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El modelo de ACP puede configurar una atención sanitaria que modifica aspectos de las relaciones establecidas entre aquellos que proporcionan servicios y aquellos que los reciben. Dicha modificación se produce al centrarse en priorizar y hacer emergentes los derechos de las personas mayores en la rehabilitación geriátrica.

Modelo de atención centrado en la persona

Se deduce que se puede atender la ACP ya sea como un modelo de intervención, una metodología o como un enfoque. Las diez dimensiones de la ACP son:

  1. Cada persona es única.
  2. Todas las personas tienen dignidad.
  3. La biografía es la razón esencial de la singularidad.
  4. Las personas tienen derecho a controlar su vida.
  5. Quienes sufren de demencia también.
  6. Todos tienen fortalezas y capacidades.
  7. El ambiente físico influye en su comportamiento.
  8. La actividad cotidiana tiene una gran importancia.
  9. Las personas son interdependientes.
  10. Todos son multidimensionales y sujetos a cambios.

Se debe atender al enfoque de la ACP como modelo de intervención. En este caso, en relación con el ámbito de las personas mayores. Cabe señalar que el modelo de intervención de la ACP en personas mayores adquiere diferentes terminologías, dependiendo de los autores de referencia. De esta manera se diferencia de otros modelos de ACP en otros ámbitos de intervención.

Referentes del modelo

En este sentido, dos referentes del Estado Español (María Teresa Martínez y Pilar Rodríguez) han elaborado diferentes propuestas de modelos de ACP centrados en las personas mayores. María Teresa Martínez opta por una terminología identificativa del ámbito de actuación (las personas mayores) y establece la denominación de Atención Gerontológica Centrada en la Persona. Por el contrario, Pilar Rodríguez atiende en su denominación un factor holístico y global. Lo denomina en su propuesta como Atención Integral Centrada en la Persona.

A fin de simplificar y clarificar conceptos, se sigue la propuesta de María Teresa Martínez dado que se centra la mirada en el ámbito de intervención en las personas mayores. Así mismo, realiza propuestas sobre buenas prácticas en situación de dependencia.

Sea como sea, las dos propuestas establecen la mirada de la ACP como modelo de intervención. Por tanto, se observan los diferentes aspectos que forman un modelo de intervención. En este sentido, cabe indicar que el propósito de este tema no es el establecer pequeñas modificaciones en la atención que pueda conducir progresivamente a un modelo en ACP. Al contrario, la idea es se puedan establecer los principios de todos los elementos que lo componen.

Paradigma y modelo de intervención

La Atención Gerontológica Centrada en la Persona como modelo de intervención parte del reconocimiento de la dignidad de todo ser humano. En especial de las personas mayores y de aquellas que están en situación de fragilidad o dependencia. Se busca su autodeterminación y su mayor independencia posible. De esta manera se mejora su calidad de vida y su bienestar objetivo. A tal efecto, se atienden cinco asuntos importantes en la aplicación del modelo. Estos son los siguientes:

  • La atención personalizada desde la autonomía y la independencia.
  • Lo privado, lo íntimo y la confidencialidad.
  • Lo propio, lo significativo, lo cotidiano
  • El papel de las familias.
  • Lo organizativo y los nuevos roles de los profesionales.

Requerimientos

El modelo de Atención Gerontológica Centrada en la Persona (AGCP) requiere:

  • Nuevos conocimientos y competencias profesionales. Un cambio de modelo puede requerir un proceso de deconstrucción del aprendizaje para afianzar un nuevo concepto, un nuevo aprendizaje. Requiere mayor conocimiento y competencias específicas de cada una de las disciplinas que intervienen. También de aspectos más transversales y comunes a todo el equipo.
  • Es un proceso de intervención continuo y abierto donde se conforman una serie de herramientas a utilizar de forma sensible y acorde a cada persona usuaria.
  • Requiere inventiva y creatividad por los equipos y personal o grupos de apoyo creados. Muy a menudo se puede buscar nuevas ideas y nuevas experiencias determina la implicación y participación.
  • Ha de ser sencillo, cercano y práctico. La utilización de un lenguaje accesible y de un proceso sencillo y práctico implica a las personas usuarias y al grupo.

