tanto, las normas sociales actúan como un poder, de naturaleza colectiva, y ejercen una acción que puede ser inapreciable para los individuos. Al tiempo, regulan su comportamiento sin ser generalmente conscientes de este ejercicio de poder social. Les hace inconcebible pensamientos y actuaciones contrarias.

Los actuales regímenes de poder están basados en el discurso, el sistema de creencias, que se refuerzan de manera constante. Al decidir lo que está bien y mal, se constituyen como régimen moral.

Las formas de poder social

El concepto de poder social, evolucionado en el tiempo, llevó a los psicólogos sociales French y Raven a proponer cinco diferentes tipos. Estos determinan las condiciones en las que se ejerce el poder:

  • Coercitivo: es el que utiliza la amenaza de la fuerza en cualquiera de sus métodos: físicos, emocionales o económicos. Se aplica para obtener el cumplimiento del otro.
  • Recompensa: está basado en el privilegio de ofrecer o negar recompensas tangibles, sociales, emocionales o espirituales. Se concede a otros por hacer lo que se desea o se espera de ellos.
  • Legítimo: es el que emana de un puesto de autoridad elegido, seleccionado o designado. Puede estar respaldado por normas sociales. Representa la capacidad de señalar sentimientos de obligación hacia los otros, así como la noción de responsabilidad.
  • Referente: determinado por la afiliación a grupos. Sus creencias son, en diferentes grados, compartidas por el colectivo que otorga y respeta el poder de un referente. Este último trata de utilizar la homogeneidad del grupo para reforzar su poder.
  • Experto: basado en el conocimiento, experiencia y el talento. Presenta mayor utilización cuando se produce la necesidad de la consecución de un determinado logro. En estos casos, la influencia y gestión del experto favorece su obtención, por lo que se le otorga el poder para este cometido.

Posteriormente, Raven añadió una sexta forma de poder social:

  • Informativo: es la capacidad de un agente de tener influencia para generar cambios a través de los recursos informativos en los que se proporcionan argumentos racionales, se utiliza información para persuadir a otros y se produce el uso de los hechos para manipular su interpretación con el fin de crear una base de poder.

Realidad de la política

Introducción al concepto

El término política presenta una gran amplitud de definiciones y descripciones, quizás debido a la subjetividad de un concepto en el que el propio observador, el que trata de definir el fenómeno, forma parte del mismo.

Esta descripción aristotélica de la política, que hace referencia a las actividades del gobierno y organización de la convivencia en la ciudad, implica al ser humano en su opinión el único animal político. Así, la mayoría de las descripciones del concepto de la política hacen referencia al proceso de toma de decisiones entre los miembros de una comunidad humana. Sirve para resolver los problemas de su vivencia colectiva, en la que tiene una especial importancia la gestión de su gobierno. Dicha actuación debe buscar la consecución de actuaciones justas en aras al bien común.

El concepto de política ha ido evolucionando hacia las actividades relacionadas con el poder. Permite el gobierno en una sociedad humana, con independencia de su dimensión y fines. Por lo tanto, impregna la casi totalidad de los ámbitos de la vida humana. En este sentido, Antonio Gramsci, filósofo y político italiano de ideología marxista, fue uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano. Señaló que el pilar de la política es que “existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Toda la ciencia y el arte político se basa en este hecho primordial”.

Política real

La concepción de la política como el conjunto de actividades relacionadas con el poder, en concreto está relacionada con su búsqueda, ejercicio, modificación, mantenimiento, preservación o desaparición. Determina que se afirme que la política real es el conjunto de actividades que desarrollan los políticos. Su objetivo es obtener seguidores, por la fuerza o el consenso, para alcanzar el gobierno.

