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El sistema circulatorio fetal no funciona igual a como lo hace después del nacimiento. Durante las diferentes fases de desarrollo sufre constantes cambios para adecuarse a las necesidades metabólicas del individuo. Este fenómeno es llamado proceso de circulación sanguínea fetal y transicional y se desarrolla de manera autónoma en cualquier ser. Dentro de este procedimiento se comprenden diferentes etapas de formación, que en conjunto permiten el óptimo funcionamiento de este sistema.
Sistema coronario
Las arterias y venas coronarias se desarrollan a partir de células que llegan del órgano proepicardio, de manera simultánea a la formación del pericardio. El sistema coronario está formado por una parte arterial y una venosa. Las arterias coronarias se pueden dividir en dos grandes categorías, que son las que tienen una posición subepicárdica y las que son intramiocárdicas.
Las células precursoras de los vasos coronarios por mecanismo de vasculogénesis forman una extensa red de tubos endoteliales subepicárdicos. Esto por toda la superficie del corazón, se conectan unos con otros y posteriormente serán recubiertos por células musculares lisas y fibroblastos. Según algunos autores, provienen de las mismas células precursoras del órgano proepicárdico. Según otros, se forman in situ del mesénquima que rodea a los tubos endoteliales.
Posteriormente, por un proceso de angiogénesis se originarán las ramificaciones intramiocárdicas de los vasos coronarios. De forma simultánea al desarrollo de estos procesos de vasculogénesis y angiogénesis, las arteriascoronarias subepicárdicas cercanas a la raíz de la aorta contactan con su pared y se comunican con la luz del vaso. Se desconoce cuáles son los factores o mecanismos de reconocimiento que hacen que estas arterias coronarias se conecten en la aorta justo en la valva aórtica.
Con respecto a las venas coronarias, estas también se forman de las mismas células precursoras procedentes del órgano proepicárdico. Sin embargo, se desconoce cuáles son los factores que hacen que algunas de esas células sigan su desarrollo. Unas para formar arterias y otras para formar venas. El plexo venoso coronario contacta y se comunica con el cuerno izquierdo del seno venoso. El mismo que se ha quedado sin venas tributarias, para desembocar a través de este al atrio derecho definitivo.
Arcos aórticos
De los arcos aórticos se forman las arterias de la cara y el cuello. Además de las ramas de la aorta y del tronco pulmonar, el cayado aórtico y el conducto arterioso. Los arcos aórticos son formaciones vasculares incluidas en el mesénquima de los arcos faríngeos. Estos comunican el saco aórtico pulmonar con las aortas dorsales derecha e izquierda, que se extienden a lo largo de todo el embrión.
Existen seis pares de arcos aórticos. Los arcos aórticos aparecen y desaparecen de forma secuencial, de tal manera que cuando se desarrolla el VI par, ya han desaparecido los pares I y II. El primer par de arcos aórticos (arco mandibular) aparece en la etapa de pre-asa. Uniendo el saco aortopulmonar con las aortas dorsales, las cuales en esta etapa inicial dan lugar a dos canales arteriales. Estos se extienden a todo lo largo del embrión, adosados a la pared posterior o dorsal de sus cavidades corporales.
Una vez conformados los primeros arcos, se forman los siguientes pares. Apareciendo paulatinamente a medida que el corazón y el saco aortopulmonar muestran un desplazamiento caudal. El primer par de arcos aórticos va a desaparecer casi en su totalidad y la porción que persiste dará origen a la arteria maxilar, aparte de las arterias carótidas externas.
El segundo par de arcos aórticos aparece casi al mismo tiempo que el primer par. Son formados también en la etapa de asa, inmediatamente caudal al primer par; también conecta el saco aortopulmonar con las aortas dorsales. Igual que el arco precedente, desaparece unos cuantos días después, persistiendo solo algunas porciones que formarán las arterias hioideas y estapedias.
La postasa tardía
En la etapa de postasa tardía ya pueden identificarse los III, IV y VI pares de arcos aórticos, ya que los dos primeros han desaparecido. En esta etapa, las aortas dorsales derecha e izquierda se fusionan entre sí a partir del nivel donde se está formando el diafragma, persistiendo separadas por arriba de este, como una única arteria de este nivel hacia abajo.
También en esta etapa es cuando se forma el tabique aortopulmonar en el interior del saco aortopulmonar, quedando dispuesto de tal manera que deja los III y IV arcos aórticos conectados con la porción derecha del tronco arterioso y los VI arcos aórticos con su porción izquierda. Mientras tanto, alrededor de los pulmones en formación se está organizando un plexo arterial, el cual comienza a conectar a través de una rama de cada pulmón con el VI arco aórtico.
Las séptimas arterias intersegmentarias aparecen más o menos a la altura donde está ocurriendo la fusión de las aortas dorsales. Al finalizar la quinta semana, los arcos aórticos comienzan a perder la simetría que habían presentado desde su aparición. Los segmentos de aortas dorsales situados entre los III y IV arcos comienzan a desaparecer, estos arcos se estiran como consecuencia del descenso que está sufriendo el corazón.
El IV arco aórtico persiste a ambos lados, aunque ya muy diferentes entre sí. Con respecto al VI arco aórtico, la porción distal del VI arco derecho se oblitera y desaparece, mientras que el izquierdo persiste en toda su extensión. El saco aortopulmonar se ha alargado y dividido totalmente, formando ya, junto con el tronco arterioso, la aorta ascendente, a partir de la porción derecha de ambos, y el tronco pulmonar a partir de la porción izquierda.
Etapa final de la formación
El plexo arterial peripulmonar, a través de una rama de cada pulmón, queda conectado a la porción proximal del VI arco aórtico; en esta etapa también comienza a observarse una migración cefálica de ambas séptimas arterias intersegmentarias, aproximándose a los arcos aórticos. Mientras tanto el saco aortopulmonar ha continuado alargándose en dirección distal, con lo que tanto la arteria pulmonar principal como la aorta ascendente aumentan su longitud; del lado aórtico, dicho alargamiento alcanza la porción inicial del arco aórtico y el tronco arterial braquiocefálico derecho.
En la sucesiva etapa, se oblitera y desaparece la porción de la aorta dorsal derecha, situada entre su unión con la aorta dorsal izquierda y el origen de la arteria intersegmentaria derecha; el resto de la aorta dorsal derecha persiste formando parte de la arteria subclavia derecha. El resultado de todos estos cambios es la formación de un sistema arterial separado compuesto por la aorta ascendente y el tronco pulmonar, que a su vez dan origen a las diferentes ramas arteriales que llevan la sangre al circuito sistémico y pulmonar.
Del III par de arcos aórticos se originarán finalmente las arterias carótidas comunes y la porción proximal de las arterias carótidas internas, cuya porción distal se desarrollará a partir de la prolongación cefálica de las aortas dorsales primitivas. Del IV arco aórtico izquierdo se forman el segmento del cayado aórtico, comprendido entre la carótida primitiva izquierda y la arteria subclavia izquierda.
Desde ek IV arco aórtico derecho proviene el segmento proximal de la arteria subclavia derecha, cuya porción distal estará conformada por una porción de aorta dorsal derecha y por la séptima arteria intersegmentaria derecha. En cuanto al VI arco aórtico izquierdo, de su porción proximal surgirá la parte proximal de la arteria pulmonar izquierda, y de su porción distal el conducto arterioso.
El profesional en la cardiología veterinaria
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