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El ser humano es un ser social por naturaleza, la vida en sociedad y las interacciones sociales son parte imprescindible de la vida y el desarrollo del individuo. Las funciones sociales son complejas y engloban un conjunto de procesos que dan lugar y hacen posible las competencias sociales, preparando a las personas para la vida en sociedad. Para vivir en sociedad y poder interaccionar con los demás de manera adecuada y efectiva se necesita aprender y asimilar la cultura del grupo social.
En el proceso de asimilación, además, la persona se desarrolla como miembro del grupo y también alcanza destrezas individuales. Las funciones sociales engloban procesos que hacen posible una serie de habilidades. Estas van desde saber comunicarse, poder entender a los demás, ponerse en su sitio, controlar la conducta y ajustarla a las demandas sociales, regular las emociones, etc. hasta conductas altruistas y prosociales, pasando por los conflictos y la agresión, la formación de prejuicios y la convivencia.
El individuo como miembro del grupo social cumple una serie de funciones que engranan y hacen posible el buen funcionamiento de la comunidad y a su vez, la comunidad cumple una serie de funciones para satisfacer necesidades del individuo. De este modo se produce una mutua interdependencia y una relación que se adapta constantemente a las necesidades de ambas partes, individuo y grupo.
Funciones ejecutivas
Las funciones ejecutivas son actividades mentales complejas que tienen una gran importancia para modular la conducta social. Las funciones ejecutivas serían aquellas habilidades cognitivas encubiertas y autodirigidas que se llevan a cabo para planificar, organizar, guiar, revisar, regularizar y evaluar el comportamiento necesario para adaptarse eficazmente al entorno y para alcanzar metas (Bauermeister, 2008). Permiten organizar la acción, evaluarla constantemente, regularla e incluso modificarla si fuese necesario. Los procesos a los que hacen referencia las funciones ejecutivas son independientes, pero funcionan de manera coordinada:
- Memoria de trabajo: sería la capacidad de almacenar de manera temporal la información y procesarla mientras se realiza una actividad.
- Planificación y resolución de problemas: capacidad de elaborar metas y objetivos y desarrollar planes de acción para su consecución, resolviendo los problemas que pueden ir surgiendo.
- Flexibilidad: habilidad que permite adaptar a las circunstancias específicas de cada situación y de este modo regular y modificar, cuando sea necesario, la planificación.
- Inhibición: es una capacidad muy importante, ya que permite ignorar impulsos y centrarse en la tarea.
- Control de las emociones y motivación: las funciones ejecutivas requieren de la capacidad de motivar y no desistir en los objetivos, y para ello es imprescindible un adecuado control de emociones.
- Toma de decisiones: consiste en la capacidad de elegir entre varias alternativas en función de las propias necesidades, anticipando consecuencias y resultados.
- Estimación temporal: habilidad para calcular, de modo aproximado, el paso del tiempo y duración de la actividad, que ayuda a planificar la tarea.
- Ejecución dual: entendida como la capacidad de realizar dos tareas de diferente tipo al mismo tiempo, prestando atención a ambas de manera constante.
Función de autocontrol
El autocontrol de la propia conducta es una habilidad esencial para la vida y la participación en comunidad. Las personas que tienen problemas de autocontrol, a menudo tienen dificultades en sus interacciones sociales. La función de autocontrol, hace referencia al control de acciones motoras, de las respuestas emocionales y de los pensamientos. En las relaciones sociales esta habilidad cumple una función muy importante, ya que permite regular la conducta y adaptarla al contexto social determinado. El autocontrol entiende un papel activo en la persona que decide, dirige y controla su conducta para un fin.
No implica restricción o inhibición de la identidad, sino más bien un control guiado de las conductas, y, por lo tanto, cumple una función adaptativa. Si las personas siguiesen constantemente sus impulsos y no fuesen capaces de controlar sus acciones, emitirían acciones inadecuadas y desajustadas en determinadas situaciones y podrían afectar las interacciones sociales. El autocontrol entra en juego en situaciones y actos sencillos, por ejemplo en la capacidad de esperar un turno en un juego, en controlar las emociones y no dar muestras en situaciones no adecuadas como puede ser un examen, o en una entrevista de trabajo, etc.
