La cirugía bariátrica es un procedimiento de alta exigencia, en el cual se demanda de capacidades especializadas. Por este motivo, es fundamental que los profesionales en este rubro conozcan la realidad que rodea esta práctica médica. Ante este contexto, con el desarrollo del artículo buscamos brindar información sofisticada sobre la actualidad que abarca la obesidad, uno de los principales focos de atención para los sistemas sanitarios.
Epidemiología de la obesidad
La obesidad se considera una enfermedad con cifras de epidemia mundial (“globesidad” u obesidad global). Se trata de la principal causa de muerte evitable en el mundo. La OMS estima que casi 1 de cada 2 adultos en todo el mundo padece sobrepeso u obesidad y el 13% es obeso. En la actualidad la población con exceso de peso triplica a la que pasa hambre en todo el mundo.
Teniendo en cuenta el porcentaje epidemiológico de la obesidad, hay diferencias significativas entre países, asimismo, el ránking lo lideran México y Estados Unidos con el 70% de la población que padece obesidad o sobrepeso. En España, más de la mitad de los adultos tienen un peso excesivo y el 22% son obesos (Estudio ENPE) y en aumento, tal como señala la última Encuesta Nacional de Salud.
Causad y mecanismo de la obesidad para la cirugía bariátrica
Existen factores genéticos y ambientales determinantes de la obesidad y la interacción de ambos induce a una mayor o menor expresión de unos genes obesógenos. El estudio de los mecanismos que explican estas interacciones es lo que se conoce como epigenética. Con el mismo ambiente obesógeno o no, la probabilidad de heredar un IMC obeso oscila entre el 38 y el 70 % según estudios y grupos de población. Por lo tanto, el ambiente y su interacción con el individuo son muy importantes, a veces mucho más que la propia carga genética en el grado de obesidad del paciente.
Incidencia Genética
La obesidad puede ser poligénica o monogénica: la obesidad monogénica es excepcional y produce obesidad grave-mórbida en todos los individuos que la padecen, esta, además, debe ser descartada antes de realizar la cirugía en todos los pacientes niños y adolescentes, mediante una serie de “preguntas guía” que se estudiarán más adelante. La causa más frecuente de obesidad en los niños es la mutación heterocigota MC4R, esta la padece el 4% de los niños con obesidad grave.
La obesidad más habitual es la poligénica: esta se debe a variantes genéticas múltiples y simultáneas en un mismo individuo, las cuales, mediante diferentes mecanismos, inducen un mayor índice de masa corporal y pueden provocar alteraciones en la regulación del hambre, la saciedad, el gasto energético durante el reposo, el ejercicio y la síntesis de grasa.
Mediante el estudio completo del genoma de pacientes obesos, comparado con pacientes no obesos, se han encontrado al menos 320 polimorfismos relacionados con la obesidad en todos los genes menos el Y. Pero, cuando solo se utilizan los polimorfismos para predecir el IMC, apenas se deduce el 5% de los casos, lo que sugiere que:
- La epigenética puede ser igual o más importante que la propia carga genética del paciente.
- Los estudios genéticos que “mapean” ayudan a comprender el caso, pero, actualmente, no tienen valor clínico real para evitar o tratar la obesidad en el paciente común.
Factores ambientales
Los factores ambientales se muestran como una causa evidente de obesidad en los países desarrollados, a pesar de que esta parece guardar una relación inversamente proporcional al nivel sociocultural (a menor nivel socioeconómico y cultural, mayor es la prevalencia de obesidad). Sin embargo, los países donde se incrementa con más rapidez la incidencia de obesidad son aquellos denominados “emergentes” por su crecimiento económico (China, Rusia, India, Brasil). Asimismo, cabe resaltar que la globalización les aporta a estos países un empeoramiento en el perfil alimentario.
Elementos clave del hambre en la sociedad
El hambre y la saciedad están regulados por mecanismos complejos (interrelacionados entre sí y en parte no bien conocidos) y localizados en tres órganos: tubo digestivo, sistema nervioso y tejido adiposo, estos tres órganos envían señales al hipotálamo para regular el hambre, el consumo calórico y la saciedad (ver más adelante neurofisiología del hambre-saciedad).
Hay dos teorías esenciales para explicar el binomio apetito-saciedad: la regulación a corto plazo y la regulación a largo plazo. Aunque, actualmente, se considera que ambas vías están implicadas, pero se desconoce el funcionamiento de estos mecanismos y se sospecha que hay otros implicados.
Regulación a corto plazo
La regulación a corto plazo se basa en los binomios ayuno-hambre y comida-saciedad que se desarrollan en períodos breves (p. ej., desde que se come en cantidad suficiente, se siente la saciedad en pocos minutos y se tarda de 2 a 6 horas en volver a tener hambre en función de la ingesta realizada).
Una serie de sustancias y estímulos se desencadenan en el sistema nervioso central, el tubo digestivo y la grasa periférica para inducir el hambre tras un determinado ayuno y la saciedad tras una ingesta concreta.
Regulación a largo plazo
En la regulación a largo plazo, el organismo desarrolla una estrategia encaminada a mantener e, incluso, incrementar las reservas de grasa corporal. Los gemelos que han padecido hambrunas en la niñez y la juventud y que, posteriormente, han crecido en países con amplia oferta alimentaria, llegan a desarrollar obesidad con una incidencia significativamente mayor a sus padres que permanecen en países subdesarrollados, esta tendencia se mantiene al menos una generación después.
Neurofisiología del hambre y la saciedad en la cirugía bariátrica
El centro regulador del hambre-saciedad es el hipotálamo y esta se realiza a través del neuropéptido Y (NPY). El aumento de la liberación del NPY induce el apetito y, por tanto, la ingesta, y su disminución produce la sensación de saciedad. El hipotálamo, como se ha comentado anteriormente, recibe señales hormonales del tubo digestivo y la grasa periférica, nerviosas de la distensión del tubo digestivo y los nervios del olfato y gusto y químicas de los niveles de glucemia y metabolitos de las grasas. La conducta alimentaria, en lo que ciclo ingesta-saciedad se refiere, es el resultado de la interacción de la leptina (saciedad) y la ghrelina (hambre) sobre el hipotálamo y su síntesis de NPY.
La necesidad de la cualificación profesional
Sin duda alguna la obesidad es una problemática de suma relevancia para los sistemas sanitarios, por lo cual, es fundamental profundizar en disciplinar que puedan lidiar con esta situación. Una de las alternativas existentes es la cirugía bariátrica, por este motivo, desde TECH Universidad Tecnológica diseñamos el Máster en Cirugía Bariátrica como una excelente oportunidad de cualificarse con conocimiento vanguardista. Este programa fue estructurado por los mejores expertos en la materia, gracias a ello, las personas interesadas obtendrán las herramientas y sapiencias mejor enfocadas en las necesidades del mercado labora.
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