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Se ha concluido que como parte de los efectos de la Industria 4.0 se facilitará procesos más rápidos, flexibles y eficientes para producir bienes de calidad a costes reducidos; es decir, incrementará la productividad. Asimismo, se estima que hará aumentar la demanda de nuevos equipos y aplicaciones por parte de las empresas y de una amplia variedad de productos personalizados. Esto por parte de los consumidores, que generarán unos ingresos adicionales de unos 30 000 millones de euros por año.
Todo ello impulsará la innovación, facilitará el respeto por el medio ambiente (ahorrando materias primas y generando menos residuos). Mejorará la seguridad en el trabajo, puesto que no se expondrá los trabajadores a tareas y materiales peligrosos. Evidentemente, para que todo esto sea posible, hace falta una mejora de las infraestructuras tecnológicas (especialmente la banda ancha fija y móvil). Esto para que puedan soportar todo el volumen de datos que tendrá que circular por ellas y adaptar la legislación para dar más facilidades a la creación de empresas. Además de velar más para que las primeras empresas en llegar no abusen de un poder de mercado excesivo.
Parece bastante evidente que los efectos de la Industria 4.0 expuestos hasta aquí harán que las empresas industriales (tanto de bienes de equipo como otras) tengan que establecer un programa de prioridades para incorporarse a esta revolución. Además, definir el modelo de negocio que quieren seguir, establecer cambios organizativos, adaptar la fuerza de trabajo, desarrollar alianzas estratégicas, etc.
Impacto en el empleo
Como se ha dicho, uno de los efectos de la Industria 4.0 que más se ha estudiado y que más debate genera es el de la generación y destrucción de empleo. De acuerdo con Canals (2016), la automatización provoca un efecto sustitución; destruye puestos de trabajo en determinados sectores y empleos, pero también existe el efecto complementariedad. Hay puestos de trabajo en los que la automatización complementa las tareas del trabajador, por lo que incrementan la productividad y la remuneración. Se podría hacer un estudio y previsión sobre qué profesiones tenderán a ser sustituidas por sistemas robotizados o automatizados.
En principio, todas aquellas que representen la ejecución de tareas repetitivas o que supongan riesgo para la salud e integridad física de las personas. Estas seguramente serán automatizadas. Las menos afectadas serán las que requieren habilidades exclusivas del ser humano; como la creatividad, la motivación, la innovación, la cooperación, la intuición, la capacidad de comunicar y emprender, la persuasión y la originalidad.
Un ejemplo de estudios de previsión de profesiones afectadas, se puede encontrar en un estudio que se realizó ya hace bastantes años. Analizaba distintos tipos de profesiones, clasificándolos en tres tipos de grupos de riesgo e indicando la probabilidad que tenían de desaparecer y ser automatizadas.
Hoy en día seguramente la probabilidad de los transportistas sería superior debido a los avances que se están consiguiendo en los vehículos autónomos. Además, que terminarán por hacer desaparecer, en un futuro no muy lejano, algunas profesiones referentes al transporte de personas y mercancías. Del mismo modo, la inteligencia artificial, el desarrollo de técnicas de procesado de lenguaje natural y su aplicación en chat bots y asistentes virtuales ha hecho desaparecer puestos de trabajo en call center y personas dedicadas al telemarketing.
Industrialización moderna
Otro enfoque optimista lo aportó Lorenz et. al. (2015), de Boston Consulting Group, quienes afirmaban también que las mejoras de productividad evitan deslocalizaciones e incluso crean empleo. Sobre esta base, los autores estimaban que el escenario más probable de cara al 2025 sería un crecimiento adicional del PIB del 1 % anual. Esto debido a la Industria 4.0, lo que haría que esta digitalización de la industria llegara al 50 % del total. Esto generaría una pérdida de 610 000 puestos de trabajo en toda la cadena de producción. Mismos que se vería compensada con un aumento de 960 000 puestos en I+D y TIC, lo que daría un crecimiento neto de empleo de 350 000 personas.
Existe, también, otros tipos de datos o estudios menos optimistas, el World Economic Forum en 2016 afirmaba que, si no se toman medidas, los gobiernos tendrán que enfrentarse a un desempleo cada vez más grande. Por lo tanto, una base de consumidores cada vez más pequeña y preveía una destrucción neta de 5 millones de puestos de trabajo (7 millones destruidos y 2 millones creados).
Tal como es señalado por el autor de este texto: La robotización y automatización generará más puestos de trabajo de los que destruirá. Eso sí, requerirán cierta especialización tecnológica, y, por otro lado, un incremento de robots no significa una mayor tasa de desempleo. Estas ideas se pueden corroborar con un simple análisis de las cifras sobre el índice de robots industriales por población en diferentes países. Según cifras de la Federación Internacional de Robótica, el ranking 2017 de países con un mayor número de robots industriales por número de empleados; está encabezado por Corea del Sur, con 631 robots por cada 10 000 empleados industriales.
El futuro del trabajo y nuevas profesiones
Tal y como es expuesto en el libro del presente autor, es un hecho que se está asistiendo a una creciente digitalización de las empresas. Esto, está produciendo un cambio en las distintas profesiones que se desempeñan y en las futuras que se tendrán que desempeñar. Esta revolución, en lo que a tipo de profesiones se refiere, depende de tres factores fundamentales:
- Los datos
- La descentralización
- La automatización
Todo partirá de los datos, de su calidad y de la capacidad de obtención y procesamiento de estos con el fin de generar la información adecuada. Misma que debe ser evaluada con anterioridad a la toma de decisiones que corresponda. Por otro lado, los puestos de trabajo se han globalizado y descentralizado. Se puede trabajar desde cualquier parte del mundo, sin necesidad, en un alto índice, de presencia física, a cualquier hora y en cualquier momento. Todo ello gracias a las tecnologías cloud (Nube), a nuevas aplicaciones y a los avances en conectividad. Por último, toda actividad repetitiva o de riesgo para el ser humano tenderá a automatizarse y robotizarse.
Coinciden estudios y expertos en que alrededor del 75 % de las ocupaciones profesionales del futuro todavía no se han inventado y en que en su inmensa mayoría estarán ligadas a los avances tecnológicos. No solo los trabajos están cambiando, el lugar de trabajo, tal y como se conoce, también lo está haciendo y aún lo hará más. Ya se ha vivido durante la pandemia. De repente, el teletrabajo se hizo realidad para muchos de nosotros y con él se disparó el uso de aplicaciones que lo facilitaron y que hasta ese momento ni se conocía, ni se usaba.
Desarrollo industrial en la modernidad
El proceso de industrialización ha existido desde que el ser humano comenzó a buscar formas de evolucionar sus procesos de manera que su vida diaria fuera más sencilla. Las diferentes etapas del mismo no han tenido fin, manteniendo siempre diferentes parámetros que permiten avanzar en las diferentes corporaciones. Este desarrollo se basa en el conocimiento del ser humano aplicándolo de la mano de nuevas tecnologías, procedimiento que es realizado, por lo general, de la mano de profesionales con altos conocimientos en el campo.
TECH Universidad Tecnológica desarrolla a diario un amplio portafolio educativo enfocado en las necesidades y demandas del campo laboral actual. Dentro del mismo se encuentra su Facultad de Informática, donde se desarrollan posgrados tales como el Máster en Ingeniería de Software y Sistemas de Información y el Máster en Tecnología Específica de Telecomunicación. Sin embargo, para aquellos profesionales que buscan dominar el ámbito del desarrollo industrial, no cabe duda que su mejor decisión será tomar el Máster en Industria 4.0 y Transformación Digital.