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La obesidad y el sobrepeso afectan cada vez más a la población. Ambos producen patologías asociadas que significan un gran riesgo para la salud, incluso la vida. Hoy en día, la primera actuación que existe es la prevención. Sin embargo, una vez desarrollado el problema, es necesario el tratamiento. En este sentido, la fitoterapia supone tanto una alternativa como un método preventivo para el tratamiento de la obesidad.
No cabe duda que la lucha contra la obesidad es una prioridad social. Las tres razones esenciales son de diferente cariz: por una parte, es una condición que afecta a amplios sectores de la población de distintos estratos. Por otra, tiene un fuerte impacto de carácter estético y psicológico. Lo más importante es que se trata de un predictor o indicador de trastornos cardiovasculares y metabólicos.
La definición de obesidad tiene reconocida en la actualidad un rasgo meramente aritmético, ya que se presenta cuando el cociente entre la masa (en kg) y el cuadrado de la altura (en m2) supera el valor 30. Dicho cociente se conoce como índice de masa corporal (IMC).
Índice de masa corporal
El Índice de Masa Corporal o IMC es un índice que asocia el peso y la talla de un individuo. Es, esencialmente, una medida del peso corregida por la estatura. Se utiliza para clasificar el peso insuficiente, el peso excesivo y la obesidad. Este término se debe a Ancel Keys, el padre de “la dieta mediterránea”, que lo utilizó para referirse a la fórmula de Quetelet.
De hecho, el IMC también se conoce como Indice de Quetelet, que inicialmente se propuso para realizar medidas antropomorfas sin relacionarlo con la obesidad. Actualmente se sabe que existe una correlación entre el IMC y el contenido corporal de grasa. Y, aunque puede variar el sexo y oscila con la edad, dichas variaciones, especialmente las ligadas al sexo, son mínimas y sin valor estadístico demostrado.
De esta forma, el IMC es una herramienta válida para establecer una clasificación del peso atendiendo a la talla de la persona. Así se reconoce la delgadez, el normopeso, el sobrepeso y la obesidad, atendiendo a valores de IMC.
Áreas de actuación farmacológica
Las áreas sobre las que se puede actuar son: apetito, digestión, tejido adiposo, termogénesis y flora intestinal.
Apetito
Existe en la literatura científica abundante información sobre la multitud de mediadores que regulan la ingesta actuando en el Sistema Nervioso Central. Se destacan entre ellos la serotonina y la noradrenalina. Además se conocen mediadores peptídicos de gran importancia como le leptina, anorexígena, proveniente del tejido adiposo. La respuesta a la leptina no depende exclusivamente de su concentración en el hipotálamo, sino de la sensibilidad de sus células. A su vez está afectada por el estrés del retículo endoplásmico. Se trata de un fenómeno cuya influencia se extiende a otras áreas como las células β-pancreáticas en diabetes mellitus tipo 2.
Uno de los productos naturales más interesantes en este terreno es el diterpeno celastrol, presente en Tripterygium wilfordii. Fue objeto de un estudio muy relevante en el pasado. Igualmente cabe citar la fibra de Trigonella foenum-graecum estudiada por sus favorables efectos metabólicos y saciantes. Sin embargo, vista la amplia y complicada experiencia, no cabe extenderse en los compuestos anorexígenos anfetamínicos naturales como efedrina y análogos.
Digestión
Dado que la ingesta de lípidos es un factor determinante en el aumento de peso, la intervención en su hidrólisis y transporte es de la mayor importancia. Así, cabe hablar de la inhibición de lipasas, como corresponde al extracto de Prunella vulgaris (Lamiaceae), cuyo efecto fue comparable al fármaco de referencia, orlistat. Por otra parte, las plantas ricas en la llamada fibra dietética actúan capturando la grasa para impedir su absorción en el intestino. De ellas se ha citado reiteradamente la goma guar, de Cyamopsis tetragonoloba (Fabaceae), las pectinas y los mucílagos de diversas algas, especialmente rojas y pardas.
Tejido adiposo
En la actualidad se sabe que el tejido adiposo no es solamente un lugar de acumulación pasiva de reserva calórica. Al contrario, su hipertrofia da lugar a un exceso de adipocinas, proteínas que en muchos casos tienen carácter inflamatorio. Tal es el caso del TNF-α o la IL-6, y no son nada selectivas de aquel tejido. Este tipo de mediadores participan en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Junto con otros, han ayudado en la acuñación del término “metaflamación”.
Algunos productos naturales, como curcumina son activadoras del receptor de los proliferadores de peroxisomas. Esto redunda en una infraexpresión del TNF-α y una sobreexpresión de adiponectina, lo cual mejoraría la sensibilidad del músculo a la insulina.
Termogénesis
El aumento del consumo energético ha sido una de las principales dianas históricas. Está asociada, por una parte, al uso indebido de tiroxina. Por otra, a la conjunción de propiedades con las anfetaminas. Bajo un prisma farmacológico, la termogénesis está regulada por el sistema beta-adrenérgico en tejido adiposo pardo (en especial, β3) y por aquellos agentes, como la cafeína. Estos lo imitan por activar su principal vía de señalización β: la síntesis de AMP cíclico. A este respecto debemos referirnos a las plantas con bases xánticas como café, té, guaraná, mate, etc. También a la capsaicina, a las catequinas o al extracto de patata (Solanum tuberosum, Solanaceae). Igualmente diversas especies de carácter dietético.
Flora intestinal
No es un secreto que en los últimos años se viene destacando el papel relevante de la microbiota. Tiene en muchas enfermedades, a veces distantes topográficamente, del lugar donde se localizan nuestras bacterias y levaduras, sobre todo en el aparato digestivo. Por lo que ahora concierne, hay que decir que elementos de la microbiota participan en la fermentación de constituyentes energéticos de la dieta y dan lugar a los ácidos grasos de cadena corta. Su papel en la obesidad es muy interesante, ya que influyen en algunos de los aspectos mencionados con anterioridad así como en la grasa blanca, función hepática y del músculo esquelético.
Diferentes intervenciones a la obesidad
El trabajo del fisioterapeuta en relación al tratamiento de la obesidad encuentra en la fitoterapia un importante apoyo para la preventiva y el cuidado directo sobre patologías graves. Algunas especializaciones de esta disciplina médica, como los comprendidos en el Máster en Fisioterapia Deportiva y el Máster en Fisioterapia en Atención Temprana, también pueden tratarse desde la fitoterapia.
Por eso es que TECH Universidad Tecnológica ha creado este Máster en Avances en Fitoterapia Aplicada. Al ser un compendio de todos los conocimientos teóricos y prácticos que el fisioterapeuta necesita, se trata de una oportunidad de añadir a tu CV el plus de excelencia que estabas buscando.