Individualismo y colectivismo

Por otra parte, la realidad de la política es la percepción que tienen los ciudadanos de la acción de los políticos. Esta se materializa en sus condiciones de vida: el acceso a la educación, empleo, justicia, salud, vivienda, libertad o participación política, en un entorno digno, estable e igualitario, que propicie su “felicidad individual y colectiva”. Esta diferenciación entre felicidad individual y colectiva es determinante en la dificultad de la visión de una misma realidad política dentro de una sociedad. Se debe a que no todos los individuos alcanzaran su ideal de “plenas condiciones de buena vida”.

La necesaria renuncia de una parte de la sociedad, de forma voluntaria u obligada, respecto a la otra parte que sería más beneficiada, conforma uno de los elementos del balance político en una sociedad. Trabaja en función del mayor o menor equilibrio entre las condiciones de vida de las partes, que representa la realidad de la política.

Sin embargo, esta realidad política es, de forma efectiva, una percepción. Por lo tanto, está condicionada por el conjunto de prescripciones, recomendaciones e influencias que recibe el individuo. Por ende, el factor de subjetividad es inherente a la percepción. Con ello, también lo es a la visión de realidad política, de la que nunca se podrá afirmar que sea “real”, aunque sí “mayoritaria”, al menos en los sistemas democráticos.

La distancia entre la percepción ciudadana de la realidad política, que incluye todos aquellos problemas e inquietudes que dificultan el logro de las aspiraciones ciudadanas para propiciar sus condiciones de vida y la agenda de los políticos, debe ser la mínima posible. Así se garantiza el mantenimiento de sistemas políticos equilibrados. Son los políticos quienes deben incidir en el acercamiento a los problemas de la sociedad y en darles solución. De esta manera logran cumplir con la finalidad de su actividad pública.

Factores de comportamiento político

El comportamiento político es la forma en la que los individuos, la ciudadanía, se conducen en sus relaciones con el sistema de poder del Estado. Se materializan en la participación política, que tiene como principal objetivo influir en las decisiones o acciones de los representantes políticos o el gobierno, así como en su elección. La participación política representa una decisión sobre el comportamiento político del ciudadano, que tiene la alternativa de no participar en la acción política.

El resultado de la participación política puede ser individual o colectivo. Así mismo, su naturaleza puede ser de apoyo o de presión al orden establecido acerca del tipo de gobierno en su sociedad, en las actuaciones del gobierno sobre su comunidad, incluso sobre el régimen de estado en su país. Las formas de participación política son muy diversas. Pueden ir desde el activismo en una organización política, el contacto directo con los políticos, acudir a protestas o manifestaciones, participar activamente en campañas o acudir a votar. Aunque estas dos últimas actuaciones son específicas de la participación electoral.

Niveles de decisión jerárquica

El comportamiento electoral es la manifestación más clara del comportamiento político. Se realiza en el ámbito de un proceso altamente institucional y regulado, en la que los ciudadanos llamados a las urnas pueden tomar tres niveles de decisión jerárquica:

  • Votar o Abstenerse.
  • Emitir un voto nulo, un voto en blanco, o un voto a candidatura.
  • Elegir la candidatura a la que otorga el voto.

Determinación de factores

El comportamiento político, que integra el propio comportamiento electoral, puede estar determinado por distintos factores como:

  • Variables sociodemográficas, entre las que se incluyen los recursos personales, edad, sexo, nivel de estudios, ocupación y nivel de ingresos.
  • Influencia de los grupos de referencia, organizaciones, contactos con otros, en definitiva la identificación con una comunidad.
  • El contexto político e institucional que garantiza la participación en condiciones de libertad y derechos.

Circunstancias personales

Al mismo tiempo, las circunstancias personales de cada individuo pueden determinar las causas de su comportamiento político. Entre ellas:

  • Interés personal en determinados temas que representan problemas en el entorno próximo al individuo.
  • El tiempo disponible.
  • Interés altruista con determinadas cuestiones que aparecen en el debate público.
  • Grado de satisfacción con el sistema político, el gobierno del estado o los representantes en sus distintos territorios.

Comunicación política

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