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En este artículo se abordará fitoterapia en afecciones del sistema nervioso, plantas de uso tradicional para tratar trastornos del sueño y ansiedad, pero de las cuales no existen, por el momento, suficientes estudios clínicos que permitan incluirlas en las monografías de las principales instituciones de fitoterapia como indicadas para estas indicaciones.

Existen algunas plantas medicinales que pueden reivindicar las mismas indicaciones terapéuticas que las raíces de valeriana y las de kava o las partes aéreas de pasiflora, pero cuyo uso no está suficientemente avalado por ensayos experimentales y clínicos. En la mayoría de los casos, no existe una evaluación clínica de calidad adecuada; ni tampoco se dispone de ensayos experimentales homogéneos y consistentes que justifiquen su utilización tradicional.

Lúpulo (Humulus lupulus L.)

Pertenece a la familia Cannabaceae, familia que consta solamente de dos géneros (Humulus y Cannabis) y 4-6 especies. El lúpulo, también se denomina betiguera, hombrecillo, vidarria o lúpulo común, es una planta herbácea trepadora, de tallo áspero, largo y nudoso, hojas perennes y acorazonadas, formadas por hasta siete lóbulos, flores pequeñas, con sexos separados y fruto seco, parecido a una piña. Se utilizan las inflorescencias femeninas o estróbilos. El lúpulo se ha usado tradicionalmente como tranquilizante, así como en el tratamiento de la anorexia, neuralgias y cefaleas.

Por vía tópica se ha empleado en el tratamiento de lesiones cutáneas, úlceras cutáneas y quemaduras. Contiene derivados de floroglucinoles prenilados denominados a-ácidos (humulonas) y b-ácidos (lupulonas) y también productos de degradación de los mismos, entre los que se encuentra el 2-metil-3-buten-2-ol. También contiene flavonoides, aceite esencial (>0,35%), taninos condensados, y ácidos fenólicos derivados del ácido cinámico. Aunque se han llevado a cabo pocos estudios en seres humanos, los estudios realizados en animales sugieren que el lúpulo tiene efecto sedante. Además que mejora la calidad del sueño, tiene efecto ansiolítico y antidepresivo.

La actividad sedante de los extractos de lúpulo podría atribuirse a tres categorías de constituyentes presentes en los extractos lipofílos del lúpulo; los a-ácidos (principales constituyentes activos), los b-ácidos, y los componentes del aceite esencial. El mecanismo de acción parece estar relacionado con la potenciación de la activación de los receptores GABAA.

Además, algunos componentes del lúpulo, ha mostrado afinidad por determinados subtipos de receptores de melatonina (ML1, ML2) y serotonina (5-HT4e, 5-HTc y 5-HT7). Mismas que están relacionados con el ritmo circadiano y la regulación del sueño. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso tradicional para aliviar los síntomas de estrés mental y facilitar el sueño. Esto en la misma línea que ESCOP.

Lavanda (Lavandula angustifolia Miller)

La lavanda, también denominada alhucema, espliego y lavándula, es una planta herbácea que presenta hojas opuestas, simples, enteras y pinnatífidas. Posee inflorescencias dispuestas en pisos separados a lo largo del eje florífero, axilados por brácteas florales que aparecen a lo alto de la inflorescencia, las flores son de color azul-violáceo. Las inflorescencias de lavanda tienen actividad relajante e inductora del sueño. La planta florece en verano y la recolección de las flores para uso medicinal se lleva a cabo en los meses de julio y agosto. Las inflorescencias contienen aceite esencial, constituido por monoterpenos y sesquiterpenos.

También posee cumarinas, taninos, derivados del ácido cinámico, flavonoides, triterpenos y esteroides. Se han realizado escasos ensayos clínicos para demostrar la actividad sedante del aceite esencial de lavanda. En un estudio ejecutado con pacientes geriátricos benzodiacepino-dependientes, que al suspender el tratamiento experimentaban una disminución importante de la duración del sueño, se observó que, en presencia de la droga, la duración del sueño volvía a los valores normales.

