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Cada sociedad tiene la altísima responsabilidad de formar el modelo de hombre que necesita, y la educación como fenómeno de carácter social que refleja el grado de desarrollo económico, político y social alcanzado por la humanidad en un período histórico concreto tiene la responsabilidad de desarrollar la personalidad de los hombres y mujeres de la época con los rasgos distintivos de la cultura a la cual pertenece. Las bases de la atención a la diversidad permiten que el profesional tenga herramientas para afrontar estas situaciones.

La educación, a decir de José Martí, tiene un deber ineludible para con el hombre, no cumplirlo, es crimen… En ese empeño de formar un hombre reflejo de su época histórica, a los sistemas educativos no les ha quedado otro camino que tomar en cuenta el fenómeno de la diversidad. Como lo dijo el Dr. Francisco Imbernón (Catedrático de Universidad de Didáctica y Organización Educativa de la Universidad de Barcelona, Maestro, licenciado y doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación) en su texto “Los Retos del Futuro Inmediato”, donde expresa que sin el análisis de la diversidad, difícilmente se podrá iniciar y transformar la educación en el propio medio.

La diversidad y su respuesta educativa supone un reto que los propios sistemas, lejos de evitarlo, han de asumirlo y afrontarlo para que la oferta sea cada día de calidad para todos. Educar en la diversidad es, en primer orden, resolver el problema del acceso de todos a la educación, es fomentar las capacidades en todos a pesar de la perdurabilidad de las diferencias entre ellos, es organizar una educación que garantice calidad y equidad en condiciones de masividad, sin excluir a nadie, con un elevado sentido de justicia, humanismo y profesionalidad. Es educar con la convicción de que la educación, con una concepción histórica cultural, decide el desarrollo de la personalidad.

Las emociones en el ser humano

El ser humano, desde el mismo instante de su nacimiento, está inmerso en un ambiente organizado culturalmente. Es este medio el que le brinda las primeras experiencias de aprendizaje y de adquisición de competencias. Cualquier igualdad que se quiera reconocer para todos los seres humanos desde estas posiciones, niega la existencia de las grandes diferencias que existen entre las personas. Los ideales de democracia y equidad plantean como premisa que todos son iguales, pero hay muchas otras cualidades de la personalidad, sobre todo cuando a las capacidades se refieren, que conducen a reconocer también que todos son diferentes. Considerar la diversidad, supone comprender la amplitud y universalidad de este concepto.

Ser diferente es inherente al ser humano, es una de las características de estas sociedades, y, por lo tanto, también de los sistemas educativos. Casi siempre, cuando el individuo nace sano, saludable y con muy buenas aptitudes es todo excelente, pero si no es así queda automáticamente en riesgo a ser “inferior”. Esto no es una posición teórica solamente, ejemplos prácticos abundan por doquier y sobre todo en el campo de la educación.

No se tenga dudas que entre todos los individuos que habitan este planeta los que presentan deficiencias, discapacidades y dificultades, siguen siendo aquellos que sufren más psíquicamente. Son los únicos que después de estar “enfermos” como se les llama, parecen ridículos ante la vista de sus iguales. En realidad, la población “normal” “tiene un ideal que no respeta la diversidad” y sabe poco acerca de cuánto daño hace a estas personas que son impactadas terriblemente y les siembra un sentimiento de inferioridad y de desequilibrio psíquico muy grande.

Una aproximación a la Educación de la diversidad desde la Filosofía

El arte de la educación no alcanza una completa claridad sin la Filosofía. La Filosofía ha respondido de una manera muy científica a la teoría del desarrollo psíquico que posee una asombrosa importancia en la educación de las personas con variabilidades en su desarrollo. La esencia social de la educación de las personas con variabilidades en su desarrollo no puede ser comprendida al margen de la filosofía. La filosofía eleva la Educación de la diversidad al nivel de una auténtica teoría científica.

El estudio de la educación de la diversidad presupone una dedicación al estudio de la filosofía. La filosofía no es precisamente una ciencia: es una potencia, es una condición del ser humano, es una fuerza. (Martí J. 1875). … De cómo se aprecie la esencia humana, así se presentarán las teorías educativas. (Chávez J. 2003).

