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El calzado deportivo es una herramienta fundamental en la práctica deportiva ya que de él depende en gran parte evitar las lesiones y obtener un mayor rendimiento. Llevar un calzado inadecuado supondría no tener unos buenos apoyos y ello tendría una repercusión directa y negativa en toda nuestra estática, con lo que favoreceríamos lesiones por sobrecarga de diversa índole.
Partes del calzado deportivo
El calzado deportivo sirve para proteger al pie de roces y abrasiones, ejercer un efecto amortiguador entre éste y el suelo, reducir el esfuerzo de los músculos y de los tendones y tener un buen agarre a las diferentes superficies del suelo en función del deporte. La parte superior cubre el dorso, dedos y parte posterior del pie. Consta de puntera, pala, zona de abrochado, lengüeta, laterales y contrafuertes del talón.
Los materiales más usados para su constitución son la piel, el nylon y el plástico. Entre ellos hay grandes diferencias en cuanto a ventilación, flexibilidad y resistencia, siendo factores muy importantes a la hora de realizar la elección final del producto. Para una correcta elección del calzado deportivo, según nuestras necesidades, es conveniente un buen conocimiento de los componentes de este tipo de calzado y de sus características:
La horma
Este elemento determina la forma y el tamaño del zapato, sirviendo como base para la construcción del mismo. Hoy en día se distingue la horma recta y la curva. La horma recta proporciona un control sobre la pronación del pie y facilita un apoyo en la parte interna, bajo el arco plantar. Este tipo de calzado está indicado para corredores lentos que aterrizan sobre sus talones, así como para aquellos que presentan una pronación exagerada. En cambio, la horma curva se aconseja para los corredores que tienen tendencia a la supinación, o bien con pies rígidos de arco plantar elevado, ofreciendo un soporte mayor en la zona externa del pie durante la carrera. Son más ligeros y flexibles que los de horma recta. Los pies normales se adaptan mejor con zapatos ligeramente curvados o semicurvados, que son los denominados de horma mixta.
El material de corte
Engloba en él tanto el empeine como los diversos refuerzos externos superpuestos en el dorso del pie, así como la plantilla interna. Deben tener un ribete blando en el tobillo, con un área bien almohadillada para proteger el tendón de Aquiles, o una muesca en el contrafuerte del tacón para eliminar la presión sobre la parte más baja del citado tendón, sobre todo en las zapatillas de carrera.
El contrafuerte
Es una lámina rígida situada en el talón que aporta estabilidad a la zona posterior del pie. Un contrafuerte externo más firme, de goma dura o de plástico, sirve como refuerzo para el contrafuerte del tacón. Una extensión interna del contrafuerte puede sumar una mayor estabilidad, útil para aquellos deportistas que tengan pies flexibles.
La mediasuela
Es el material resistente situado entre la parte superior del calzado y la suela propiamente dicha. Todos los fabricantes de calzado deportivo tienen como prioridad encontrar un material óptimo para la mediasuela, que absorba los impactos y proporcione estabilidad. Ello ha llevado al empleo de elementos de densidad diversa, materiales compuestos y capas de diferente composición. El tipo de material más empleado en la fabricación de esta mediasuela es el acetato etilenvinilo (EVA) o poliuretano, existiendo de ambos multitud de variantes. Los grandes expertos en biomecánica, la consideran el elemento con mayor relevancia, dada su funcionalidad mecánica, puesto que es clave su participación en cuanto al rendimiento y en cuanto a la prevención de lesiones.
La suela
Es la parte del calzado que contacta directamente con el terreno. Debe reunir cuatro características: adherencia, amortiguación, estabilidad y durabilidad. También debe tener un efecto aislante del frío y repelente del agua. Los materiales utilizados son generalmente goma y materiales plásticos. La calidad de cada material depende de sus propiedades físicas, presentes en todos ellos, aunque en diferente proporción. Estas propiedades son: elasticidad, dureza, rebote, compresión, resistencia a la abrasión y densidad.Como norma general, se aconseja, para suelos duros, la utilización de suela blanda que absorba el choque; y, para suelos blandos, una suela dura que mejore el rendimiento deportivo. Si la superficie es de tierra, la suela debe disponer de surcos o clavos por toda ella, de modo que se distribuya la presión. Si se entrena sobre campo, se intentará buscar un calzado que permita una buena sujeción y una buena base, con suela no excesivamente blanda.
El relieve de la suela debe poseer tacos pequeños que no deslicen y permitan adaptarse al terreno. En el campo el impacto suele ser pequeño, pero, en cambio, el riesgo de torceduras es grande. Si se trata de una superficie de asfalto o similar, el riesgo de torcedura es menor, pero el choque es mayor, por tanto, la suela debe tener cuñas confeccionadas con material de gran absorción (EVA, aire, …) y la base debe de ser amplia y resistente al desgaste, con relieve no exagerado, pero que agarre y no deslice. En cambio, si la superficie es abrasiva se buscará un calzado cuya suela se prolongue para proteger la puntera. Si el suelo es liso se optará por una suela antideslizante.
Indicaciones para la correcta elección del calzado deportivo
- Entre el dedo más largo y la punta debe de quedar medio cm. Se aconseja que no se adquiera el mismo número que el empleado para el calzado diario. Conviene probarse el calzado por la tarde.
- Al presionar sobre la pala con los pulgares, ésta debe deformarse.
- El ajuste debe ser perfecto. No deben aparecer arrugas por ser excesivamente ancho.
- Confortable desde el principio. Los dedos deben flexionarse con facilidad, permitiendo rascar cómodamente la plantilla.
- El talón será cómodo y ajustado al contrafuerte. El empeine igualmente debe quedar sujeto (anudado en “U”).
- La elección de este tipo de calzado nunca debe basarse en la estética. Será utilizado para la actividad deportiva para la que fue diseñado.
El papel de los calcetines
Hay que evitar el nylon puro en los calcetines, ya que recalienta e irrita. Los más recomendables son los de algodón, porque absorben el sudor y favorece su evaporación, además de ser una fibra natural que no provoca irritaciones. Es aconsejable que sean de tipo tubo, ya que éstos se adaptan perfectamente a nuestros pies. No deben aparecer arrugas. Unos calcetines holgados pueden provocarlas, produciéndose entonces un efecto cuña, clavándose en la planta del pie y produciéndonos un deterioro de la integridad cutánea.
Calzado deportivo en la Podología
Existen distintas patologías asociadas al uso inadecuado del calzado deportivo o de un calzado deportivo deficiente. El diagnóstico y tratamiento de estas patologías, y la prevención de las mismas, están en manos de un médico especialista en podología. El podólogo no solo debe conocer sobre medicina deportiva, sino que se mueve en un espectro médico amplio, desde la edad pediátrica hasta la edad avanzada. Si estás interesado, en TECH Universidad Tecnológica te ofrecemos el Máster en Podología Clínica Avanzada, una oportunidad única para actualizar tus conocimientos en esta disciplina con los últimos avances científicos que cada día siguen publicándose.
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