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El modelo cognitivo-conductual es un modelo psicoterapéutico basado en las terapias cognitivas y el conductismo. Se basa en el control del paciente sobre la relación que hay entre conducta y pensamiento guiado por un psicólogo altamente capacitado. En el presente artículo daremos una introducción al modelo cognitivo-conductual, sus bases teóricas y características principales.
Desarrollo del modelo cognitivo-conductual
La combinación de la teoría del aprendizaje con los modelos del procesamiento de la información han sido los principios del modelo cognitivo-conductual. Este modelo supone la integración de una metodología rigurosa y un estilo de actuación basado en las técnicas conductuales. Los procesos de aprendizaje y la influencia de los modelos en el sujeto, junto a la manera de procesar la información, componen la explicación de la conducta sana y patológica. La cognición, la conducta y las emociones están fuertemente interconectadas y se retroalimentan.
La conducta humana se adquiere por aprendizaje. Abarca los principios y técnicas de la teoría del aprendizaje. Es el aprendizaje lo que diferencia a los sujetos cuando sus bases biológicas se equiparan. Aquí está la influencia del medio ambiente en la adaptación de las conductas.
Condicionamiento
Las bases teóricas del modelo conductual están expresadas en el condicionamiento clásico o simple. Para Pávlov, el aprendizaje se produce por las conexiones de los estímulos medioambientales y las reacciones relacionadas con las de los animales. El condicionamiento clásico se interesa por los estímulos que evocan las respuestas. De ahí que los estímulos neutros puedan convertirse en condicionados por su proximidad, a estímulos ya condicionados o incondicionados de naturaleza.
El condicionamiento operante pone el énfasis en las consecuencias que tiene la forma de reaccionar o responder, y por lo tanto pone el énfasis en las acciones. Cuando a una acción le acompaña un castigo, esta tiende a no querer repetirse, y todo lo contrario si a la acción le sigue un refuerzo. Thorndike llega a la ley de los efectos, postula que son las consecuencias que siguen a la conducta las que ayudan a aprender y explicar el comportamiento complejo.
Aprendizajes de la conducta
En el aprendizaje vicario o por modelaje, Bandura explica cómo la observación de otros es uno de los acicates del aprendizaje, teniendo en cuenta, además, la asociación de estímulos (condicionamiento clásico) o las consecuencias de la conducta (condicionamiento operante). Existe un amplio complejo simbólico-cognitivo que envuelve el aprendizaje observacional que explica el aprendizaje social.
Las creencias personales, las actitudes, las expectativas, las atribuciones y las actividades cognitivas, hacen entender y predecir la conducta, especialmente la conducta psicopatológica. Aron Beck indica que el individuo desarrolla un esquema desde el cual se ve a sí mismo y a los demás, este esquema afecta sobremanera a lo que percibe, renombra y prioriza como importante. Los términos, estructuras, proposiciones, operaciones, productos, están ligados a memoria o almacenes de información (estructuras), recuerdos o creencias (proposiciones), mecanismos de atención, tareas de codificación y recuperación de la información (operaciones), o juicios, decisiones, atribuciones e imágenes (productos).
La estructura cognitiva
La estructura cognitiva es toda la información que se estructura y se almacena internamente, siendo como un filtro de los procesos cognitivos en forma de plantilla, o de matriz. El contenido de las estructuras cognitivas es la información que se representa en cada momento, siendo el lenguaje interno, el auto diálogo. Estos contenidos se almacenan, sean positivos o negativos, en forma de esquemas. Los procesos u operaciones cognitivas tienen que ver con el sistema para que puedan funcionar, tales como las tareas de codificación y la recuperación de la información. El resultado final son los productos cognitivos sobre la información, son en sí las cogniciones y los pensamientos que se experimentan y de las que se suele tener conciencia.
Nuevas terapias según el modelo cognitivo-conductual
Dentro de los nuevos enfoques provenientes de la psicoterapia cognitivo conductual, y denominadas Tercera Generación de terapias cognitivo-conductuales, emergen algunas como la Terapia Dialéctico-Conductual (TDC) de Marsha Linehan o la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) de Hayes et al.
La TDC, desarrollada por Linehan para tratar el Trastorno de Personalidad Límite, se realiza asistiendo semanalmente a una sesión terapéutica y sesiones de grupo de 2 horas y 30 minutos semanales. El contacto telefónico entre sesiones con el terapeuta es parte de la intervención.
La ACT describe la adicción como un patrón de regulación de la Evitación Experiencial que es destructiva para el paciente. Como alternativa a la evitación experiencial, esta terapia propone “[…] la aceptación psicológica, el estar dispuesto a notar, contactar, sentir y pensar lo que traigan, en cada momento las circunstancias actuales […] (Luciano et al., 2010). El Programa de reducción del Estrés, basado en el Mindfulness o conciencia plena, también ha sido implementado con adictos.
Técnicas cognitivas
La terapia cognitiva, siguiendo el modelo cognitivo-conductual, afirma que la forma en que se percibe y la estructura de las experiencias que se tienen determinan los sentimientos y la conducta. La estructura, también denominada esquema cognitivo o supuestos personales, está compuesta de patrones cognitivos estables a través de los cuales se conceptualiza la experiencia. Son valores, creencias y metas personales de las que es consciente o no. Estos esquemas pueden estar inactivos un tiempo y desencadenarse o precipitarse en situaciones concretas produciendo distorsiones cognitivas (procesamiento distorsionado de la información) y pensamientos automáticos (contenido de esas distorsiones).
En la intervención con el paciente los pensamientos automáticos pueden recogerse a través de los propios comentarios del paciente, en la consulta, cuando expresa las cogniciones, emociones y conductas que experimenta entre sesiones y que están relacionadas con las dificultades que tiene, las experimentadas durante las sesiones y la información contenida en los autorregistros escritos por el paciente como tarea entre sesiones.
Cuando ya se ha recogido dicha información, esta se puede abordar en colaboración con el paciente en tres niveles: el significado que otorga el paciente a los hechos acontecidos en el pasado que tienen que ver con sus dificultades, el significado que le da a su experiencia, y que el terapeuta agrupa en patrones cognitivos, y la articulación de patrones cognitivos en significados personales o esquemas cognitivos que se encuentran a la base de su conducta.
Una vez que se conceptualizan de esta forma los problemas, se iniciará el tratamiento para modificar esas distorsiones cognitivas y supuestos personales. Para lograr este fin, el terapeuta podrá utilizar técnicas cognitivas o conductuales. Estas técnicas se presentan en las sesiones, se ensayan en ellas, y se envían como tarea para casa con el fin de aplicarlas en un problema determinado.
Técnicas cognitivas
Entre las técnicas cognitivas se encuentran las siguientes: técnicas de detección de pensamientos automáticos, clasificación de distorsiones cognitivas, búsqueda de evidencia que valide los pensamientos automáticos, concreción de hipótesis, reatribución, descentramiento, descatastrofización, uso de imágenes y manejo de supuestos personales. Entre las técnicas conductuales que se pueden realizar están: programación de actividades incompatibles, escala dominio-placer, asignación de tareas graduadas, entrenamiento asertivo, entrenamiento en relajación, ensayo conductual y exposición en vivo.
Terapéutica con el modelo cognitivo-conductual
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