Reconocimientos de la singularidad

  • Biografía. La historia de vida: se define biografía como el conjunto de informaciones recogidas, identificativas y significativas de las trayectorias vitales del individuo. La biografía es, sin duda, el principal referente de la atención y del trato personalizado. También, en los casos de deterioro cognitivo, debe ser tomada como referencia para servir de ayuda en la personalización de la atención.
  • El proyecto de vida: se plantea desde la existencia para llevar a cabo los objetivos, metas y deseos. Este planteamiento de vida se realiza en un contexto y se relaciona con diversos aspectos de desarrollo personal y social. Por ejemplo la familia, los intereses, el trabajo, los amigos, las aficiones, la red comunitaria de apoyos.
  • Objetivos de la atención: han de ser conseguir la máxima independencia, incidir en el desarrollo de la autonomía y conseguir el bienestar subjetivo de la persona usuaria.
  • La autonomía no es lo contrario a dependencia: la autonomía personal puede ser la capacidad de elegir, decidir y asumir las consecuencias de las decisiones. Lo contrario, aquello que suele ser opuesto a la autonomía, no es dependencia sino heteronomía.
  • Preferencias y deseos: el equipo técnico debe conocer a la persona y sus preferencias. Las mismas deben ser atendidas y respetadas en todo lo posible. El modelo de intervención debe asegurar el espacio y la opción a que las personas puedan manifestar sus preferencias en los diferentes aspectos del día a día.

Autonomía

  • Control sobre lo cotidiano: el ejercicio de la autonomía puede ir directamente relacionado con el día a día. Es donde la persona mayor puede percibir y ver afectado o con grandes dificultades su proyecto de vida.
  • Visibilizando las capacidades: para la promoción y mantenimiento de la autonomía, puede ser fundamental observar, identificar y recuperar las capacidades de la persona. La mirada profesional debe ir inicialmente a observar e identificar las capacidades del paciente. Esta identificación y la búsqueda de los soportes y apoyos adecuados de carácter facilitador para la participación, permitirán a la persona mayor realizar actividades y acciones adecuadas. Así se otorga el mayor control posible sobre sus aspectos del día a día, de lo cotidiano.
  • Participación de la persona en su plan de atención: recogido con diferentes nomenclaturas y siglas como PAI (Plan de atención individualizada), PIAP (Plan Integral de Atención Personalizada). Puede carecer, sin embargo de un concepto en sus acrónimos de definición: el concepto vida.
  • Cuando la persona tiene un deterioro cognitivo: delante de situaciones en donde la persona mayor usuaria tiene una merma considerable de su competencia (deterioro cognitivo importante, trastorno mental severo), dicha competencia puede verse en la necesidad de ser substituida por otros para decidir, atender y gestionar aspectos elementales de su vida.
  • Bienestar, autonomía y seguridad. Conceptos a coordinar: la coordinación de estos tres conceptos puede permitir no limitar la autonomía y el bienestar. Se impone el criterio de seguridad ante los otros dos.
  • Medidas de restricción y sujeción: la elevada utilización de las medidas de restricción, sean físicas o químicas, puede ser un aspecto que los diferentes miembros de la comunidad asumen que se debería reconducir y clarificar. Lo buscan con el fin de evitarlas y disminuirlas hasta su casi desaparición. Estas medidas restringen la libertad de las personas, atacan sus capacidades y autonomía e inciden sobre sus derechos. Deberían restringirse al máximo el modelo de intervención.
  • Decisiones anticipadas: como miembros del equipo y de la comunidad de las personas mayores, se debe informarles y acompañarlos en el proceso de atender de forma previa toda una serie de decisiones antes de que sobrevenga una situación de incapacidad.

Contextos externos facilitadores

  • Importancia del medio: un entorno accesible y basado en el diseño universal permite la participación de los usuarios y hace accesible a toda la población. Junto con los productos de soporte y el uso de las nuevas tecnologías, juegan un papel clave en la independencia de las personas.
  • Papel del equipo y la comunidad: los miembros del equipo que atienden a las personas mayores que pasan por situaciones de dependencia o fragilidad, se convierten, de forma habitual, en un medio o en un instrumento para que puedan atender y realizar tareas y acciones que hagan efectiva la autonomía.
  • Protocolos y aplicaciones: la aplicación uniforme y rígida de los protocolos dificultan la atención centrada en la persona. Se debe a que transforman la atención en algo mecánico y rutinario.

Medicina geriátrica

La complejidad a la que se encara el profesional médico especializado en la población geriátrica se ve incrementado por el progresivo envejecimiento de la población. Es decir, que al haber más personas mayores, se requiere no sólo de un mayor número de especialistas, sino también un mayor conocimiento enfocado en atender a estas personas en específico.

Con programas como el Máster en Peritaje Médico y Valoración del Daño Corporal y el Máster en Cuidados Paliativos, TECH cubre algunas de las disciplinas sanitarias referentes a los adultos mayores. Sin embargo, si estás interesado en otra especialidad, la institución te ofrece un sin de opciones de profundización teórico-práctica, como sucede también en el caso del Máster en Medicina Rehabilitadora en Geriatría.

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