Otro estudio actuado en pacientes de una clínica dental con un estado emocional alterado demostró que la aplicación a los mismos de aceite esencial de lavanda ayudaba a controlar la ansiedad. En estudiantes con alteraciones del sueño y con depresión leve se demostró que la esencia de lavanda también ejerce un efecto beneficioso en estas patologías. El efecto farmacológico del aceite esencial de lavanda se atribuye a monoterpenos como el linalol y citronelol. Mismo que además de interaccionar con los receptores olfativos, pueden actuar directamente sobre el SNC; ya que por su carácter lipófilo pueden atravesar fácilmente la barrera hematoencefálica.

Melisa (Melissa officinalis L.)

La melisa, también denominada balsamita mayor, cidronela, hierba cedrata y toronjil, es una planta perenne, con tallos herbáceos, rastreros, ligeramente lignificados en la base, de sección cuadrangular y hasta casi 1m de altura que crece en la cuenca del mediterráneo. Presenta hojas opuestas, con el limbo ovado y el margen dentado, de color verde intenso, con la superficie pilosa, con aroma a limón y un sabor amargo y aromático.

En verano florece, dando lugar a flores con la corola blanquecina, y muy ricas en néctar. De esta manera atrayendo polinizadores, a lo que deben su nombre (melissa significa “abeja melífera” en griego). Las hojas y, en ocasiones, la sumidad aérea, se utilizan tradicionalmente por sus cualidades sedantes, espasmolíticas, carminativas, coleréticas y antibacterianas. Contiene un aceite esencial como citral y citronelal, terpenos como pineno y limoneno, y alcoholes como geraniol y linalol). Además del aceite esencial, pueden encontrarse derivados del ácido cinámico, flavonoides, triterpenos y taninos.

El aceite esencial de las hojas de melisa tiene propiedades sedantes, disminuye el período de latencia del sueño y la actividad motora y prolonga la duración del sueño. Además, los resultados de un ensayo clínico, doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo en el que se investigan los efectos de melisa sobre el estrés psicológico inducido muestran que, a dosis de 600 mg diarios, esta planta es capaz de mitigar los efectos del estrés. Dos ensayos multicéntricos realizados en niños menores de 12 años con insomnio demuestran que la combinación melisa-valeriana resulta eficaz. Los mecanismos principales propuestos para la actividad sedante de esta planta son:

  • Inhibición de la enzima GABA-transaminasa (IC50 del extracto acuoso de melisa: 0,35 mg/ mL) con el consiguiente incremento de dicho neurotransmisor a nivel cerebral.
  • Afinidad de diversos componentes del extracto etanólico por el receptor benzodiacepínico GABAA.

Tilo (Tilia cordata, Mill., T. platyphyllos Scop., T. sylvestris Desf.)

El tilo es un árbol caducifolio, con hojas de 6-12 cm de longitud que tienen forma orbicular-ovada, dentada y punteadas. Las flores son pequeñas, con 5 pétalos blancas o amarillentas, muy olorosas. El fruto ovalado, muy peloso y surcado por 5 líneas, contiene de 1 a 2 semillas. La corteza es grisácea y agrietada. El tilo crece de manera natural en la parte norte de la Península Ibérica y en el resto de Europa.

Las inflorescencias y brácteas del tilo se utilizan tradicionalmente en el tratamiento de la ansiedad, el insomnio, el nerviosismo, las dispepsias, los espasmos abdominales y la retención urinaria. Las inflorescencias contienen flavonoides, mucílagos (10%), trazas de aceite esencial (alfapineno, limoneno, nerol, eugenol) y ácidos fenólicos derivados del ácido cinámico. Popularmente, se le atribuye actividad hipnótica y sedante, ya que produce depresión del SNC y disminuye el período de inducción del sueño. No existen ensayos clínicos que den un soporte farmacológico a esta actividad. La Agencia Europea del Medicamento, aprueba su uso tradicional como tranquilizante suave.

Fitoterapia en afecciones del sistema nervioso en la actualidad

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