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El diagnóstico en fisioterapia es el proceso de análisis de las deficiencias y discapacidades observadas y/o estudiadas, cuyas deducciones permiten establecer un programa de tratamiento en función de las necesidades observadas y escoger el modelo terapéutico apropiado a realizar. En este artículo daremos una breve introducción al manejo del diagnóstico en esta especialidad.
¿Qué es el diagnóstico?
Lo más importante de esta definición hace constatar que el diagnóstico es el primer paso para crear un correcto programa de tratamiento, y van íntimamente unidos una cosa con la otra. No solo no se puede crear un programa de tratamiento sin un buen diagnóstico, sino que cuanto mejor sea el diagnóstico, mejor será el tratamiento.
Durante muchos años la fisioterapia se ha dedicado al tratamiento de diferentes afecciones o patologías, tratando sus síntomas, sin en muchas ocasiones entrar en el detalle de cuál era el origen del mismo, por tanto, sin dar una relevante importancia al diagnóstico. Se debe empezar a trabajar el concepto de diagnóstico y darle toda la amplitud posible, porque cuanto más amplio sea este concepto, más al origen de la afección o la patología se puede llegar.
Actualidad del diagnóstico en fisioterapia
En la actualidad, y cada vez más, por suerte tanto para el profesional como para el paciente el tratamiento ya no es simplemente de los síntomas que provoca la afección, sino es todo un proceso de diferentes pruebas diagnósticas y herramientas que dispone la fisioterapia, junto con el conocimiento y la práctica del profesional. Lo cual provoca un mayor avance tanto en el proceso del diagnóstico como para elegir la mejor práctica de fisioterapia, haciendo de esto una parte importante del tratamiento.
Por tanto, la figura del fisioterapeuta y la fisioterapia ha cambiado mucho en los últimos 20 años. De ser un profesional casi desconocido, que únicamente estaba dedicado a aplicar los tratamientos que prescribía el médico, siendo prácticamente una herramienta de trabajo con poca capacidad de decisión, un ejecutor de técnicas de tratamiento, a ser un profesional con independencia y autonomía para poder decidir la técnica de tratamiento que desea realizar para mejorar el estado del paciente que acude a su consulta. Esto ha sido gracias a la posibilidad de empezar a practicar las técnicas de diagnóstico a disposición del fisioterapeuta. Por este motivo, ya en muchas ocasiones, los propios pacientes eligen directamente acudir a un fisioterapeuta, sin tener que pasar previamente por una consulta médica.
Fisioterapia en España
Para técnicas que se realicen en España, bajo el sistema de salud español, el diagnóstico pasa por la prescripción de un facultativo en la mayor parte de los casos de atención especializada. Aunque en centros de atención primaria ya se está avanzando en la consulta independiente de fisioterapia, sin la necesidad de tener que pasar por otras especialidades, simplemente derivado por el médico de cabecera, aún no se tiene la independencia ni el reconocimiento para practicarlo en el sector público
La fisioterapia, por tanto, se puede adaptar en muchas ocasiones al momento de tratamiento y a las necesidades de muchos pacientes, pudiendo usar unas herramientas u otras de tratamiento hasta que se confirme su diagnóstico total. En pocas ocasiones la actuación de la fisioterapia es nula.
También, dependiendo del tipo de lesión, afección, o dolor que tenga el paciente, hace que se acuda de primeras a una sesión de fisioterapia o a una consulta médica. Aún se mantiene un concepto social de que la fisioterapia es para patologías leves o de necesidad simplemente de un “masaje” y que, para otras cosas más serias, se debe acudir a una consulta médica.
Uso de la CIF en el diagnóstico fisioterápico
La CIF no pretende clasificar condiciones patológicas, pues para ello la OMS elaboró la CIE-10 (abreviatura de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima revisión). Por lo tanto, ambas son complementarias. Se propone el uso de la CIF para aplicarla en la elaboración del diagnóstico fisioterápico, dado que sus categorías desde la perspectiva corporal, individual y social tienen relación estrecha con la naturaleza y niveles de estudio de la fisioterapia.
La CIF pertenece a la “familia” de clasificaciones internacionales desarrolladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que pueden ser aplicadas a varios aspectos de la salud. Su objetivo principal es “brindar un lenguaje unificado y estandarizado y un marco conceptual para la descripción de la salud y los estados relacionados con ella”.
En la CIF se habla de enfoque biopsicosocial. Siempre que se atiende cualquier tipo de “enfermedad” se debe hacer una valoración desde no solo cómo afecta al individuo en su parte biológica y su alteración corporal, tanto de dolor como de discapacidad funcional, sino también en cómo afecta en la parte social y psicológica todo el proceso. Por tanto, se deben considerar también dentro del proceso de diagnóstico no solo el funcionamiento y la funcionalidad de las partes del cuerpo, sino también factores contextuales, como son los ambientales y los personales y como afecta la patología en estos factores.
Diagnóstico fisioterápico vs diagnóstico médico
El diagnóstico fisioterápico se diferencia del diagnóstico médico y no debe pretender reemplazarlo, confirmarlo, ni confrontarse con él, en todo caso complementarlo. Esto facilitará la comunicación interprofesional e intraprofesional a través de un lenguaje común.
Cuando un paciente acude a un fisioterapeuta para ser atendido y para que este le ayude a mejorar su dolor y/o rehabilitar la zona afectada debe comprender que, antes de empezar el tratamiento, es muy importante que el profesional realice una buena valoración y diagnóstico en fisioterapia, e insistir mucho en esta valoración, ya que en muchas ocasiones, y con la experiencia, llega un momento en que se mecaniza en exceso el trabajo y se dejan de aplicar estas pruebas diagnósticas o de valoración y no se deben abandonarlas, tanto para dar seguridad al paciente a la profesión y para que el tratamiento sea mucho mejor.
El diagnóstico debe ser un proceso de valoración y revaluación constante o periódica. A través de la valoración y del diagnóstico, el fisioterapeuta podrá marcarse unos objetivos de tratamiento concretos y alcanzables y lo más beneficiosos para el paciente.
Una vez que el fisioterapeuta lo ha valorado y diagnosticado, y crea el plan de tratamiento, el paciente entra en un proceso de recuperación, basado en la confianza depositada en el paciente. Por lo tanto, todo este proceso tiene una gran importancia porque forma parte ya del proceso de recuperación. Si el fisioterapeuta no es capaz de ganarse la confianza del paciente en este proceso inicial, va a tener que dedicar el resto de la sesión o sesiones sucesivas a ganarse su confianza, y todo esto favorece el proceso de recuperación.
Profundización en el diagnóstico en fisioterapia
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