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En los últimos años se ha presentado una disminución significativa de la mortalidad por cáncer. Este aumento en la supervivencia depende principalmente de dos factores: por un lado, el diagnóstico precoz y la eliminación eficaz del tumor, y, por otro lado, la prevención y manejo precoces de las secuelas provocadas por su tratamiento. Con todo, la toxicidad cardiaca (TC) aparece en hasta el 30% de los millones de pacientes que hoy día son tratados por procesos oncológicos como una complicación grave en el tratamiento. Por eso, dentro del campo de estudio de la cardiología oncológica es importante comprender los tipos de neoplasias hematológicas que existen.

Epidemiología de neoplasias hematológicas

Las neoplasias hematológicas son un grupo muy heterogéneo de tumores que afectan tanto al tejido hematopoyético como al tejido linfoide. La Organización Mundial de la Salud (OMS) revisa periódicamente esta clasificación, que está basada en el reconocimiento de entidades que comparten comportamiento clínico, características anatomopatológicas, inmunofenotípicas, citogenéticas y moleculares, y tratando de buscar siempre la célula de origen de donde se origina el tumor. La última clasificación vigente es de 2016, y se reconocen casi 200 neoplasias hematológicas diferentes. Dentro de las principales encontramos linfomas, mielomas y síndromes mieloproliferativos.

Linfomas

Linfomas no Hodgkin

Los LNH son los 7º tumores más frecuentes en el ser humano, representando el 4,2 % de todos los nuevos casos de cáncer en EE.UU., según datos del SEER realizado entre 2012-2016. El número de nuevos casos de LNH en los EE.UU. se estima en 19-20 casos por cada 100.000 habitantes por año, y el número de muertes debido al LNH en 5-6 casos por 100.000 habitantes por año.

El riesgo de desarrollar un LNH es de 2,2 % en algún momento de la vida, si bien existen otras circunstancias cuyo riesgo aumenta mucho su incidencia como son determinadas infecciones (VIH, VHB, VHC, EBV o Helicobacter pylori), trastornos autoinmunes sistémicos (Síndrome de Sjogren o artritis reumatoide), o la inmunosupresión crónica (trasplante de órganos sólidos). La edad mediana de diagnóstico es de 67 años, siendo más frecuentemente diagnosticado en la década de los 65-74 años. La edad mediana de muerte por LNH es mayor, y está en los 76 años, siendo más frecuente morir por LNH en la década de los 75-84 años. Esto, en parte, es debido a características biológicas propias de la edad, a un exceso de toxicidad por los tratamientos administrados con intención curativa y, en ocasiones, a un infratratamiento debido, únicamente, a criterios de edad.

En la última década, el porcentaje de nuevos casos de LNH se ha reducido a ritmo de 0,9 % cada año, y la mortalidad debido al LNH en 2,2 % cada año. Esto hace que, aunque la incidencia haya disminuido ligeramente, la prevalencia aumente debido a que se consiguen elevadas tasas de curación y, por tanto, un elevado número de largos supervivientes a los que tendrán que monitorizar toxicidad CV a largo plazo.

Linfoma Hodgkin

El LH es un tumor muy infrecuente, ocupando la posición 26º de los tumores más frecuentes en el ser humano, lo que representa el 0,5 % de todos los nuevos casos de cáncer en EE.UU. según datos del SEER realizado entre 2012-2016. El número de nuevos casos de LH en los EE.UU. se estima en 2-3 casos por cada 100.000 habitantes por año, y el número de muertes debido al LH en 1 caso por 100.000 habitantes por año.

El riesgo de desarrollar un LH es mayor en los adultos jóvenes, si bien existen otras circunstancias cuyo riesgo aumenta mucho su incidencia como son determinadas infecciones (VIH, VHB, VHC o EBV) o la inmunosupresión crónica. La edad mediana de diagnóstico es de 39 años, siendo más frecuentemente diagnosticado en la década de los 20-34 años. La edad mediana de muerte por LH es mucho mayor, y está en los 68 años, siendo más frecuente morir por LH en la década de los 75-84 años. Esto, en parte, es debido a características biológicas propias de la edad, a un exceso de toxicidad por los tratamientos administrados con intención curativa y, en ocasiones, a un infratratamiento debido únicamente a criterios de edad.

En la última década, el porcentaje de nuevos casos de LH se ha reducido a ritmo de 1,8 % cada año, y la mortalidad debido al LH en 4,0 % cada año. Esto hace que, aunque la incidencia haya disminuido ligeramente, la prevalencia aumente debido a que se consiguen elevadas tasas de curación y, por tanto, un elevado número de largos supervivientes a los que se tendrá que monitorizar toxicidad CV a largo plazo.

Mieloma múltiple

Esta neoplasia hematológica supone el 1,8 % del total de nuevos casos de cáncer en EE.UU. y su mortalidad es inferior a 2,1 % del total de cánceres. Su supervivencia a 5 años se ha incrementado en los últimos años hasta un 52,2 %, aunque, a día de hoy, se sigue considerando una enfermedad incurable a pesar del gran avance con los nuevos fármacos.

La edad mediana de diagnóstico es de 69 años, siendo más frecuentemente diagnosticado entre 65-74 años. La edad mediana de muerte está en los 75 años, siendo más probable morir entre 75-84 años.

El mieloma ha sufrido una revolución en sus tratamientos con esquemas libres de quimioterapia, lo que ha permitido tratar a pacientes de edad más avanzada y con comorbilidades que no eran candidatos a recibir esquemas con inmunoquimioterapia. También es cierto que el autotrasplante de progenitores hematopoyéticos ha supuesto prolongar de forma significativa la supervivencia de los pacientes más jóvenes, que son los candidatos a recibir este tipo de procedimiento.

Síndromes mieloproliferativos

Dentro de los síndromes mieloproliferativos, caracterizados por la proliferación en la médula ósea de células de la estirpe mieloide, se encuentran aquellos con exceso de producción de hematíes (policitemia vera), leucocitos (leucemia mieloide crónica) y plaquetas (trombocitemia esencial).

Desde el punto de vista CV, la que más relevancia tiene es la leucemia mieloide crónica (LMC) debido al uso de fármacos con potenciales adversos CV y porque dichos fármacos se toman de forma indefinida. Es una forma de leucemia crónica muy infrecuente, suponiendo el 0,5 % de los nuevos casos de cáncer en EE.UU. Su supervivencia a 5 años es cercana al 70 %. En la última década, el porcentaje de nuevos casos se ha incrementado a ritmo de 1,2 % cada año, y la mortalidad se ha reducido en 1,3 % cada año.

Neoplasias hematológicas y cardiología oncológica

Hay muchas otras neoplasias hematológicas relevantes, como los síndromes linfoproliferativos crónicos o las leucemias agudas, ya sean mieloides o linfoides. En el campo del tratamiento oncológico es de suma importancia el estudio de las complicaciones de estos tumores, pues, como en el caso de la toxicidad cardiaca, son graves y afectan negativamente el pronóstico de los pacientes. TECH lo sabe, por eso ha diseñado el Máster en Cardiología Oncológica para los profesionales de la salud interesados en fortalecer sus conocimientos en la especialidad. El programa ofrece los conocimientos más actualizados en detección precoz, tratamiento dirigido y mecanismos de acción de terapia.

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