Una mirada sociológica de la educación de la diversidad

Son muchas las razones que conducen a asumir la diversidad. Ella es una realidad social que existe, que cada día se hace más plural. Se debe asumir la diversidad porque el contexto social es pluricultural, y porque para crecer y desarrollarse en una sociedad justa, la educación no puede desarrollarse al margen de las condiciones de su contexto, ella debe propiciar el respeto mutuo, y la comprensión al otro. Todas las personas son iguales en decoro y herencias. Todos tienen el mismo comienzo y un mismo medio: comparten la misma condición humana, de amar y ser amado.

Ninguna persona es más o menos humano que otra, ninguna persona tiene más o menos derecho que otra, nadie tiene más o menos derecho a vivir dignamente que otro. La igualdad no se desmiente con relación a las diferencias que existen entre las personas, sino que se vigoriza, en la medida en que ese valor se despliegue en tres principios particulares:

  • El derecho a la dignidad, exentamente de sus capacidades o de sus realizaciones.
  • El derecho a la satisfacción de las necesidades básicas.
  • Principio de igualdad de oportunidades para todos.

La diversidad es lo más genuinamente natural al ser humano. Aceptar la diversidad presupone, por una parte, concebirla como un elemento de progreso, de riqueza para la persona y la sociedad; y por la otra, asumir esas diferencias, para desarrollar en todas las personas habilidades, estrategias de pensamiento y una vida afectiva necesarias para que participen con autonomía social y personal en la toma de decisiones de la comunidad a la que pertenecen.

La educación de la diversidad desde la psicología

Las personas son ante todo seres humanos, llevan rasgos que los distinguen, que los identifican como tales. Aunque cada cual es diferente a los demás en muchos aspectos, e incluso cuando algunas personas sean notablemente diferentes a la mayoría. Nacen y son distintos, es más, la variedad de aspectos físicos, afectivos, morales y culturales; estos existen entre los hombres y mujeres de este planeta engrandece a los seres humanos. Por eso, es preciso respetar y valorar la diversidad, porque de ello depende la convivencia.

No son pocos los intentos que se observan cada día en acercarse a una atención educativa mucho más integral. Esto con un marcado enfoque holístico de la realidad que circunda a la persona y del complejo sistema de dimensiones que la caracteriza. Sin embargo, no están ausentes posiciones profesionales y no profesionales que desconocen que las niñas, niños y adolescentes son diversos. Entre muchas otras cosas, por los diferentes ritmos y maneras de desarrollarse, por entornos familiares poco favorecidos; además de por procesos de desarrollo social desiguales, que constituyen realidades ineludibles hoy en estas sociedades, en sus instituciones infantiles y las escuelas. Esto conduce a que la diversidad generada por las diferencias, sea convertida en desigualdades.

La diversidad en el aula

En el salón de clases se pueden presentar muchas situaciones que pueden resultar complejas para el educador profesional. Por esta razón, el mismo debe contar con las herramientas intelectuales y de conocimiento para afrontar adecuadamente las mismas. Para ello, la preparación académica previa juega un papel crucial. Por esto existen diversas opciones educativas que le permiten al mismo dominar este campo de forma adecuada.

TECH Universidad Tecnológica se posiciona actualmente como la mayor universidad virtual del mundo. Gracias al diseño de un amplio portafolio educativo de la mano de expertos en diferentes campos, este título ha sido ganado por esta institución. Caso ejemplo de sus altos estándares de calidad se presenta en su Facultad de Educación, donde destacan posgrados como el Máster en Cooperación Internacional para el Desarrollo de los Pueblos y el Máster en enseñanza del latín y cultura clásica. A pesar de ser excelentes opciones para el profesional que busca dominar el campo educativo, su mejor opción si quiere incursionar en la diversidad en el aula, no cabe duda que su mejor elección será el Máster en Gestión de las Dificultades del Aprendizaje y Atención a la Diversidad.

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