Las emociones sociales
El ser humano es un ser social por naturaleza, pero también es un ser emocional que no puede separarse de sus emociones. La vida social del ser humano genera muchas emociones y estados afectivos, que a su vez van a determinar las conductas sociales. Algunos autores sostienen que las emociones sociales son aquellas que las personas experimentan en la interacción social. Si todas las emociones pueden experimentarse en el seno de la relación, se podría decir que desde esta perspectiva todas las emociones pueden ser emociones sociales. No obstante, autores como Paul Ekman, diferencias entre emociones básicas y emociones sociales.
- Emociones básicas: son aquellas emociones que tienen connotaciones universales que hacen suponer un carácter innato. Ekman ha defendido el carácter básico de algunas emociones basándose en sus características expresivas. La expresión emocional de algunas emociones, que se consideran básicas y universales, por lo que se supone que su carácter es innato. Así se reconoce un pequeño grupo de emociones básicas: la ira, la tristeza, la alegría, el miedo, la sorpresa y el asco. Estas emociones básicas son respuestas biológicas a determinados estímulos del entorno, son respuestas innatas y universales.
- Emociones sociales: son aquellas emociones de carácter cultural o social, que se desarrollan como resultado del aprendizaje y que solo pueden entenderse en el contexto del grupo y la relación social. El proceso de socialización favorece el desarrollo de ciertas emociones como la vergüenza, el enamoramiento, los celos, la culpa, la indignación, la envidia, etc. Siendo estas, emociones las que se experimentan en un contexto social, en el seno de la interacción con los demás, dándose cuenta de los vínculos con los otros. Las emociones sociales son complejas experiencias emocionales, que, a menudo, engloban algunas de las emociones básicas y suelen superarlas en intensidad.
Altruismo y comportamiento prosocial
El comportamiento altruista y el comportamiento prosocial son tipos de acciones de ayuda que engranan las interacciones sociales, aunque son acciones semejantes, tienen diferencias:
- El comportamiento prosocial: hace referencia al conjunto de acciones que una persona de manera voluntaria realiza con el fin de beneficiar a otras personas. Es un comportamiento que implica cierta reciprocidad, se espera que en un futuro se reciba de vuelta cierto beneficio. Además implica cierto grado de cooperación, se entiende que la acción aporta un beneficio mutuo.
- El comportamiento altruista: se refiere a las acciones que una persona de manera voluntaria lleva a cabo para beneficiar a otras. En este caso, quien emite la conducta de ayuda no tiene un interés específico. Su motivación es la de promover el bienestar del otro, no anticipa recompensas o beneficios, ni a corto, ni a largo plazo. Es un comportamiento que no implica ni reciprocidad ni cooperación; el individuo no espera recibir ayuda en un futuro, ni tampoco busca obtener un beneficio mutuo.
¿Por qué las personas emiten comportamientos altruistas y prosociales? ¿Se trata de una conducta innata o es algo aprendido socialmente?. Existen diferentes aportaciones teóricas que tratan de explicar por qué una persona decide poner en marcha una conducta de ayuda; algunas ponen el peso en el componente innato y otras en su carácter aprendido.
Socialización en educación física
El proceso de aprendizaje sucede de múltiples maneras en el ser humano. Por esta razón, es importante entender que sea cual sea el campo de aplicación del proceso de transmisión del conocimiento, se debe tener en cuenta el cerebro como punto de partida. En el caso de la educación física, existen muchos factores a nivel cerebral y emocional que deben tenerse presentes durante la enseñanza brindada por el profesional en deporte.
TECH Universidad Tecnológica cuenta con un amplio portafolio educativo enfocado en el desarrollo y la alta calidad de la educación en su alumnado. Caso ejemplo de ello sucede al interior de su Facultad de Ciencias del Deporte, donde destacan posgrados tales como el Máster en Entrenamiento de Fuerza para el Rendimiento Deportivo y el Máster en Entrenamiento Personal Terapéutico. Sin embargo, para aquellos que buscan enfocar sus esfuerzos profesionales en el campo de la educación, no cabe duda que su mejor decisión será tomar el Máster en Neuroeducación y Educación Física.